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Tema Aparte, por Élmer Montaña

Tema Aparte, por Élmer Montaña

 

El insaciable apetito burocrático de los Concejales de Cali

 

Graves, muy graves las declaraciones que hizo el alcalde de Cali, Rodrigo Guerrero, al periódico EL PAIS sobre la participación burocrática que tienen algunos concejales en el gobierno municipal. Esto demuestra la imposibilidad que tienen los cabildantes para ejercer control político sobre la gestión del burgomaestre, pero sobre todo constituye una denuncia de la que se debe ocupar la fiscalía.

A una pregunta de la reportera el alcalde expresó: “pero otros han recibido lo que usted llama “mermelada”, han participado de la burocracia oficial, como es normal.” Con estas pocas palabras el alcalde reconoció algo que todo el mundo sabe, pero que los gobernantes se niegan a aceptar por temor a las consecuencias disciplinarias y penales. Digamos que en un exceso de sinceridad Rodrigo Guerrero se expuso a ser investigado a cambio de que los caleños conozcan la verdad. Loable, pero de nada sirve mientras los cabildantes continúen con esta práctica que los deslegitima.

Desde hace mucho tiempo los caleños nos preguntamos ¿para qué sirve el Concejo Municipal? La respuesta es siempre la misma: para que los concejales participen de la torta burocrática y accedan a jugosos contratos. De esta manera los alcaldes gobiernan con Concejos de bolsillo, sin ningún control, pues además le dan su porción al contralor de turno.

Esto pone de manifiesto que las prácticas de buen gobierno solo sirven para lucir los discursos de campaña, pero que a la hora de la verdad el pragmatismo político se impone y los gobernantes terminan sucumbiendo a las presiones extorsivas de los concejales.

El alcalde tiene claro que el hambre de los concejales es insaciable y que entre más burocracia les da más piden, “por eso en la dieta se recomienda que no coma azúcar porque entre más come más hambre da. Yo creo que eso pasa también con la mermelada burocrática, que no se puede satisfacer… Algunos tienen el azúcar alta porque les hemos dado demasiada mermelada. Están participando demasiado en la burocracia.” Por mermelada hay que entender puestos, dádivas y contratos que a la luz de la ética y el derecho penal están prohibidos.

Como ciudadano y como caleño siento vergüenza y me indigna saber  que la ciudad esté en manos de zopilotes insaciables y gobernantes impotentes, pero sobre todo me duele la indiferencia de la sociedad que asume estas conductas deshonestas como parte del paisaje político. Si ejerciéramos el derecho al reproche social y a la censura pública estos personajes quedarían expuestos a una perenne ignominia por haber deshonrado la confianza de sus electores. En cambio se les premia con un silencio permisivo que los ánima a seguir en su cargos o incluso a aspirar a otros cargos de representación popular.

Mientras la fiscalía decide si inicia una investigación de oficio por el delito de Tráfico de Influencias o alguien judicializa la denuncia del alcalde, queda abierto el debate sobre la legitimidad de ciertas instituciones, como los concejos municipales y las contralorías, que solo sirven para obstaculizar la gestión de los mandatarios y ejercer las peores prácticas en nombre de la democracia.    

Ver entrevista del alcalde de Cali, Rodrigo Guerrero, en el siguiente link:

http://www.elpais.com.co/elpais/cali/noticias/algunos-concejales-tienen-azucar-alto-por-mermelada-alcalde-rodrigo-guerrero