Durante 20 años Odiseo estuvo alejado de Ítaca, mientras Penélope esperaba pacientemente a que su amado regresara. Aquella epopeya es un fiel reflejo de la paciencia y que la meta fija a lo lejos no atormentaría los deseos de conseguir un sueño, la misma situación que refleja el sentir del hincha chileno que tras 99 años ha visto ahogado el grito de campeón, pero que año tras año la fe no se pierde transformándose en una resiliencia que alimenta la perseverancia.
Este sábado el mundo futbolero se detendrá en Chile. La final de la Copa América enfrentará a los dos equipos que han desplegado el juego más vistoso y que han sabido equilibrar esa ofensiva con una buena capacidad goleadora de sus jugadores.
El equipo de Jorge Sampaoli deberá jugar y apostar por sus virtudes, en donde una clave será el entrar a disputar el mediocampo. La salida clara y de buen toque de balón de Marcelo Díaz será fundamental a la hora de la presión que ejerza la ofensiva rival. A esto se suma el buen despliegue que tienen tanto Arturo Vidal y Charles Aránguiz para pisar ambas áreas, tanto para ayudar en la marca, como para acompañar las jugadas que estarán a cargo del último toque que pueda generar la visión distinta de Jorge Valdivia.
Otro tema es la mala imagen que dejó la zona defensiva en el partido de Perú, primer partido sin el suspendido Gonzalo Jara. Sampaoli deberá plantearse si mantiene la línea de 4 de los últimos partidos o modifica el esquema para enfrentarse a una selección del mismo calibre de España o Brasil en el Mundial de Brasil, es decir, apostar por la línea de 3 con el apoyo irrestricto de Mauricio Isla por la derecha y de la izquierda por Eugenio Mena, buscando anular la ofensiva rival reduciendo los espacios y presionando en campo contrario.
La final además será una revancha de lo ocurrido en el Torneo Suramericano de 1955 en donde se repitieron los mismos protagonistas que en la última fecha terminó con una victoria para Argentina, cuando el empate le daba el título a Chile. Esa final estuvo marcada por la muerte de siete hinchas minutos antes del inicio del partido, siendo el destino quien volviera a juntar a estos países a exactos 60 años de lo ocurrido.
Argentina frente a Paraguay jugó su mejor partido desde la final contra Alemania, exhibió todas sus cartas como candidato para alzarse con la Copa, pero esto es fútbol. Chile es un país sufrido, con una larga lista de catástrofes que ha sabido sortear con valentía y unidad. Son estas muestras de resiliencia las que se ven reflejadas en la actividad que más apasiona al chileno, el fútbol, las que buscan ser acalladas después de 99 años, pues esta última generación de jugadores en Chile, desde el 2007 con la llegada de Marcelo Bielsa, ha mostrado una mentalidad ganadora inclauidicable para no aminorarse frente al rival. Quizás es momento de que la larga espera llegue a su fin y, al igual que Odiseo, este sábado sea el término de un largo viaje en donde la meta del título se ve esta vez más cerca que nunca.
