Con la llegada de las fiestas de fin de año y la cercanía de la celebración del ‘Día de las Velitas’, las autoridades continúan tomando las medidas correspondientes para buscar disminuir el índice de quemados por el uso de pólvora durante en esta temporada de fin de año.
Ante esto, la Gobernación del Valle, La Policía y la Alcaldía de Cali comenzaron a ejercen acciones para contrarrestar las cifras de afectados por esta tradicional práctica.
De esta forma, en Cali ya se firmó un decreto para suspender la expedición de permisos para la venta y comercialización de cualquier tipo de pólvora, asimismo, se prohíbe su uso para menores de edad y personas en estado de embriaguez.
En su plan de seguridad para el fin de año, la Policía incluyó el control al comercio irregular de pólvora, siendo estas medidas necesarias para reducir y evitar casos como los tres quemados que hasta ahora se registran en el Valle del Cauca.
El primer caso ocurrió el pasado 27 de noviembre, cuando un menor de 13 años quien trabajaba en una fábrica clandestina de Palmira, resultó afectado por la elaboración de totes.
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Este lunes, en el municipio de San Pedro, se informó sobre un joven de 21 años de edad quien resultó con quemaduras en una de sus manos debido a la manipulación de explosivos durante este fin de semana.
Por su parte, un menor de 17 años, el tercer caso conocido hasta ahora, también sufrió de quemaduras tras el uso de ‘petacas’ en Candelaria. El menor habría resultado afectado en sus ojos.
En Colombia, según el Instituto Nacional de Salud, INS, en los primeros días de diciembre ya se registraron 25 casos, de esos, 13 personas en el departamento de Antioquia resultaron con quemaduras, e incluso una persona sufrió una amputación debido a la gravedad de sus lesiones. Además, Antioquia es el departamento que mayor índice de afectados tiene, pues aporta el 72% del total de los afectados.
Según el INS, en el 2016 se registraron 114 afectados por el uso de pólvora en el Valle del Cauca; 18 más que en diciembre del 2015. En ese año, 52 casos ocurrieron en Cali; 10 en Buenaventura y Tuluá y 6 en Palmira, Buga y Florida.
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