Durante muchos años las bolsas plásticas han acaparado un espacio en cada uno de los hogares en los que se han hecho necesarias por su practicidad, economía y funcionalidad. Sin embargo, su uso ha sido desproporcionado y están invadiendo las aguas del mar y los rellenos sanitarios; por lo que se han convertido en un gran problema medioambiental si se tiene en cuenta que pueden tardar hasta 500 años en descomponerse. De ahí, que muchos países han implementado algunas regulaciones.
Según Mette Wilkie, directora de implementación política ambiental del programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), “Cada año, hay entre 10 y 20 millones de toneladas de residuos plásticos en los océanos, que constituyen una gran amenaza para la vida marina”.
Es por esto que la empresa indonesia Avani Eco Bags, presentó una ingeniosa solución que busca disminuir al máximo la huella ambiental. Se trata de bolsas hechas con fibras vegetales de yuca y resina natural, las cuales sirven como abono, son biodegradables y no son tóxicas. Además, se descomponen en cuestión de meses, pero si se sumergen en agua caliente a más de 80 grados centígrados se disuelven rápidamente convirtiéndose de manera natural en CO2, agua y biomasa.
Y no es todo, estas innovadoras bolsas pueden ser ingeridas como alimento por insectos y otros animales terrestres y acuáticos sin ningún riesgo, y a diferencia de otras bolsas biodegradables que necesitan compostaje, estas no requieren de tratamiento especial.
Entre otros productos que ofrece Avani Eco Bags se encuentran recipientes de comida para llevar hechos de bagazo de la caña de azúcar, pitillos de papel biodegradable, cubiertos de madera, tazas de café para llevar biodegradables y eco ponchos.
