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Los "ricos" lloran y les solucionan

Los "ricos" lloran y les solucionan

Otra pata que le sale al gato. Los cuatro operadores del Mío decidieron unirse para protestar de manera pacífica en el Cam, por lo que según ellos, es el incumplimiento de los acuerdos pactados con Metrocali y la Alcaldía; exigieron la salida del colectivo, que aún queda en las calles, y más operativos contra la piratería.

Solo bastó medio día de protesta para que la Alcaldía se reuniera con los operadores y entregara soluciones inmediatas: seguirán avanzando en la cancelación de rutas y empresas que quedan en las calles, un grupo especializado para controlar el transporte colectivo sin tarjeta de operación vigente y otro grupo que se encargará de combatir el transporte informal.

Mientras que los pequeños transportadores que llevan una semana en la Catedral de San Pedro exigiendo, entre otras cosas el derecho al trabajo, no han podido obtener una solución concreta.

Y el que entró pisando fuerte no volvió a dar la cara. Alberto Hadad, secretario de Tránsito, no ha respondido ni por una cosa ni por la otra, evade a los medios de comunicación, se esconde como si no supiera qué hacer y termina tirándole la pelota a Metrocali. Luego, Luis Fernando Sandoval, presidente de Metrocali, le devuelve la pelota y dice que esos son temas de la Secretaría de Tránsito.

Aunque el Mío está movilizando un promedio de quinientos mil pasajeros al día, los operadores dicen estar perdiendo plata, que el masivo no ha sido rentable y que están a punto de quebrar, pues necesitan más usuarios. Si con ese número de pasajeros el sistema se queda corto en servicio y atención ¿Cómo sería si todos los caleños decidieran subirse al Mío? ¿Habría estaciones, terminales y buses suficientes para que la gente se movilizara sin contratiempos? Definitivamente, no.

Para exigir hay que dar y solo basta con utilizar el sistema entre las 6:30 a.m. y las 7:30 a.m. para vivir y sufrir lo que ofrece hoy el Mío: filas, congestión, demora y una lucha a muerte por poder entrar en uno de los articulados.

A pesar de todo esto, los operadores siguen exigiendo, exigiendo y exigiendo, pero poco, poco cumpliendo y la Alcaldía tratando de sostener lo insostenible.