Carmen Julia García es una de las tres madres que en Tuluá, Valle, contrajeron el Zika en 2016 y dieron a luz a niños con microcefalia. Su hija se llama Karen Dahiana, una bebé que durante 2 años ha resistido una mala atención de salud de su EPS, según denuncia su madre.
Todo empezó en la semana 14 de embarazado, cuando se le presentó un rash en un brazo. Luego de ir a un centro asistencial de Tuluá, esperó dos semanas para conocer los resultados. Las pruebas daban positivas al Zika.
“Recibí la sugerencia de interrumpir el embarazo. Mi niña habría nacido muerta si aceptaba. Era muy duro para mí, mi pareja y yo teníamos una alta expectativa con ella, era el centro de atención. Decidí dar a luz”, cuenta Carmen.
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La madre afirmó que desde el nacimiento de Karen las dificultades con Coomeva EPS han sido constantes. Desde la cancelación de terapias ordenadas por el fisiatra, hasta las largas esperas para recibir los medicamentos para su hija; estos son algunos de los episodios narrados por la tulueña.
Sobre este tipo de casos, el secretario de Salud del municipio, Jhon Freddy Asprilla, explica: “Hemos acompañado a los niños para que reciban una atención digna. Cuando una EPS niega el servicio, nosotros intervenimos”.
Sin embargo, Carmen asegura que el despacho no le ha prestado el apoyo suficiente. “En la Secretaría me dijeron que no me podían ayudar, porque la niña ya había nacido. El caso de ella lo han comentado muchas personas, pero seguimos igual”, aseveró.
Asprilla indicó que en el 2016, año que registró 283 madres gestantes que contrajeron Zika, se adelantó un estudio con el Instituto Nacional de Salud y la Universidad de Atlanta de Estados Unidos para analizar estos casos y tener mayores herramientas para contrarrestas la enfermedad.
“El estudio era para gestantes, mas no cuando para cuando los niños nacieran”, aclara el funcionario.
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Aún así, Carmen insiste que se ha visto obligada a recurrir a su bolsillo para cubrir los gastos son responsabilidad de EPS. Y sumado al problema financiero y de liquidez que ha presentado Coomeva con las IPS, madres como Carmen afirman que los obstáculos en el servicio no acaban.
“En estos momentos soy los pies y manos de Dahiana. Ella ya reconoce a su familia, sabe quién su hermana de 16 años, su papá, su mamá. Me ha enseñado a ser paciente, tolerante. Sin el apoyo de mi familia, mi hija y yo no seríamos nada”, reconoce.
Cabe anotar que en el 2016 se presentaron 716 casos de personas que contrajeron el Zika en Tuluá. Y a nivel nacional, se registraron más de 100 mil casos. De estos, 18 mil madres gestantes padecieron la enfermedad y 300 niños nacieron con microcefalia.
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