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Ser verde es más que verde

Ser verde es más que verde

El verde tiene una fuerte afinidad con la naturaleza y nos conecta con ella, es el color de la esperanza y de la primavera, nos hace empatizar con los demás encontrando de una forma natural las palabras justas. El verde es color inspirador; meditar con el color verde es como tomarse un calmante para las emociones.

La ola verde inició en los años 70´s como una forma contestataria y radical en contra del capitalismo salvaje. Y ese fue el gran error, porque lo que se logró fue polarizar dos tendencias, cosa parecida a lo que ocurre hoy con el proceso de paz.

Por un lado los capitalistas: ricos, extravagantes y prósperos a todo costo y, por otro lado: los conservacionistas, vaciados y mochileros, con un presente tranquilo y un futuro utópico. Esta rivalidad, que para lo único que sirvió fue para acentuar el capitalismo salvaje, por que muy pocos queríamos seguir vaciados viviendo de la utopía, fue la que promovió la gran segunda ola de avasallamiento de lo natural y de lo ambiental por parte del capital. Luego, en los 90´s llegaron las aperturas económicas y en los 2000 los libres comercios, y esto ya no tiene reversa.

Los nuevos verdes somos más que verdes, somos progresistas porque estamos convencidos que con el progreso hay protección de los ecosistemas y con ecosistemas saludables hay presente y futuro. Denominado como Sostenibilidad.

Los nuevos verdes creemos en la SOSTENIBILIDAD de las empresas, de los gobiernos y de las comunidades, hemos construido un triángulo equilátero con tres grandes tensores en donde el capital, las comunidades humanas y la naturaleza lo mantienen geométricamente perfecto. Un triángulo equilátero que en la medida que crece un vértice los otros dos, necesariamente y en la misma proporción, deben crecer.

Las sociedades y organizaciones sostenibles son aquellas que tienen en cuenta en su estrategia estas tres dimensiones: lo económico, lo social y lo natural, porque una no puede existir sin la otra. Pensemos un momento de donde vienen los excedentes económicos, sino que de la transformación y venta de bienes y servicios basados en recursos naturales y, de donde vienen los recursos naturales disponibles, pues de la buena gestión que les proporcionemos los humanos.

Ser verde es mucho más que verde. Los consumidores modernos cada vez son más jóvenes, son más informados y tienen una alta conciencia conservacionista, toda vez que cuidar el entorno ya no es una posición altruista, es simplemente una actitud de sobrevivencia humana.

Ser verde es actuar localmente y pensar globalmente, implementando sistemas de gestión dentro de las organizaciones que minimicen los impactos ambientales causados por las operaciones, usar de manera adecuada los recursos naturales renovables y no renovables, ser eficiente en los consumos energéticos, esculcar en las cadenas de valor cómo hacer más con menos, cerrar ciclos de materia y energía, hacerse partícipe e involucrase en los impactos exportados de los bienes y servicios vendidos y desarrollar prácticas logísticas eficientes hacia adelante y hacia atrás.

Ser verde es ser buen empleador, entregarles a los colaboradores lo que se merecen y  facilitar su permanente desarrollo; proporcionar zonas de trabajo seguras y confortables, ocuparse de su crecimiento personal, familiar y social; conocer quiénes y cómo viven sus vecinos para favorecer las condiciones del entorno, promover negocios inclusivos con base en la experticia y sector de la organización.

Ser verde es estar vivo y actuante adentro y afuera de los nichos de mercado porque ya no basta con ofrecer bienes y servicios de alta calidad a excelentes precios, estas dos premisas ya son obvias; lo que ofrecemos debe ser cada vez más inocuo para el entorno como para el consumidor y debe entregar satisfactores agregados de bienestar a largo plazo.

Ser verde es ser sostenible porque es el único camino para lograr el éxito.