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El Acoso en el “Corporativo”

El Acoso en el “Corporativo”

Las cuatro tendencias que marcan la pauta en lo referente a transformar el mundo laboral, según el Global Talent Trends 2019 de Linkedin, son la mayor valoración de las Habilidades Blandas (empatía, creatividad,…), el Trabajo Flexible (el trabajo se ajusta a su estilo de vida), Poner Fin al Acoso y la Transparencia en los Pagos (a mayor transparencia mayor confianza según indica el informe).

En el mismo Informe se indica que la campaña #MeToo que surgió a raíz de las acusaciones que se hicieron en contra del productor estadounidense Harvey Westein, que se hizo viral en el 2017 para denunciar la agresión y el abuso sexual, movilizaron a tomar acciones a cerca de un 80% de las compañías impulsando políticas de Cero Tolerancia con el Acoso y mejores formas de reporte de incidentes.

En nuestro País hemos sido testigos de casos muy mediáticos relacionados con temas de abuso sexual en entornos laborales, para no ir muy lejos a finales de enero del presente año, se anunciaba la apertura de indagación preliminar contra el Rector de la Universidad del Atlántico para poder corroborar si existió o no conductas inapropiadas.

En alguna oportunidad escuché a un par de amigos con esta conversación:

No importa si la empresa tiene 14.000 empleados, el abuso de poder, el acoso, el abuso sexual, las prácticas non sanctas no deben ser toleradas en el “Corporativo”.

Según cifras de Medicina Legal, por cada mujer que denuncia abuso sexual, cuatro se mantienen en silencio.

Uno de cada diez procesos llega a condena.

Muy desalentador el panorama para quienes con valentía deciden denunciar.

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Las relaciones de poder y subordinación, sumado al permanente miedo y pésima creencia de todo vale por aquello del  “no quiero perder el trabajo”, fomenta que muchas mujeres tengan que “tolerar” que sus “jefes” se pasen de la raya y utilicen expresiones como “mi amor”, “mi reina”, “mi vida”, “mi corazón”, “qué bien te ves así recogiendo ese papel”, que les escriban a cualquier hora del día a sus WhatsApp personales (es que decirle “Mi amor tal cosa” es parte del protocolo familiar en el “Corporativo”).

Una cosa es el piropo y otra el abuso.

Una cosa es la familiaridad y otra el acoso.

Una cosa es una relación consensuada y otra muy distinta es que la mujer (por “no perder el puesto”…o para qué denunciar si eso “no pasa nada”), tenga que permitir que su “jefe” le diga y la trate como bien considere él.

El delito de acoso (Artículo 29 de la Ley 1257 de 2008), no es conciliable y no requiere de la denuncia de la víctima, toda vez que se puede investigar de oficio.

Estamos en mora de ser muchísimo más exigentes en las empresas, sin importar el tamaño de la misma, en incorporar y hacer respetar políticas de Cero Tolerancia con el Acoso.

Es lamentable por no decir patético, conocer casos de grandes organizaciones en donde los responsables del área de talento humano saben que “el jefe” actúa de manera totalmente inadecuada, y sencillamente se hacen los de la vista gorda.

Cuando los responsables de las áreas de talento humano, cualquier directivo en el “Corporativo”, o un compañero/a decide mirar para otro lado, está tomando partido a favor del acosador.

Las empresas deberían ser partes solidarias a la hora de responder pecuniariamente las sentencias, de tal forma que se tomen muy en serio cualquier denuncia y se dispongan medidas en etapas tempranas y no se llegue a configurar un delito mayor como sería el caso de una violación.

Mucha Economía Naranja, mucho OCDE, Tratados de Libre Comercio, etc y etc, que son muy positivos para el desarrollo de nuestro País, pero de qué nos vale estar en esos trenes sino tomamos con seriedad el reflexionar y actuar en procura de exigir mayores recursos para la Justicia, mayor protección a la víctima y no al victimario, y claramente romper el paradigma del todo vale en las relaciones de poder.

El mensaje que estamos lanzado de “usted no sabe quién soy yo”, “en Colombia el delito paga”, “la justicia se puede comprar”, está calando muy hondo en las nuevas generaciones y eso nos va a tener condenados como País a muchos años más de corrupción e impunidad rampante.   ¿Es esto realmente lo que queremos para Colombia?

Prosperar es posible cooperando entre todos con un propósito común: El Respeto!!!

Hermes Ruiz

@hermesruizrinco

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