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ABC... Dando, por Eduardo Figueroa

ABC... Dando, por Eduardo Figueroa

 

Espionaje, infidelidad y… mal uso del idioma

 

Para la recomendación idiomática de hoy voy a comenzar con una historia de espionaje, infidelidad y… mal uso del idioma.

El gerente de una empresa contrató a un detective particular para que siguiera a un empleado que llevaba un mes con un comportamiento extraño. Pedía permisos constantes en horas hábiles y argumentaba diferentes excusas para conseguirlo.

El detective hizo su tarea y le rindió un informe a su cliente.

– Doctor: el sujeto salió de su oficina, tomó su carro, fue hasta su casa, lo recibió su esposa, entraron a su alcoba y…

– Suficiente, dijo el gerente dando muestras de alivio. –Mi empleado tiene todo el derecho de estar con su esposa. Hasta lo envidio.

– Disculpe doctor, quizás no me he  hecho entender… ¿puedo tutearlo?

– Por supuesto, respondió el intrigado gerente.

– El sujeto salió de su oficina, tomó su carro, fue hasta tu casa, lo recibió tu esposa, entraron a tu alcoba y…

¿Qué pasó después? No lo sé, ni viene al caso porque lo que me interesa es compartir el siguiente consejo de estilo: No abuse de los pronombres posesivos, en especial el SU porque se presta para confusiones.

Para darle un toque académico a la explicación, es lo que se conoce como anfibología (del griego amphibolos = ambiguo, y logos = discurso). Comúnmente es lo que conocemos como doble sentido y que permite a quien lee o escucha tener más de una interpretación.

Mas este doble sentido no solo se da con el pronombre su. También se origina por no organizar las frases. De ahí que se vean en titulares de prensa y en avisos, ejemplos como este: “Se regala perro, come  de todo y le gustan mucho los niños”. ¿Acaso los niños forman parte del menú?

O este otro titular que registré en mi Twitter (@figueroacabrera): Una periodista resultó lesionada en medio de las protestas. ¿Será un tema de anatomía o de sintaxis? En ambos casos… duele.

Ante ello, insisto en esta recomendación: piense en lo que va a decir y en cómo lo va a decir; organice las palabras de las frases de tal manera que no den lugar a confusiones.  Es lo que se llama sintaxis.

Eduardo Figueroa Cabrera (24-09-2012)