¿Te ha pasado que necesitas cocinar y te encuentras con un trozo de carne congelado? La prisa del día a día a veces nos juega una mala pasada y nos obliga a buscar soluciones rápidas.
Sin embargo, descongelar alimentos de forma incorrecta puede comprometer su calidad y seguridad alimentaria.
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La chef Juliana Ortega, experta en cocina, comparte tres métodos efectivos para descongelar tus alimentos sin dañar su sabor ni textura.
“La mejor manera de descongelar siempre será planear con tiempo. Aunque, siendo realistas, pocas personas planeamos con tiempo nuestras comidas, y aunque lo hagamos, siempre habrá un día en donde hayamos olvidado sacar el pollo o la carne del congelador”.
¿Por qué evitar el microondas?
Aunque el microondas es tentador por su rapidez, la chef mexicana Mariana Orozco advierte que este electrodoméstico puede cocinar las partes externas del alimento mientras el interior aún está congelado.
Esto genera una cocción desigual y puede comprometer el sabor y la textura de tus platos. Además, las altas temperaturas pueden favorecer el crecimiento de bacterias.
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Tres alternativas para descongelar tus alimentos
- Refrigerador: La opción más segura y lenta
La forma más segura de descongelar es trasladando el alimento congelado a la parte inferior del refrigerador.
Este método, aunque más lento, garantiza que el alimento se descongele de manera uniforme y segura, evitando la proliferación de bacterias.
- Baño de agua fría: Acelera el proceso
Si necesitas descongelar más rápido, sumerge el alimento en un recipiente con agua fría.
Asegúrate de que el recipiente sea lo suficientemente grande y de que el alimento esté bien sellado en una bolsa para evitar que se contamine.
Cambia el agua cada 30 minutos para mantener una temperatura baja.
- Cocción directa desde congelado: Para ocasiones especiales
En algunos casos, como cuando vas a cocinar un guiso o un estofado, puedes cocinar el alimento directamente desde congelado. Esta técnica es ideal para cortes de carne más grandes y duros.
Sin embargo, es importante ajustar los tiempos de cocción y asegurarte de que el alimento alcance la temperatura interna adecuada.
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