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El azúcar, un nutriente peligroso (2a. parte)

El azúcar, un nutriente peligroso (2a. parte)

Y resulta que el azúcar es precisamente uno de esos alimentos que necesitamos de manera esencial, pero que si lo consumimos en exceso, podemos afectar nuestra salud de forma drástica. Y es aquí donde está el asunto: nuestra cultura actual consume demasiado azúcar. De acuerdo con la Asociación Americana del Corazón, el máximo consumo diario saludable en mujeres, es de 6 cucharaditas de azúcar al día (unos 18 a 24 gramos), mientras para los hombres, llega a unas 9 cucharaditas (unos 27 a 36 gramos), con un límite máximo sugerido por la Organización Mundial de la Salud (OMS), de 12 cucharaditas (unos 36 a 48 gramos). Sin embargo, nuestra cultura occidental consume en promedio por persona, cerca de 70 gramos de azúcar al día, según la OMS. Pero algunas poblaciones pueden llegar a consumir hasta 200 gramos diarios de azúcar! Esto es muy notorio en las culturas que acostumbran comer más bebidas y alimentos procesados. Sin embargo, no se puede desconocer que en nuestra región del Valle del Cauca, estamos acostumbrados a consumir muchas harinas, y muchos dulces y postres, con lo que posiblemente estemos consumiendo más azúcar de la que necesitamos.

Vale la pena insistir en que no estamos hablando únicamente de las cucharadas de azúcar que añadimos a las bebidas para endulzarlas, sino que se incluye todo el azúcar que viene con las bebidas procesadas, el azúcar que está en el almidón de nuestras harinas, y hasta el azúcar que se añade a algunos alimentos para enmascarar otros sabores. Sabores que tal vez no nos gustarían de no estar presente el sabor dulce del azúcar.

Afortunadamente, en algunos países se ha empezado a revisar el consumo de azúcar de sus poblaciones. Uno de los científicos que ha hecho un llamado a consumir menos azúcar, es el doctor Robert Lusting, médico especialista en desórdenes hormonales pediátricos, y el líder experto en obesidad infantil en la Universidad de California en San Francisco, una de las más prestigiosas escuelas de medicina en los Estados Unidos. Este científico postula que el azúcar debe ser tratado como una toxina o como un veneno, y por tanto, debe haber una regulación muy estricta para su manejo. Según el doctor Lusting, esta “toxina” (el azúcar) debería ser regulada por parte de la FDA (Food and Drug Administration), la entidad rectora de las drogas y alimentos en los Estados Unidos. Es decir, según Lusting, el azúcar debe regularse como cualquier otra de las sustancias tóxicas que están matando a parte de la población, entre las cuales se incluyen la cocaína, los cigarrillos y el alcohol, entre otras.

El doctor Lusting enfatiza que el asunto no se refiere al número de calorías consumidas en el azúcar, sino que se refiere a esta sustancia como un poderoso contribuyente a algunas de las enfermedades que se asocian con el estilo de vida occidental: diabetes, hipertensión, enfermedades cardíacas, y muchos cánceres, entre otros. Esto nos lleva a revisar un poco más sobre este conjunto de sustancias, tan usadas en nuestras comidas. Ya se mencionó arriba que el azúcar es el principal combustible metabólico de nuestras células. Más aún, el azúcar es el principal combustible metabólico de nuestro cerebro y en general, de nuestro sistema nervioso. Nuestra actividad cerebral, que incluye pensar, recordar y aprender, entre otras actividades, requiere glucosa en cantidades que usualmente son mayores que en el resto del cuerpo. Nuestro cerebro es un goloso del azúcar. Sin embargo, necesitamos azúcar en cantidades limitadas.

Uno de los efectos de consumir azúcar por encima de la cantidad que necesitamos, es que una buena parte del azúcar se convierte en grasa, y aumentamos de peso. Sin embargo, hay otros factores asociados que vale la pena mencionar. El primero de ellos, está relacionado con la sensación de saciedad al comer. Resulta que la saciedad está producida por la unión de una molécula llamada Leptina, que cuando se une con receptores en el hipotálamo del cerebro, dispara la sensación de saciedad al comer. Sin embargo, cuando tenemos altas concentraciones de algunos azúcares, como Fructosa, la molécula de este azúcar, compite con la Leptina para unirse a su receptor en el hipotálamo. El resultado de que sea la Fructosa y no la Leptina que se una a ese receptor, es que en nuestro cerebro no se genera la sensación de saciedad, y por tanto, seguimos comiendo. Esta es la principal falla de las dietas, cuando se consumen altos niveles de azúcar.

Por otro lado, está ampliamente demostrado que las dietas bajas en calorías, son el factor más determinante en la desaceleración del deterioro por envejecimiento. Es decir, consumir dietas bajas en calorías, y esto en general puede implicar dietas bajas en azúcares, es un factor positivo para evitar el deterioro físico que se asume que viene con la edad.  Por el contrario, las dietas altas en azúcares, aceleran el proceso de deterioro físico. Factor a tener en cuenta para la vida, verdad?

Finalmente, hay una alta relación entre el alto consumo de azúcar, y la aparición de algunas enfermedades como diabetes, algunos tipos de cáncer, obesidad, e incluso, hipertensión. Es decir, nuestra cultura moderna, que tiende a consumir azúcar en altas cantidades, podría reconsiderar ese paradigma del alto consumo de azúcares para impactar positivamente la salud y la calidad de vida.