Gustavo Díaz Marín, Alto Comisionado para la Rumba Sana de Yumbo ¿Qué está haciendo la alcaldía de Yumbo para regular la rumba sana?

El tema nuestro con la alcaldía de Yumbo lo tomamos como un modelo piloto a nivel nacional que comenzó hace más de dos años. El modelo implica la vinculación de los diferentes actores de la noche en lo que tiene que ver con la correcta interacción de esto en el beneficio de la ciudadanía. Las alcaldías no han tomado en cuenta que históricamente siempre han tenido para la vida nocturna lo que tiene que ver con el tema de horario, nosotros conociendo de tantos años este tema y trabajando en varios escenarios, para nosotros es equivocado, deben existir alternativas de diferentes horarios al limitar la movilidad de las personas en las ciudades para que puedan potenciarse unos principios de convivencia y seguridad ciudadana.

Ya que los establecimientos pedían más horarios buscamos una fórmula para mejorar esto, que fue un ejercicio que se hizo en Medellín intermitentemente pero que ellos documentaron, nosotros replicamos el modelo acá. Se creó el decreto 111 el cual le da extensiones de horarios a los establecimientos que se comprometan a desarrollar una serie de acciones enmarcadas dentro de las buenas prácticas nocturnas y que se iban a validar a través de un tercero para que estas acciones puedan generar unos beneficios de horarios a los establecimientos nocturnos y así comenzó, lo tomamos en la zona especial de Menga-Acopi.

De acuerdo a las controversias con los horarios, ¿usted cree que la Ley Zanahoria sirve?

No. Esta ley de reducción de horarios o llamada ley zanahoria definitivamente es inocua, es decir, no sirve porque existen otras alternativas que no son coercitivas pero que son mucho más integradoras que generan un crecimiento en todos los aspectos, lo que sí sirve es que las reducciones de horarios pueden funcionar para que se vaya educando a los generadores de rumba a hacer o tener otro tipo de conductas, pero la reducción de horarios lo único que hace es que si la gente está en desacuerdo se va a los clubes como lo que paso en Bogotá con los "amanecederos" ilegales y comenzaron a hacer fiestas en casa e inventarse fiestas sin ningún tipo de intervención de la autoridad para su control.

A propósito de la tragedia que ocurrió en un club clandestino en Bogotá a mediados de septiembre ¿Cómo regulan estos sitios en su localidad?

Allá no hay. Pero el problema radica en que los Planes de Ordenamiento Territorial son violados con frecuencia, es decir, se encuentra un punto de consumo donde a media cuadra, incluso son vecinos de una iglesia o son vecinos de un colegio: eso no está permitido por la ley.

En Menga no hay clubes; sin embargo, los clubes que se han montado lo han hecho bajo el concepto de irregularidad y quienes dirigen el lugar quieren pasar agachados por la norma o por la ley y quieren "montársela" e inventarse lo que llamamos club. Lo que hay que hacer simplemente es reprimir y exigir desde la autoridad, desde la sociedad civil a todos los prestadores de servicio de rumba que se pongan en línea, que caminen  como debe ser, que generen acciones propositivas en el beneficio de la seguridad ciudadana y el mejor disfrute de la noche pero que no tengamos las autoridades que desarrollar restricciones de horario porque lo que se prohíbe aquí ni en ninguna otra parte funcionará.

¿De qué trata el proyecto?

Nuestra propuesta es generar a través de nosotros una especie de tercerización de los procesos, valorización, evaluación, monitoreo, sensibilización y capacitación a todos los actores. Al final terminamos en una gran campaña de sensibilización para la ciudadanía para que conozcan cómo pueden utilizar los servicios de rumba, cuáles son las zonas y sitios que están catalogados dentro de las mejores prácticas.

¿Quiénes son esos actores?

Cuando hablamos de los actores estamos hablando de los actores públicos y los actores privados.En los públicos están la Secretaría de Gobierno, de Salud, de Tránsito y la Secretaría de Planeación Municipal. Estas dependencias acompañan los procesos las Secretaría de Educación y Cultura para que desarrollemos procesos de transformación ciudadana. Ellos también como públicos tienen a un brazo armado que es la Policía Nacional quienes ayudan con la importancia de comenzar a intervenir en este tipo de procesos.

En lo privado, hacen parte importante las discotecas que lo mejor o lo ideal de la estrategia es que se vuelva asociación o gremio de tal forma que la interlocución con medios de comunicación, con autoridades  es mucho más valida y mucho más expedita, al igual que las licoreras. El último actor es la sociedad civil, pues participan como observadores claros frente a los procesos buenos y procesos malos que se realizan.

