Salsa

Bobby Cruz, el cantante que no se escondía del diablo

El artista puertorriqueño es considerado un mito de la salsa. Junto con Richie Ray conformaron un exitoso dúo que transformó la sonoridad de Cali. Su primera visita fue en 1968 y después de eso nada fue igual en la musicalidad de esta capital. En Hormigueros, su pueblo, le construyeron un museo. Esta es la historia de un chico que comenzó a cantar por accidente.

Bobby Cruz, el cantante que no se escondía del diablo

El artista puertorriqueño es considerado un mito de la salsa. Junto con Richie Ray conformaron un exitoso dúo que transformó la sonoridad de Cali. Su primera visita fue en 1968 y después de eso nada fue igual en la musicalidad de esta capital. En Hormigueros, su pueblo, le construyeron un museo. Esta es la historia de un chico que comenzó a cantar por accidente.

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Por: Gerardo Quintero Tello - Jefe de Redacción de 90 Minutos
Diseño: Giovanni Castro
Audio: Moisés Molina

Roberto Cruz Ramos (Bobby Cruz)

Cuenta la leyenda que un día un joven músico, llamado Roberto Cruz Ramos (Bobby Cruz), llegó como toda las tardes de ensayo en el barrio latino de Harlem en Nueva York a tocar sus instrumentos. Roberto era versátil, a pesar de que no había estudiado música tenía una facilidad innata para tocar el contrabajo, el bajo y hasta los timbales. Era 1965 y un potente sonido salsero estaba por explotar en la escena de la música latina. Carlitos Arroyo era el cantante elegido de la orquesta para grabar el primer larga duración del grupo, pero justo ese día tuvo una crisis nerviosa que el pianista Richard Maldonado Morales no dudó en calificar como el instante “en que Carlitos se friquió”.

Ante la crisis nerviosa de Arroyo (que aún debe estar maldiciendo su suerte) el dueño de la casa disquera y el gran Chivirico Dávila, que tenía un timbre muy similar al de Bobby Cruz y que había notado que Roberto ensayaba los discos porque, además, eran composiciones suyas, le dijeron al inquieto joven “oye, cántalos tú”. Y como no había alternativa, el talentoso chico puertorriqueño le entró a la ‘cañona’ a los temas, sin ensayos ni preludios. La paradoja es que a Bobby no le gustó el registro de su voz y pensó que ese larga duración que ya estaba prensado sería un gran desastre, pero lo que vino posteriormente fue un ‘tsumani musical’ que nadie calculaba.

Bobby Cruz and Richie Ray.

La leyenda entonces comenzaba. Atrás dejarían sus nombres y aparecieron en escena los rótulos con los cuales serían conocidos en el mundo entero: Bobby Cruz and Richie Ray. Tres años antes, entre 1962 y 1963, Richie y Bobby se encontraron en Nueva York. Las madres de ambos se conocían, pero ellos apenas se saludaban. El cantante puertorriqueño tenía un grupo que se llamaba Bobby Cruz y los Ases del Mambo. A ese conjunto Richie, que era un musico de carrera, le hacía los arreglos, y a veces también tocaba el contrabajo, que era otro de los instrumentos que ejecutaba el rey del piano.

Sin embargo, Bobby no estaba conforme pues él quería dejar de ser telonero y tocar algo en grande. Un día Cruz le planteó a Richie juntar los caminos, unir su talento musical con lo que él había aprendido a golpes en la calle porque Bobby, ante todo, era un chico del barrio, de la esquina, de la avenida.

Inicios de Bobby Cruz

“Con Bobby nos comprometimos a hacer un trabajo en un hotel. Empezamos con cuatro músicos. Bobby no cantaba, tocaba timbales, después pasó a la guitarra, luego el bajo y finalmente a cantante. Después de ensayar por más de un año hicimos el primer álbum, donde están Comején, El mulato, Viva Richie Ray, etc”, le contó Richie Ray a César Pagano, en su libro ‘El imperio de la salsa’.

Atrás quedó la historia de Bobby Cruz y Los Ases del Mambo y nació lo que se convertiría en una leyenda, la Orquesta de Richie Ray, que se llamó así por una sencilla cuestión de marketing. Cruz sentía que su nombre estaba asociado con una agrupación de relleno, mientras que Richie era nuevo en el concierto musical que nacía y su nombre podía ser mejor recibido en el mercado angloamericano, que era finalmente donde querían pegar un gran ‘palo’ porque como me lo dijo Richie Ray en una entrevista, “si pegas un hit entre los gringos, ya puedes vivir tranquilo el resto de los años”.

