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Mundo bizarro

Mundo bizarro

El Mundo Bizarro de los comics, es un mundo alterno en el que existe una copia de todo lo que hay en la tierra, pero diametralmente opuesta. “Htrae” (Earth –tierra- al revés) es el hogar de un Superman convertido en villano. Bizarro surgió por accidente en un laboratorio cuando un rayo duplicador golpeó a SuperBoy y produjo una copia imperfecta del personaje –que resultó de alguna manera similar al monstruoso Frankenstein-. La sociedad de “Htrae” se rige por un Código que establece que todo lo estético o correcto resulta ofensivo. Es un delito imperdonable el hacer cualquier cosa bella o perfecta.

"Mundo Bizarro" es el nombre que se le puede dar a una situación en la que todo es chocantemente opuesto a las expectativas. En inglés la palabra “bizarro” significa “raro”, “absurdo” y en español significa “gallardo o bien plantado”.
Creo que confundimos los significados. Alguien en alguna parte debe haber dicho una vez hace tiempo “Tenemos que ser bizarros” –  y como algunos lo entendieron en inglés, ese fue el inicio del acabose.

Llevo meses pensando “¿Esta vaina que vivimos qué es? ¿A dónde se fueron las cosas buenas?”.
Si bien es cierto que es bueno salirse de las rayas, ser imperfectos y no avergonzarnos de ello, mirar por fuera de la caja, protestar contra lo que se denomina “correcto” y actuar de forma irreverente en algunos casos, creo que no soy la primera en pensar que en el mundo actual, gracias a la famosa rebeldía que hace rato pasó de constructiva a desastrosa, vivimos al revés. Es como si todos los “supervillanos” del mundo se hubieran tomado el poder gracias a la influencia de un rayo estupidificador de masas.

Se le da legitimidad a lo que no es legal: Me descorazona ver como un facineroso logra apoyo masivo en las redes sociales por el simple hecho de ser “atractivo” –y lo pongo entre comillas porque el atractivo es algo ¡tan subjetivo!
Hace días leí un artículo virtual de una reconocida revista en el que se hablaba de “El violador en serie más apuesto de la historia de Colombia” y daba a entender con ello más o menos que las víctimas debían estar agradecidas. Debo confesar que me dieron náuseas.

En las redes sociales se resalta el hecho de que a un atracador en U.S.A lo convocaron en una agencia de modelaje y le dieron un contrato fabuloso por su aspecto físico –malandro chic- y bajo la foto de una ladrona muy agraciada, un cualquiera escribe comentarios calibre “Mamacita, que me robe, que me secuestre, que abuse de mí”.
No mencionaré al payaso xenófobo que pretende ser presidente, porque tenemos “rabo de paja”: un homólogo “aspirante a aspirante” con el nombre de un personaje que come espinacas, es marino y tiene una novia llamada Olivia.

¿De cuándo acá a una tal Yubeiby Yasuri Chivatá –jamás me aprendí el nombre de la Zutaneja del WepaJé futbolero- se le de difusión en horario triple A  través de cuanto canal existe por haber COMPUESTO –oiga pues, ahora componer es decir dos frases bobas en un video- una “canción” tan superlativa que según el bombo en los medios haría palidecer a Mozart de la envidia?

¿Y de cuándo acá una estrella porno merece que la glorifiquen porque piensa hacer un performance en vivo y en línea? ¿Cuántas jovencitas sin medios económicos ni educación querrán convertirse ahora en lo mismo –y no en doctoras, ingenieras o arquitectas- para ser tan famosas como aquella?

A James Rodríguez, un muchacho que se la ha guerreado a pulso por sus sueños y es un ejemplo para los jóvenes porque ha cometido errores y ha recapacitado, le hacen bullying y le llueven críticas y burlas por un pequeño defecto vocal sobre el que no tiene ningún control. – ¡Hombre, el tipo es FUTBOLISTA, no locutor! -.

Y la tapa: a Adriana Ocampo, la colombiana responsable de la sonda Juno, que se encaminaba a Júpiter atravesando la zona más peligrosa del sistema solar y a Diana Trujillo que trabaja en el proyecto Curiosity –el que llegó a Marte- las conocemos sólo los curiosos y los entendidos del tema.

¿En qué estamos pensando? ¿Qué es lo que tiene valor hoy en día? ¿Puro oropel? Vivimos en una sociedad en la que la gente quiere ser solo famosa y no excelente en lo que hace. Estamos inundados de expresiones atroces de la ignorancia social que no merecen ni medio segundo en la memoria. Lo malo es bueno. Lo ordinario está “in”. Los charlatanes le quitan el trabajo a los especialistas. Lo trivial se reproduce y se recicla ad-nauseam.

Son los medios de comunicación los que hacen que algo tenga difusión masiva y por lo tanto se convierta en fenómeno. La gente sigue creyendo que la televisión y la radio dictan la pauta de lo que es bueno, ético, correcto y moral. Y lo peor de ello es que gran parte del bullying que aqueja a personas públicas y privadas nace de los desagradables chistes de los locutores de algunos shows mañaneros o vespertinos y de los presentadores de los programas de farándula.

A la gente le sirven contenidos vacuos para que no piense, porque la gente que no piensa es muy fácil de controlar. Le llenan la cabeza de realities y telenovelas para que se pierda en la nebulosa de “LaLaLandia” y no busque la forma de hacer algo productivo para mejorar su modo de vivir. La alienan con rumba, trago, pan y circo para que se olvide de todo lo que podría cambiar si quisiera. -Si tuviera las neuronas en su sitio-.

En este momento crucial de la historia, es hora de afrontar la disyuntiva más trascendental: o revisamos nuestros valores y nos reconstruimos… o nos vamos directo a la entropía –bella palabreja que significa caos total-, sin posibilidad de remedio. Vienen pasos de animal grande.

El trabajo consciente y comprometido de cada persona, es lo único que puede cambiar un mundo que hace mucho está perdido y sin brújula.

Lo diré en modo rap y con frases coloquiales para que tenga difusión masiva: “Hace rato que nos lleva el que nos trajo, en este mundo nos fuimos al carajo”.

Como dice mi amigo el compositor Javier Varat: “Bienvenidos a la era del Bufón que han creado los mediocres”.