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El reto familiar frente al modelo de educación virtual

El reto familiar frente al modelo de educación virtual

Por Mariluz Zuluaga
Secretaria de Educación del Valle del Cauca

El confinamiento ciudadano para evitar los riesgos enormes contra la salud y la vida humana fue una decision de la mayoría de gobiernos del mundo ante la pandemia que nos azota por el Covid 19. Y así, de pronto, se estremecieron las estructuras y había que encontrar opciones de adaptación a las nuevas condiciones de vida. En los sistemas educativos se comprendió de inmediato la urgencia. Pero, qué hacer?

Indiscutiblemente, dar continuidad a los procesos de enseñanza-aprendizaje, mediante los recursos tecnológicos que posibilitan la virtualidad, una opción que, muy tímidamente, iba apareciendo en el panorama pedagógico nacional.

El traslado del modelo presencial del aula de clases al escenario hogareño del estudiante implicó la movilización mental y emocional de millones de actores: directivos, maestros, alumnos, padres de famlia, cuidadores y tutores.

En semejante coyuntura tenían que salir a flote las dificultades. El cambio de 180 grados requería una transformación estructural difícil de abordar intempestivamente; no se trataba únicamente de cambiar el entorno; también se debía hacer una ruptura para desaprender y aprender prácticas tan elaboradas como el manejo del tiempo para clases y descansos; las metodologías y formas de clase; el diseño de material pedagógico; planeaciones, programaciones y actividades; maneras de socialización; ritmos de aprendizaje y posibles cambios de roles. Además, atender la brecha tecnológica, la ruralaidad, la escasez de equipos y conectividad y, obviamente, la necesaria capacitación y orientación para todos los actores.

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Nos dimos cuenta que estudiar en casa no es para nada fácil. Para muchos padres de familia, cuidadores y tutores, en un momento como el actual, la educación en línea significa sumarle a esta modalidad, el teletrabajo, los deberes del hogar y hasta el cuidado de las mascotas.

Para otros, la dificultad es mayor porque carecen de equipos y conectividad. A todo lo anterior, se suman: incertidumbre, ansiedad, miedo, angustia, cambio de rutinas, desempleo, carencias económicas y enfermedad, entre muchos factores.

Los adultos -padres y maestros- debemos procurar opciones como promover el trabajo autónomo de los niños; establecer comunicación permanente; propiciar el relacionamiento social mediante chat, llamadas y videollamadas, inclusive para los más pequeños; fomentar el juego y la creatividad; mantener hábitos saludables; resolver dudas; no hacerles las tareas; tratar de implementar horarios flexibles.

Para los docentes, en particular, les recomendamos no abrumar con las tareas y replantear los criterior de evaluación.

Y aunque lo ideal no coincide con lo real los padres de familia debemos comprender que el estudio virtual en el hogar, muy seguramente, se va a prolongar; en consecuencia, es fundamental proponernos cumplir esa responsabilidad sin agresividad ni violencia; con amor, paciencia y tolerancia por la salud física y emocional de nuestros niños y niñas y de todos en nuestras familias. Con seguridad todos empeñamos nuestra voluntad en hacer y dar lo mejor.

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