Icono del sitio

El miedo al cambio: una amenaza silenciosa

Una vez leí que "Todo cambio trae consigo cierta melancolía" y la vida me fue mostrando que esta frase era verídica.

La palabra CAMBIO muchas veces nos aterra y aquí entran a jugar otros factores como la dependencia, el apego, costumbre o la tan nombrada ‘zona de confort’. El cambio nos mueve de donde estamos, nos confronta, nos aleja de esa sensación de bienestar que produce lo conocido y este desprendimiento genera melancolía pero debemos entender que es totalmente necesaria.

A veces, estancamos nuestra energía por el miedo al cambio, por la terquedad a fluir y por el temor al riesgo; esto se evidencia en situaciones tan simples como llevar muchísimos años con el mismo corte de cabello o vivir siempre en el mismo sector: con las mismas personas y puntos de referencia siendo tan común que se nos volvió paisaje.

Aunque nos parezca exagerado y quizá no lo hayamos notado tenemos actitudes inconscientes que nos impiden de cierta forma evolucionar. Y cuando los cambios son obligatorios, cuando llegan abruptamente no sabemos con exactitud qué hacer, los tomamos como amenazas y no como impulsos a mejorar, nos deprimimos, nos sentimos incapaces y hasta renegamos una y otra vez.

Lea también: 

https://90minutos.co/tu-nino-interior-relacion-presente-melissa-hinestrosa-blog-10-08-2017/

Y llegan las frases que hemos convertido en ley de vida y que tanto daño nos han hecho "mejor malo conocido que bueno por conocer"" ¿es real? ¿Mejor quedarse en el mismo punto aunque no sea totalmente positivo que salir a descubrir nuevas experiencias? Mejor quedarnos en la misma ciudad, en el mismo trabajo durante años, con el mismo look, sin hacer algo que deseas, sin ese corte de cabello que hace años quieres probar, sin mil nuevas situaciones porque la palabra cambio la eliminaste de tu vocabulario, porque te aterra intentar algo diferente, porque en el fondo los prejuicios han hecho eso contigo que no te sientas capaz, porque no crees en ti, por mil razones que te has creído durante años y que se han vuelto tu lema de vida, lastimosamente.

Este artículo no sugiere que salgas corriendo a cambiar todo lo que te rodea sin responsabilidad alguna pero si te invita a que evalúes si realmente llevas en el mismo lugar tantos años que ya no eres parte de la rutina sino que eres la rutina misma; te has vuelto tan predecible que no tienes nada nuevo que aportar a tu círculo, estás estancada y lo has convertido en tu motor porque aceptaste lo que te impusieron: que ir más allá solo es para valientes y que tú no lo eres, que es solo para gente que está loca, gente diferente, gente que no encaja.

Entonces, si descubres que dentro de ti hay una pequeña voz que grita que lo hagas, comienza de a poco, en tu tiempo, pero hazlo, con pequeñas acciones como : levantarse más temprano e iniciar el día con una canción nueva o quizá un nuevo hábito, comprar ropa de un color diferente al que siempre usas, evaluar la posibilidad de cambiar tu corte de cabello o el color de éste, hacer un viaje que deseas hace tiempo, enviar hojas de vida a otra ciudad porque lo anhelas aunque tu cabeza te diga que no puedes, emprender con ese proyecto que quieres hace tanto, socializar más con ese grupo de tu trabajo al que casualmente saludas, aceptar ese plan diferente el fin de semana que crees que no es muy tu estilo; en resumen: intentar algo nuevo así sea en pequeñas dosis además de mejorar tu autoestima al sentirte capaz te ampliará la visión en muchos aspectos y esto te enriquecerá como persona, permitiendo ver de lo que eres capaz, explotando tu potencial, descubriendo tus dones y encontrando tu propósito y tu pasión.

Concluyo citando esta frase ‘’El cambio puede dar miedo, pero más miedo da quedarse en el mismo sitio; sin evolucionar, sin mejorar, sin experimentar’’.

Melissa Hinestrosa