‘El palo’ entre los gringos nunca llegó, pero a cambio el circuito salsero del caribe, Centro américa, Colombia y Venezuela los colmó de gloria. La impresionante voz de Bobby, capaz de alcanzar unas tonalidades muy altas, atípicas para la salsa, derivó en el bestial sonido que finalmente consiguió este matrimonio artístico que ya celebró sus ‘bodas de oro’. Hace unos años, durante un encuentro en el hotel Spiwak y mientras Richie atendía a unos fanáticos, Bobby se me acercó al oído y me reveló que “Richie me mataba en los arreglos poniendo las notas más altas de lo normal para que yo llegara al límite”.

“Ooh, siento una voz que me dice
Cuidao que te están velando
Oye esa voz siempre me dice
Cuidao que te están velando

Agúzate que te están velando
Pero yo no me escondo del diablo
Porque yo soy buena gente

Agúzate que te están velando
Que yo le bailo mi tingo talango como persona decente
porom pi porom una voz me está diciendo

Cuidao que te están velando” 

Basta escuchar su portentosa voz al interpretar Agúzate, tema incluido en un álbum grabado en 1970, para comprender de qué me hablaba Bobby. Es precisamente esa explosión musical que destila esa producción la que permite entender porqué la ciudad cayó rendida a los pies, las manos y el sonido de los ‘mamitos’.  Como me lo dijo Medardo Arias, el poeta y escritor bonaverense, esta ciudad se transformó cultural y musicalmente a través de la melodía frenética de esta dupla bestial. Medardo recordó que acababa de llegar de su tierra natal a estudiar Idiomas y Literatura en la Universidad Santiago de Cali y en un muro se encontró con un mensaje que en un principio lo desconcertó y luego lo atrapó irremediablemente: “Porque no se trata de sufrir me tocó a mí en esta vida sino de ‘Agúzate’ que te están velando”.

El excelso cronista Jefferson Ospina recuerda ese momento de esta manera: “Entonces, en 1971, el propio Andrés Caicedo ejecutó un acto, dentro de la crónica de su vida, de la más solitaria y heroica subversión. Diseñó e hizo imprimir decenas de carteles contra lo que él llamaba “el sonido paisa” y contra la que él denominaba “la censura a Richie Ray y Bobby Cruz” y los pegó por toda la ciudad, acto que habría de inmortalizar en el episodio del pobre y deshecho Rubén de su novela”.

Y es que ya el escritor de la obra literaria ‘Que viva la música’ había abierto el ring musical y luchaba contra “los graduados, los hispanos y demás cultores del sonido paisa, hecho a la medida de la burguesía, de su vulgaridad”.

“Voa aponerme mi traje de seda
mis zapatos ya voy a brillar
voa a coger mi sombrero de paja
y pa'l pueblo me voa a vacilá.

Cuando llegue el mulato a la fiesta
todo el mundo lo va a contemplá
y la negra más linda que encuentre
te aseguro la voa enamorar”

Tres años antes de los famosos carteles de Andrés Caicedo, ‘Los Durísimos’ habían pisado suelo caleño y el romance eterno comenzaría. Allí en la Caseta Panamericana, donde hoy se encuentran las Piscinas Panamericanas, un 26 de diciembre de 1968, Bobby Cruz y Richie Ray hicieron temblar el firmamento musical de la ciudad. La Caseta parecía a punto de caer, quienes fueron al concierto aún recuerdan el temblor en las piernas, las ganas de llorar, el paroxismo colectivo, la sensación de ahogo al creer que lo que se estaba viviendo era una fantasía y no una realidad. El escritor Umberto Valverde, testigo privilegiado de aquel acontecimiento, me lo recordó de esta manera: “Richie Ray y Bobby Cruz vinieron a Cali por casualidad, porque Tito Puente tenía la agenda llena y los recomendó. Pocos hoy pueden contar las noches de la Caseta Panamericana en 1968 y 1969: yo fui todos los días. Para mí, que sólo había visto en vivo a un mito como Pérez Prado, la presencia de Richie y Bobby fue un impacto tremendo. Su fuerza, su locura, el afecto con que se entregan en tarima, marcaron una huella”.

Y es que cómo no rendirse ante un estilo arrollador que intercalaba musicalizaciones de diferentes estilos. Sus influencias viajaban desde la música afrocubana, el jazz, funky, algo de blues, gotas de rock and roll y la particular cereza del postre, una música clásica que solo un genio como Richie Ray podía mezclar con todo lo anterior.

