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ABC... Dando, por Eduardo Figueroa

ABC... Dando, por Eduardo Figueroa

 

Cómo tener buenos modales en Facebook

Si usted es usuario de Facebook, ¿alguna vez se ha topado con alguien que hizo pública su difícil situación (perdí el empleo, me quebré un brazo, se incendió mi casa) y tiene 67 “me gusta”, 0 comentarios?

¿Se ha sentido mal porque insiste en felicitar a sus amistades el día de cumpleaños y no le responden?

Entonces le conviene leer este artículo.

Quiero aclarar que me gusta Facebook. Soy usuario desde el año 2007. Gracias a él me he contactado con personas que, de otra manera, hubiera sido imposible.

Por esta red me he enterado de buenas y malas noticias de mis amigos; he dado mi voz de aliento en momentos que se han necesitado; he enviado y recibido muchos mensajes que han permitido sentirlos cerca.

He utilizado este canal de manera positiva y divertida, sin abusar, sin ofender, sin calumniar, tratando de aplicar buenos modales, los cuales comparto –a manera de propósitos de año nuevo- con la esperanza de lograr que se repliquen y fortalezcamos de manera virtual una amistad real.

Primer propósito: No enviaré más mensajes de cumpleaños a quienes nunca responden.

Al respecto vale aclarar que hay dos maneras de enviar mensajes: una es escribiendo en el muro de la persona que celebra (y es público); otra, es un mensaje personalizado (que es privado).

Si recibe un mensaje en su muro, puede responder con un simple “me gusta” o tomarse el trabajo de escribir su respuesta que, obviamente, será pública.

Si recibe un mensaje privado, por cortesía debe responder, así sea con un “gracias”, pero no lo haga con un frío emoticón de “me gusta” que popularizó Facebook (con el pulgar hacia arriba).

Frente a esta situación, ignoraré de ahora en adelante a quienes me envíen un emoticón como respuesta.

Ahora bien, con aquellas personas que ni siquiera respondieron con ese emoticón, y usted sabe que su mensaje fue leído (la red le avisa, indicando hora y fecha), mi decisión es no volver a escribirles.

Hay casos en los que nunca leyeron el mensaje del año anterior, ni del anterior… En este caso, la salida es fácil: eliminarlos de la lista (si no tienen tiempo para abrir Facebook, para qué tenerlos como “amigos virtuales”).  

Segundo propósito: no daré “me gusta” a ninguna página comercial que me sugieran mis amistades.

Tercer propósito: bloquearé a quienes escriban en su muro comentarios insulsos asumiendo que son inteligentes, y el único “me gusta” siempre es el de ellos mismos.

Frente a este caso, hay opciones, seguir soportando sus comentarios (a veces somos masoquistas) o –menos radical- ponerlo en opción “no quiero seguir recibiendo noticias de esta persona”.

Cuarto propósito: Seguiré bloqueando toda invitación a juegos… junto con la persona que invita, al igual que a quienes reproduzcan cadenas o fotos crueles o burdos montajes.

Quinto propósito: Seré solidario con aquellas amistades que comparten sus penas personales, absteniéndome de poner “me gusta” y enviándoles mensajes privados de solidaridad.

Sexto propósito: Revisaré minuciosamente mi lista de amistades, seleccionaré las que son muy activas y creativas para separarlas de aquellas que también son muy activas pero destructivas.

Séptimo propósito: Mantendré en mi lista aquellas amistades con bajo perfil pero que una vez al año se manifiestan con un “hola, cómo estás”.

Octavo propósito: Buscaré a los amigos que eliminé de la red para darnos el abrazo sincero y escuchar la explicación respecto a Facebook que me encanta: “No tengo tiempo para esa joda”.

Si te gustó el artículo dame un “me gusta”; si no te gustó, demuestra tus buenos modales y también dame un “me gusta”, a la postre, eso solo sirve para alimentar el ego. Ah…y que tengas un excelente año.

Eduardo Figueroa Cabrera

Twitter: @figueroacabrera

Blog: A,B.C… Dando