Cuando llegamos a todo ese consenso entramos a una medida que nos parece importante que es un tema de certificación de negocios que con las buenas prácticas  generen más confianza entre su equipo de comunidades, porque así como los dueños de las discotecas tienen dinero para comprar parlantes, luces e invertir en infraestructura y fachada, así mismo deben tener inversión para lo responsable, legal, social y ambiental.

¿Qué han logrado hasta ahora?

Muchos negocios que no estaban en el programa de protocolo pagaron al final en 15 días derechos de autor para la organización Sayco Acinpro, pagaron Industria y Comercio actualizada de hace dos años, se le hizo concepto sanitario, que muchos no tenían porque no tenía plan de contingencia no tenían validados los extintores y en el tema de las salidas de emergencias muchos tienen problemas, pero los problemas son de infraestructura. Algunos pagaron asesorías de bomberos locales para hacer las intervenciones en temas de seguridad, también se instalaron antes del 25 de junio de 2012 en el sector de Menga-Acopi  entre 20 y 30 cámaras de seguridad y en el tema de implementar servicio de conductor sustituto no ha sido fácil  porque el programa comenzó el año pasado y el tema tienen que ver con proveedores idóneos para temas como este, implementar el servicio de taxi amigo que le hemos llamado en este sector y es que le garantizamos a los usuarios, que los taxis que van a prestar el servicio son recomendados por las discotecas.

Otro aspecto importante, es que hasta el 31 de diciembre del año pasado se destruyeron aproximadamente 450 mil kilos de vidrio certificados por la empresa aprovechadora del vidrio de la región, esto significa que se inhibió la rotación de botellas vacías después del consumo y cualquier licor especialmente de la ILV que es el 60 por ciento del total del consumo del departamento del Valle del Cauca.

Respecto a los menores de edad ¿Qué piensan hacer para regular el ingreso de ellos a los establecimientos públicos como las discotecas?

Ese tema también tiene otro gran avance. En el municipio de Yumbo hicimos el ejercicio y lo seguimos haciendo, con la actual administración que compró la idea de la rumba responsable el año pasado no se ha permitió ningún After Icfes, la cual fue suspendida por orden municipal porque las discotecas están claramente diseñadas y definidas para mayores de 18 años.

Una persona que no tiene 18 años no está en condiciones de recibir licor, pero aquí la cultura la pasamos por la "faja". Esto debe comenzar desde los hogares, es decir, lo que se está haciendo en el municipio de Yumbo y con los municipios que nosotros intervengamos, no debe existir ingreso a discotecas para menores de edad ni para el After Icfes, sea en el día o la noche. Pero las alcaldías deben generar escenarios para los menores de edad donde haya control de la Policía de Infancia y Adolescencia, de las Comisarias de Familia y Bienestar Familiar con el objetivo de ser cuidadores o los monitores de los procesos.

Básicamente es que la autorregulación sea el camino, no necesariamente los dueños generadores de rumba tengan que esperar a que la autoridad le entregue o los regule para que ellos tomen conciencia de que lo más importante que las discotecas tienen son sus consumidores y el cuidarlos sería una responsabilidad de todos los días para que sus negocios sean más sostenibles.  

¿Cuáles son las normas de seguridad que se deben cumplir en un establecimiento y cuáles son las que frecuentemente se pasan más por alto? 

El aforo del local es una de las que más se violan. Cuando hay un día de amor y amistad los dueños aprovechan su "agosto" y, si el aforo es de 200 personas, permiten ingresar a 400 y así los doblan irresponsablemente, sin que ninguna autoridad pueda cerrar el lugar. Por ejemplo, con la muerte de más de 300 personas en Santa María, Brasil a principios de este año o el caso de Bogotá, que murieron seis, al día siguiente el gobierno realiza una serie de operativos y esto es irresponsable. Hay que volverlo continuo, una práctica de control seria y responsable por parte de las autoridades porque para eso están, para hacer cumplir lo que dice la ley, ella no pueden pasar de "agache" frente a las normas.

Otra de las más delicadas es el tema de las puertas de emergencia. Las salidas de emergencia están claramente definidas por unas especificaciones de acuerdo con el aforo del local y cuando se viola ese aforo, las personas quedan pegadas a la puerta, por consecuencia, obstaculizan la salida. Igualmente, hay algunos lugares que no tiene unos corredores los suficientemente claros para que las personas se movilicen al interior del lugar.