“Gan Gan y Gan Gon siempre están contentos
Gan Gan y Gan Gon siempre están contentos
nacieron gemelos allá en Monteadentro
nacieron gemelos allá en Monteadentro
(bis)

ellos solo son, ellos solo son
dos chicos piyuelos haciendo maldades
allá en Monteadentro
por ser como son, por ser como son
siempre están contentos
nada les molesta allá en Monteadentro
nada les molesta allá en Monteadentro”…

En 1975 aparece en escena un disco que rompe los moldes y que arrasa en Cali convirtiéndose en un éxito impresionante. Viviana Quintero recuerda cómo su prima Diana López la hacía bailar una y otra vez este disco que viaja a revoluciones indescifrables. Sandra Arámburo rememora cuando se volaba al grill ‘Honka Monka’ con su hermano Wálter a ver bailar al negro ‘Watusi’ y luego se tomaban la pista para imitar los pasos del mítico bailarín a ritmo de la descarga ‘Richie & Bobby’. Darío Herrera, Jorge Hernán Tello y Efrén Montaño aún atesoran en sus añejos recuerdos la polvareda que se armaba en los aguelulos que se armaban en los patios de las casas del antiguo barrio Periquillo, donde no había mosaicos y se bailaba a ‘full’ zapateo en los pisos de tierra cruda.

Gangán y Gangón eran dos chicos gemelos que allá en Monteadrento enloquecían a su padre, ‘El Viejo Cacique’. Y es que esa descomunal escala vocal con la que interpreta Bobby este disco hacía alusión a sus propios hermanos menores que con sus travesuras dejaban medio loco a su padre a quien en Hormigueros, pequeño poblado en Puerto Rico, llamaban ‘El Cacique’.

Hace apenas unos días Bobby, junto con su esposa Rose Cruz, tomó un vuelo desde Texas, se tardó cinco horas en llegar a San Juan, luego se montó en un vehículo y se demoró otras dos horas en arribar a su natal Hormigueros. Allí primero visitó el cementerio para revisar las obras de un mausoleo familiar que mandó a construir, visitó la tumba del ‘Cacique’, luego se encontró con ‘Gangán y Gongón’ y se marchó a inaugurar su sala de exposición permanente, ese museo que se construyó en su honor en el mismo salón donde en 1945 el pequeño Roberto comenzó a dar señales del talento que lo acompañará hasta el final de sus días.

Bobby pasó revista a toda la memoria desplegada en el recinto. Las paredes colmadas de información con datos históricos de todas sus etapas desde que salió con su madre del barrio Jaguitas a los doce años hacia su nuevo destino, Nueva York, daban cuenta de toda esa generosa historia artística hasta nuestros días. En ese museo que reconoce a uno de los ‘grandes caballos’ del hipódromo salsero están los Discos de Oro, biografías, trajes y una pantalla que proyecta sus apoteósicos conciertos de la mano de su gran compinche de la vida y de la música, Richie Ray, quien no pudo asistir porque se encuentra convaleciente afectado por esa ‘cosa que anda suelta’. La sorpresa corrió por cuenta del anuncio de la próxima película que Netflix estrenará sobre la vida de ‘Los Durísimos’ y su influencia en la cultura musical latinoamericana.

Dicen que nadie es profeta en su tierra, pero Bobby demostró lo contrario. Cuarenta y un alcaldes de Puerto Rico enviaron una proclama de felicitación y en la noche, en el Mercado Urbano de su pueblo, miles de personas lo escucharon de nuevo interpretando Gangán y Gangón, Agúzate, Juan en la ciudad y A mí manera, entre otros grandes éxitos. Algunos colegas como Pedro Brull, Charlie Aponte, Guillermo Rivera y Joy Hernández lo hicieron sonreír y de seguro rememorar aquellas épocas de fuego musical en la tarima. El homenaje al más grande hormiguereño se hizo realidad. El profeta volvió a su pueblo y lo enalteció.

Bobby, el que muchos decían que ya no servía; el que no se escondía del diablo porque él es buena gente; el mismo que buscó la forma de ser siempre diferente; el que nos dijo que era Babalú; ese cantante que nos traía de todo, incluso hasta un poco de coca… cola ya tiene su sitial de honor. Puedes estar tranquilo, ‘Viejo Cacique’, tú eres el líder de una tribu salsera que te amará por toda la eternidad.

DIEZ IMPERDIBLES DEL BESTIAL SONIDO DE BOBBY

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Richie contará su importante paso por el Grupo Niche, Guayacán y su trabajo artístico como solista. Este artista, con una trayectoria amplia, revelará sus secretos en 90 Minutos.

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El Noticiero 90 Minutos hablará con Richie Valdés destacado artista, compositor, cantante, arreglista y músico chocoano.

Además, en el marco de los 40 años del icónico tema 'Cali Pachanguero', el salsero entregará detalles sobre las anécdotas alrededor de la canción emblemática de la ciudad.

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En exclusiva con el noticiero 90 Minutos, Willy García reveló el melódico impacto que otras orquestas tuvieron en su vida.

