Icono del sitio

Baño público

Baño público

Detrás de esta puerta abunda el papel higiénico y escasea el jabón. Un rollo gigante, con estrías y tímidamente perfumado, yace sobre la tapa del tanque del inodoro a pesar de que hay dos recipientes para colgarlo como es debido.

Aparte, un pequeño frasco con gel antibacterial azul –y que evoca el  color del líquido de los comerciales de toallas higiénicas– tampoco está en su lugar. Y eso que hay una pequeña repisa para su versión sólida y otro dispositivo para su estado espumoso. Pero ambos están vacíos.

Entonces cualquiera que le toque entrar (incluso en contra de su voluntad) entendería fácilmente por qué del Concejo de Cali existen altas probabilidades de salir con las manos untadas. Sobretodo si al menos 21 personas utilizan este baño diariamente.

Y como las finanzas del municipio están tan mal, sería un despropósito invertir en elementos de aseo personal. Efectos de la corrupción, sin duda.

Tal vez por eso –y sólo por eso– es que en el cartel de esta puerta aparece un hombre con los brazos arriba, como si estuviera siendo atracado a mano armada por otro, con toda su liquidez yéndose por el desagüe.

@JAVCOP