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¿Qué quiere Eduardo Montealegre?

¿Qué quiere Eduardo Montealegre?

No sé si reír, llorar, indignarme, sorprenderme o qué hacer con respecto al (ahora suspendido) caso de Carolina Sabino. No crean que la voy a defender, no, lo que ella haga considero que no es mi problema. Me parece inaudito, ridículo y otro paso en falso más que el Fiscal General intente tapar con semejante exabrupto los cuestionamientos frente a una serie de contratos millonarios entre los que se encuentran beneficiados una reconocida periodista, un reconocido juez español, cuatro ex magistrados, entre otros.

En los últimos años el Fiscal General que se había caracterizado por mantener un romance con los medios de comunicación gracias sus  declaraciones y afirmaciones acerca de temas coyunturales ahora se ve en el lugar que muchos de sus investigados han estado, el escarnio público. Los últimos pasos en falso del señor Montealegre han volcado las luces sobre este personaje que en otras latitudes debería ser ejemplo de mesura y estrategia, pero en el realismo mágico la historia es otra.

Por ejemplo, el caso Sigifredo, muy sonado en los medios y teniendo como prueba reina una nariz, le significó a la entidad una demanda multimillonaria, igualmente el caso Colmenares caracterizado por una gran cantidad de filtraciones a los medios, falsos testigos por parte de un fiscal y que aún sigue sin esclarecerse, todos estos con la respectiva exposición mediática característica del señor Montealegre que entre otras anuncia primero en los micrófono de algún medio de comunicación las investigaciones y los afectados antes que por la vías que demanda la ley.

Sin embargo, cuando algún funcionario público es tan sediento de protagonismo sucede lo que está pasando en este momento, la mayoría de los medios de comunicación y el Congreso de la República le están exigiendo al Fiscal una explicación con respecto a los contratos multimillonarios que se hicieron en la Fiscalía General y que tienen en el ojo del huracán a la reconocida periodista Natalia Springer (ahora o mejor dicho antes, Lizarazo) y al mismo Montealegre.

El tema de los contratos adjudicados a Natalia Springer  de por si es supremamente grave, no solo porque las astronómicas cifras parecen entregadas a dedo si no que el producto que se exigía no cumplió con los requerimientos demandando por la entidad como lo expuso en un informe realizado por un equipo de Alejandro Ramelli, Director de la Unidad de Contexto de la Fiscalía, quien sorpresivamente renunció de la entidad después del mencionado informe.

Y no solo este tema con respecto a los contratos, sino también los que han sido entregados a los consejeros de estado que defendieron el periodo de tiempo personal del Fiscal General, según datos de El Espectador y Caracol Radio, a 4 de los ocho que ya salieron del Consejo de Estado les entregó contratos que suman 1787 millones de pesos*

Por otra parte, Montealegre se ha caracterizado por haber "metido la cucharada" en los diálogos de La Habana a través de polémicas declaraciones como en las que (sin que nadie se lo pidiera) empezó a hablar de levantar ordenes de captura a los cabecillas de las Farc, la fallida propuesta de video conferencia con alias "Simón Trinidad" o la posibilidad de un indulto para  graves violaciones a derechos humanos, entre otras. Y no solo son esas cucharadas las que  el Fiscal ha metido en el ámbito judicial del país con reversazos que ha tenido que meter, lo de Carolina Sabino que aún está caliente, las fallas en los estándares procesales de los capturados por los atentados en Bogotá que terminaron quedando en libertad, el caso Sigifredo entre los más sonados.

Preocupan las cifras que expone Montealegre en las entrevistas a El Tiempo y El Espectador cuando habla de 14 mil demandas en contra de la Fiscalía por cerca de 35 billones de pesos y aunque entiendo que todos los acusados buscarán la forma de sacarle algo al estado, la verdad es que mientras el Fiscal siga ventilando sus investigaciones a través de los micrófonos y con un afán mediático en lugar de recopilar y desarrollar correctamente las indagaciones  y pesquisas que desemboquen en resultados innegables creo que el tema debería ser tratado con la gravedad que se merece. 

Con un personaje de este talante mediático pienso que deberíamos preocuparnos todos,  porque finalmente no sabemos, qué es lo que quiere Eduardo Montealegre.

PD: Sorprende la forma como los medios de comunicación difunden pruebas, videos, audios, expedientes, declaraciones, entre otros de los casos mas sonados y mediáticos que se siguen en el país, ¿cómo los obtendrán?

*Dato obtenido de La Silla Vacía

Recuerde que puede escribirme a: conseguridadledigo@gmail.com