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ABC... Dando, por Eduardo Figueroa

ABC... Dando, por Eduardo Figueroa

 

Avisos, letreros y otros enredos

Cada vez que salgo a la calle, uno de mis pasatiempos es mirar letreros, con la esperanza de encontrar algún gazapo que me haga sonreír.

El resultado ha sido muy fructífero porque he visto textos en los que sus autores se esmeran en la ortografía, pero descuidan la sintaxis, lo que da origen a divertidos galimatías como los que describo a continuación.

Uno de los avisos que más me han llamado la atención (y que tengo que ver casi a diario), es un buen ejemplo del mal uso del gerundio y de la falta de puntuación. Dice: NO PASE DESCARGANDO GAS. Si va dirigido a quien padezca del estómago, está correcto. Si no, debería ponerse un punto después de “No pase”. Y recurrir a otro verbo “Estamos descargando gas” o, si es para ahorrar palabras y espacio, simplemente “Descarga de gas”.

Otro aviso en el mismo sentido: NO FUME GAS PROPANO. Si ese es el mensaje, la advertencia sobra, porque nadie en sus cabales fuma gas propano, aunque hay gente que fuma cosas más dañinas, pero ese no es el punto. El punto es el que debería ir después de “no fume”.

Otro aviso, cerca de una universidad pública, dice textualmente: “Peligro, zona universitaria”. Si se quiere advertir a los conductores sobre el riesgo que corren por la presencia de universitarios revoltosos, el texto es correcto, y los conductores deben pasar a mil por hora para evitar una piedra.  Pero, si lo que se busca es obligar a los conductores a disminuir la marcha, se debe cambiar la palabra “peligro” por un sinónimo menos dramático: “cuidado”. O, mejor aún, agregar la palabra “Transite con cuidado. Zona universitaria”.

Hay otros avisos desconcertantes. Un ejemplo: en una zona rural cercana a la ciudad donde vivo hay un enorme letrero que dice “Este terreno NO SE VENDE. Informes en…” y dan números de celulares y teléfonos fijos. ¿Si no se vende, para qué llamar? ¿Acaso para averiguar el porqué? ¿O el dueño espera que lo llamen para que lo convenzan y venda?

Avisos contradictorios tampoco faltan. Recientemente, el administrador de un conjunto habitacional pegó estratégicamente el siguiente letrero: “Se informa a los residentes que NO SE PUEDE dejar llaves ni dinero en portería. SI LO HACE favor dejarlo dentro de un sobre cerrado”. ¿Al fin qué, se puede o no se puede dejar llaves o dinero?

En ese mismo sentido encontré el aviso de la foto que ilustra este artículo. Es una ordenanza municipal de un pueblito hondureño, donde por decir sí, dicen no, y por decir no, dicen sí. Prohíben conducir vehículos sin silenciador y (prohíben) NO conducir a velocidades máximas dentro del casco urbano”.

Los avisos clasificados también son ricas vetas para los gazapos. Es frecuente el error con la expresión “con experiencia” que se pone al final de la frase. Este es uno de ellos: “Se necesita enfermera para atender paciente con experiencia”. Supongo que es una ventaja que el enfermo sea experto, porque también hay enfermos que apenas están aprendiendo a ser pacientes.

¿O qué tal este otro? “Se busca persona comercial con experiencia en Bogotá. Interesados mandar hoja de vida a…”. Desglosémoslo para tratar de entenderlo. ¿Persona comercial? ¿Será alquien que se pueda vender o comprar? De esos hay muchos. ¿Con experiencia en Bogotá? O sea una persona “bogotanóloga”. Supongo que de esas hay pocas. En conclusión, la oferta es atractiva pero un “poquito” enredada.

De los clasificados podemos pasar a los avisos escolares, como este que apareció en una lista de útiles: “Traer una bolsa de basura negra”. Imagínense los líos de los padres de familia tratando de encontrar basura de ese color.

El tema da para mucho, por eso, prudentemente corto aquí para retomarlo en otra oportunidad. Concluyo con un aviso personal: “Recibo sugerencias de temas de mis lectores interesantes”

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Consulte mi blog “A,B,C… Dando”. http://efigueroacabrera.wordpress.com/