Lo tercero, pensaría que tiene que ver con el plan de contingencia, es decir, hay muchos administradores contratan personas que no tienen idea de lo que están haciendo. La mayor cantidad de gente que trabaja en las discotecas no tienen idea qué significa un plan de contingencia

¿Están preparados los empleados o trabajadores de una discoteca para enfrentar una emergencia, no solamente en temas de violencia, sino por ejemplo, un temblor, un terremoto o una explosión? No están preparados.

Lo que más se presenta en la mayoría de los municipios es la invasión del espacio público porque a los dueños de locales se les olvida que sus clientes tienen carro y no disponen de un espacio para ellos. Este es el caso de la carrera 66 en Cali y hasta el mismo Menga.

No existe un plan de contingencia, es decir, un plan de emergencia que conozcan todos los empleados, que hagan simulacros y que esté validado por los bomberos, por Gestión del Riesgo del municipio y por los parámetros de Gestión del Riesgo nacional. Porque existe la ley de gestión del riesgo la cual dice que si los establecimientos no cumplen con estas condiciones, se deben cerrar inmediatamente.

Lo que creo es que la gente no puede seguir siendo folclórica y crea que abrir un bar es muy sencillo.

La dirección de planeación municipal no está ejerciendo el debido control para que se hagan los ajustes en ese aspecto. Así tendríamos que replantear la vida nocturna, depurar la oferta, construir nuevos modelos y recordarles a las autoridades que están allí no para hacer negocios, ni hacerse multimillonarios sino para cumplir con lo que le corresponde para salvaguardar la vida, honra y bienes de toda la ciudadanía.

¿Qué hacen ustedes para el control de armas durante una noche de rumba?

Las discotecas donde nosotros intervenimos con el protocolo, como Menga, normalmente hablamos mucho con las empresas de logística y seguridad. La propuesta es que se genere trimestralmente una certificación donde valide que su equipo de trabajo sabe cómo manejar una  situación crítica de seguridad. El ingreso de armas a las discotecas habitualmente no se da, por lo menos en el sector de Menga, por exigencia de los dueños tienen tres y hasta cuatro filtros de seguridad. Incluso, a los escoltas de funcionarios de orden nacional o departamental, no tiene permitido el ingreso de sus armas. La única excepción, aunque no es muy viable, la tienen las personas uniformadas como los policías.

Por eso las personas que acudan a un sitio donde no revisen minuciosamente a quienes ingresan, ese sitio es peligroso, pues será muy fácil ingresar armas, cuchillos o similares.

¿Qué es R con R?

Volvimos un producto que se llama R con R y le hemos dado la marca de la Rumba Responsable. A través de este programa concentramos todas nuestras acciones, nuestras intervenciones municipales y trabajamos en cinco líneas que son: certificación, con la que buscamos ser certificadores de buenas prácticas a través de alianzas con empresas de gestión del riesgo y salud ocupacional; capacitación en diferentes aspectos de la rumba, con esto buscamos que los dueños de bares o discotecas conozcan mejor del tema y mejoren la calidad de sus servicios; sensibilización, tiene que ver con llegar a los consumidores con el fin de sensibilizarlos frente al tema de la nueva cultura de la rumba; consultoría, especialmente dirigido a las industrias públicas y privadas para desarrollar todas estas actividades. Y finalmente R con R comunidad, con la cual buscamos establecer una interacción permanente en la web con rumberos para promover buenos hábitos de rumba, denunciar irregularidades o compartir comentarios.

Ustedes tienen un convenio con la organización estadounidense ICAP, que son capacitadores en temas de alcohol en diferentes países ¿Qué proyectos gestan con ellos desde lo aplicado en Estados Unidos?

Ellos han estado interviniendo en diferentes lugares del país, trayendo experiencias de Norteamérica, en especial de Nueva York, para que nosotros podamos avanzar y aplicar el conocimiento que vienen a compartir. Una de ellas es la que abordaron en Chía, Cundinamarca acerca de la efectividad en los controles operativos de alcoholemia.

Ahora, nos apoyan en la realización del primer conversatorio público - privado de alcohol y conducción que será el 16 de octubre y se espera la asistencia de alcaldes y secretarios de Colombia para discutir en compañía de algunas licoreras y de la ciudadanía, las acciones que se van a realizar respecto a la alta accidentalidad por causas asociadas al alcohol. Se estima que en el país muere una persona todos los días por esta razón y existe un aproximado de dos mil accidentes de tránsito involucrando a conductores ebrios.

¿En dónde están interviniendo?

Tenemos proyectos en Yumbo, Jamundí, Candelaria y  ahora estamos visitando Palmira para comenzar, por ahora, al menos una serie de diagnósticos.