La protección al medio ambiente es la mejor apuesta que podemos hacer como ciudad y como especie, pues con ello estamos buscando la subsistencia de los seres humanos.
Es por ello que no puedo concebir que, en los pulmones verdes de nuestra ciudad, como nuestros cerros tutelares, cuencas hidrográficas e incluso Pance, se estén haciendo construcciones ilegales, o peor aún construcciones con licencias otorgadas por las curadurías urbanas, en perjuicio de nuestro medio ambiente y aparente violación de la normatividad y POT.
Columna del día: Comisaría de Familia permanente como mecanismo de reivindicación de derechos
Es lamentable tomar la ruta hacia los cerros tutelares o cuencas hidrográficas, y ver la cantidad de construcciones que se están haciendo o que se encuentra terminadas, perdiéndose todo el paisaje que de antaño teníamos, esta situación ha llevado a la perdida de fauna, de la vida silvestre, en la desmejora de nuestro diversidad biológica y eco-sistémica
Como caleño debo decir que no estoy en contra del progreso de nuestra ciudad, por el contrario soy un promotor de la necesidad de nuestro crecimiento y progreso, pero si debo decir con vehemencia que el avance de una ciudad puede perfectamente hacerse con el cuidado y protección de nuestra naturaleza, y esto además de ser una posibilidad, debe ser un imperativo moral y social de nuestros gobernantes.
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Es por ello que solicito a Planeación de Cali, así como al DAGMA, a la CVC, al Personero de Cali y las Curadurías Urbanas nos den un informe sobre el estado de estas construcciones legales y/o ilegales que se están haciendo en Unidades de Planificación Urbana –UPU: Pance, cerro de Las Tres Cruces, cerro de Los Cristales, cerro de La Bandera, Bataclán y la Loma de La Perla, lo mismo que en Unidades de Planificación Rural –UPR: Cuenca del río Aguacatal, Cuenca del río Cali, Cuenca río Lili – Meléndez – Cañaveralejo, Cuenca del río Pance y Cuenca río Cauca de nuestra ciudad, con el fin de que busquemos una solución inmediata e impidamos el crecimiento desmesurado de la desforestación y destrucción de uno de nuestros pulmones verdes más importantes.
De las decisiones que tomemos hoy, dependerán la calidad de vida que tengan nuestros niños y niñas, así como las futuras generaciones.
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