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Gota a gota la sangre se agota

Gota a gota la sangre se agota

Las cifras de homicidios parecen no dar tregua en Cali. Es así como en los dos primeros meses del año se han presentado 18 homicidios más que en el mismo lapso el año pasado.  Los expertos en el tema que repiten los mismos argumentos de todos los años atribuyen esto a una disputa entre pandillas, venganzas y pugnas por zonas de microtráfico.  Nada nuevo, esas son las explicaciones para lo que viene sucediendo desde hace muchísimos años. Imagino que razón tendrán ellos y ellas que son los que saben.

Sin embargo y como lo he mencionado en columnas anteriores no nos podemos quedar en las pandillas y el microtráfico, el problema de Cali va más allá de las declaraciones efectistas de los funcionarios de turno. Hoy por hoy hay un tema al que le han hecho vista gorda desde hace muchísimos años y solo ahora cuando ya es inevitable no reaccionar, todos se rasgan las vestiduras y se lamentan de los asesinatos producto de los 'gota a gota’.

Ojo, no estoy diciendo que ese tipo de préstamos ilegales sea la causa de la alta cifra de homicidios. Es solo una de las tantas causas de violencia que no tiene que ver con disputas entre pandillas, venganzas o pugnas relacionadas al microtráfico y muy seguramente como este fenómeno existen muchas otras causas que, como los gota antes, ahora son invisibles a la opinión pública y solo cuando ya se cometan actos escandalosos a la vista de toda la ciudad, entraran a ocupar un espacio en la mente de los encargados de nuestra seguridad.

Con este tipo de préstamos, tengo conocidos que hace más de 10 años ya estaban pagando a diario 10.000 o 20.000 pesos. ¡Hace 10 años!, hace menos supe de empresas en donde los ‘cobradores’ del gota se ubicaban en la entrada a esperar la salida de los empleados para cobrarle. Cuando empecé a escribir esta columna acababan de ocurrir tres homicidios en el sur de Cali atribuidos a estos préstamos, ayer que la terminé en ningún lado se acuerdan de lo sucedido.

Y es que según las autoridades por lo menos el 10% de los homicidios que se cometen en Cali están relacionados con estas deudas ilegales, una cifra considerable para un fenómeno que afecta, según se estima, a 50.000 caleños. Caleños que cuando se 'cuelguan' en las cuotas reciben amenazas, intimidaciones, intentan secuestrarlos, les retienen sus pertenencias y en algunos casos se ven obligados a desplazarse de sus viviendas por temor a represarías de los cobradores.

Sin embargo me pregunto, si esa es la estadística ahora, ¿cuál sería la cifra antes que, como dicen coloquialmente, se creciera el enano? porque ahora en este época de teléfonos inteligentes que cualquiera puede tomar una foto, contar su versión y dar información casi en tiempo real, ya los hechos se conocen al instante y casi que de forma inmediata, lo que imposibilita negar la existencia de muchas cosas.

Cali necesita un trabajo fuerte y articulado para poder dejar de ser referente violento. No necesitamos más declaraciones de los mismos voceros de siempre diciendo lo mismo que llevan diciendo año tras año. Menos micrófono, pantalla, reacciones frente a todo y más acción por favor.

Este sería un buen momento para que todos miráramos que es lo que realmente sucede en nuestra ciudad, no sólo frente a nuestras narices sino en esos lugares que a veces nos negamos a mirar.

Pero hasta ese momento y mientras tanto, sabremos otra vez de los 'gota a gota' cuando vuelvan a asesinar a alguien en barrios de estratos medios o altos, mientras tanto apúrense a recoger la cuota del día porque sino se le llevan la estufa o la nevera y si debe mucho se le llevan a uno de sus hijos.

Pregunta ponzoñosa: Si supuestamente prohibieron el porte legal de armas porque disminuye los homicidios y hasta los atracos, porque la cifra de asesinados está al alza. Los expertos y expertas podrían explicarnos.