“Un buen tipo, en un mal partido, es un mal candidato” leí en el hilo de la discusión que se tejió en el muro de Facebook de un muy buen amigo. Si es eso verdad, pues entonces apague y vámonos porque en todos, absolutamente todos los partidos hay unos que hacen bien su tarea y muchísimos que hacen auténticos desastres.
Ejemplos sobran. Por el lado de los que se autoproclaman ser los abanderados de aquello que lo público es sagrado, ves a uno de sus honorables congresistas haciendo, permítanme la expresión, “minidemostraciones” de #UstedNoSabeQuienSoyYo, al “defender” a los vendedores ambulantes de las intervenciones de los “malévolos” policías en Bogotá, quienes deberían entender (parece deducirse entre líneas al ver los vídeos de “enseñanza pedagógica” del congresista Asprilla), que en este País el espacio público no es del público, sino que es de cualquier persona que quiera ejercer su Derecho al Trabajo.
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He intentado encontrar (sin éxito), por lo menos un solo artículo o vídeo de este Honorable Parlamentario, para entender cuál es su propuesta de modelo económico, porque francamente no entiendo cómo ser informal (quizá víctima de esas mafias que alquilan los andenes y semáforos), pueda ayudar a quienes a ello recurren como medio de subsistencia a romper el círculo vicioso de la pobreza.
En ese mismo partido ves a candidatos que realmente creo que tienen propuestas interesantes como son Mauricio Toro (@maurotoroo) para la Cámara de Bogotá, o a Catalina Ortíz (@cataortiz101) para la Cámara del Valle. Me parecen buenos tipos en un Partido que tiene no solo el ejemplo anteriormente reseñado para pensar que tiene cosas malas o por lo menos bastante discutibles, pero jamás por ello pensar que no haya buenas personas o buenos candidatos.
Si continuamos el ejercicio partido a partido, seguro que en todos habrán ejemplos nefastos como eso de pretender que la “renovación” del Partido Liberal se logra reemplazando al autor del célebre “Mamola” por su hijo, o al de la Representante a la Cámara por el Valle que quiere ver ahora a su hijo ex diputado como su reemplazo. Pero también habrán varios ejemplos de “buenos tipos” en esos partidos.
O dónde me dejan a un Polo donde ves un Senador fenomenal como Jorge Robledo, al lado de un congresista inspirador de tantos odios y me imagino que alguno que otro amor como Cepeda (no sé dónde eso del amor, pero como las brujas…que las hay las hay).
Del Centro Democrático pues…..qué sé yo!!!….veo algún caso de personas interesantes pero a nivel de Concejo de Bogotá como es el de Diego Molano, o el de Juanita Cataño, que más allá de su abierta pelea con la Gobernadora, toca reconocerle que tiene claro la importancia de ejercer control político.
En Cambio Radical, ves una diputada como Mariluz Zuluaga y como me dijo un amigo alguna vez: “hasta en coscorrolandia hay gente buena”.
Lo de sacar lo bueno y lo malo de los partidos y conocer de quienes a ellos están adscritos, no es el caso aquí….como diría Andrés López: “mejor deje así”.
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No nos ganamos nada con querer un hombre o una mujer en la Presidencia que quiera hacer las cosas realmente bien, sino le ayudamos en este primer round llamado Elecciones de Congreso, eligiendo congresistas con una verdadera vocación de servicio y con ideas/propuestas realmente diferentes y enriquecedoras, toda vez que quienes allí lleguen serán quienes faciliten o dificulten las cosas para el rumbo que se quiera dar al País.
Ojalá tuviésemos un Congreso unicameral, de solo 100 personas que entendieran que es un honor y un reto eso de servir (No de servirse), que les pagaran sueldos menos estratosféricos, que les acabaran con tantos y tantos privilegios (que aprendan a viajar con la chusma, parafraseando al ex Vicepresidente Garzón), que trabajaran todo el bendito año, que se tuviesen que pagar el celular y la gasolina de sus camionetas de sus sueldos, y si nos les alcanza pues que lleguen en bicicleta o en Transmilenio que seguro no van a dejar de ser menos ciudadanos por ello.
O qué bueno sería que tuviésemos voto obligatorio para elevar a la fuerza (ya sé que hay muchos que se oponen con válidos argumentos a ello), el nivel de participación en las elecciones y con ello quitarle el enorme poder a los que compran votos a $50.000, $100.000, una teja, un tamal, o con la platica que tendrán guardadas en las guacas. Es imposible comprar y con ello corromper a millones de electores.
Si por soñar me permiten aquí, cuan bueno sería tener congresistas que dejen de vivir en esa burbuja de seguridad que les dan sus escoltas y camionetas blindadas, para que subsanen lo que deben corregir en las leyes, y así tener un País en el que delincuentes reincidentes no vuelvan a ver por muchísimos años la calle si es que incurren en un tercer delito, sea el que sea; o que revisen con severidad la necesidad de juzgar como adultos a quienes se valen de ser menores de edad para cometer delitos atroces y salirse con la suya como si nada.
Necesitamos un País de oportunidades, transparencia y garantías para todos.
Si usted quiere votar por los de siempre, sea consciente de la importancia de exigirles resultados contundentes desde el Legislativo (no es solo esos informes que dicen Número de proyectos presentados y aprobados…..sino el de cuántos debates de control político han hecho que impacten positivamente a los colombianos), así como también del hecho que seguramente ese de siempre por el que usted quiere votar es de una u otra forma responsable solidario en alguna medida de cómo estamos en Colombia actualmente.
Voten por quien ustedes consideren oportuno, pero por favor amigo/a, por lo que más quiera…lea, estudie, valore, difunda, tolere, respete a los que piensan distinto a usted, y salga a votar el próximo 11 de marzo. En pocas palabras: SALVE USTED LA PATRIA!!!!!
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Hermes Ruiz
@hermesruizrinco
