¿Sabías qué el pollo es una de las carnes más consumidas en el mundo? En esta nota descubra cómo elegir la mejor pieza para tus recetas.
Seleccionar un pollo fresco y de calidad es fundamental para garantizar la seguridad alimentaria y disfrutar de un sabor delicioso en tus platos.
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¿Cómo elegir un buen pollo?
- Fecha de caducidad: Siempre verifica la fecha de caducidad y elige los paquetes con mayor tiempo de vida útil; en caso de estar empaquetados.
- Olor: Un pollo fresco debe tener un olor suave y característico, sin olores extraños ni amoniaco.
- Color: La carne de pollo fresca tiene un color rosa pálido, mientras que la piel puede ser amarilla o blanca.
Apariencia
- Textura: La carne debe ser firme y elástica al tacto. Evita el pollo con carne blanda o viscosa.
- Empaque: El empaque debe estar limpio, sellado y sin roturas.
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Origen y crianza
- Origen: Si es posible, elige pollo de granjas locales y con certificaciones de calidad.
- Crianza: Infórmate sobre el tipo de crianza del pollo (libre pastoreo, orgánico, etc.). Los pollos criados en mejores condiciones suelen tener una carne más sabrosa y saludable.
Partes del pollo
- Pechuga: Opta por pechugas con carne firme y sin hematomas.
- Muslos y contramuslos: La piel debe ser tersa y la carne de color uniforme.
¿Cuáles son los beneficios de elegir pollo fresco y de calidad?
- Mayor seguridad alimentaria: Reducirás el riesgo de contraer enfermedades transmitidas por alimentos.
- Mejor sabor y textura: Disfrutarás de un pollo más sabroso y jugoso.
- Mayor valor nutricional: El pollo de buena calidad es más rico en nutrientes.
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