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Especial para 90minutos.co

En exclusiva con el noticiero 90 Minutos, Willy García reveló el melódico impacto que otras orquestas tuvieron en su vida.

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Willy García, es un referente en el mundo de la salsa. A lo largo de su carrera, ha dejado una marca en la escena de la salsa.

Su participación en orquestas como 'Suprema Corte' y 'Grupo Niche', así como su papel como cofundador de 'Son de Cali', han contribuido a enriquecer el panorama musical latinoamericano. Incluso, fue nominado al Grammy Latino en la categoría de Mejor Álbum de Salsa como solista.

En una entrevista exclusiva con el noticiero 90 Minutos, Willy García reveló el profundo impacto que otras orquestas tuvieron en su carrera.

Sobre su admiración a algunas Orquestas

Entre ellas, destacó su admiración por 'El Gran Combo de Puerto Rico' y 'Sonora Ponceña', dos referentes gigantes en la escena musical internacional.

Para Willy, estas agrupaciones representan la excelencia y la grandeza, siendo un sueño inalcanzable en sus primeros años como músico.

Lea también: El curioso 'error' que tiene 'Cali Pachanguero'; Así lo explican los expertos

"La influencia directa que uno tenía era El Gran Combo de Puerto Rico, Sonora Ponceña, Tommy Olivencia... se me escapan un montón de orquestas. Pero cuando uno veía a El Gran Combo de Puerto Rico con esa alegría, yo decía wow, o sea, no me atrevía a soñar con eso porque lo veía demasiado, le veía muy lejano".

Declaró Willy García en exclusiva para 90 Minutos.

Sin embargo, admite que:

"Entre el Gran Combo y Sonora Ponceña, en alguna de esas dos instituciones me hubiera gustado estar".

Expresó.

Su legado como músico y como ser humano es un testimonio del poder transformador de la música y la importancia de perseguir los sueños con pasión y determinación.

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El curioso 'error' que tiene 'Cali Pachanguero'; Así lo explican los expertos

La canción del Grupo Niche, ocupa el número 27 en la lista Billboard de las mejores canciones latinoamericanas.

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Foto: EFE

La canción del Grupo Niche, ocupa el número 27 en la lista Billboard de las mejores canciones latinoamericanas.

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'Cali Pachanguero' es uno de los himnos de la salsa; compuesta por Jairo Varela, la canción se publicó en 1984 con la voz de uno de los cantantes del Grupo Niche, Alfonso Peña Sánchez, en honor a Cali.

Sin embargo, la canción recibió muchas críticas, debido a que conocedores en música señalaron un error en la estructura musical de la canción. Se trataba de la clave, un factor indispensable en la salsa y la música latina en general.

Lea también: Hace 40 años sonó por primera vez 'Cali Pachanguero'

La falencia fue descubierta por bailarines boricuas en una gira del Grupo Niche por Nueva York; la cual provocó cuestionamientos sobre la calidad de la canción.

Pese a la serie de comentarios negativos, 'Cali Pachanguero' se convirtió en un éxito, llegando a diversos países. Richie Valdés, uno de los músicos más reconocidos en Colombia, explicó que estos errores, aunque no fueron intencionales, no definieron la composición en sí misma.

"¿Sacrificar el gusto del pueblo por corregir una clave? No creo. Eso fue lo que hizo Jairo Varela, y el pueblo lo aceptó. Todos teníamos desconocimiento de estructurar un arreglo en clave, pero Jairo siempre defendió su composición".

Narró.

En última instancia, la aceptación popular prevaleció sobre las críticas técnicas, consolidando a 'Cali Pachanguero' como un clásico de la salsa.

"Hay muchos temas que están estructuralmente sin clave o con la clave cruzada, pero el pueblo las ha asimilado y resulta que cuando buscan hacer el tema nuevamente para comprobar la clave, resulta que la gente lo siente raro al bailar".

Puntualizó.

De acuerdo con Richie Valdés, la música, hablando matemáticamente, se rige por fórmulas y estructuras definidas. La alegría y la emoción son importantes, pero en última instancia, la música es una ciencia.

Por lo tanto, la melodía se escribe sobre el soporte de las claves, una estructura rítmica que puede ser de 3-2 o comenzar en 2-3. El rompimiento de la clave se produce cuando hay una interrupción en la secuencia establecida.

"Si empezaste 3-2, pues así debes terminar", recalca. En este sentido, cuando se produce un corte y se cambia de clave, es como detenerse abruptamente en la música, afectando la cohesión del arreglo.

Cabe destacar que, hace 40 años, sonó por primera vez 'Cali Pachanguero', un himno que hasta el día de hoy sigue resonando en las calles de Cali y pone a bailar a locales y extranjeros.

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