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ABC... Dando, por Eduardo Figueroa

ABC... Dando, por Eduardo Figueroa

 

Turno para las redundancias

 

Cuando se habla de redundancias gramaticales (es decir la repetición innecesaria de palabras que significan lo mismo), muchos traen como ejemplo “subir para arriba” y “bajar para abajo”, y lo hacen con un tonito de sapiencia que molesta.

Estoy seguro de que muchas de esas personas que se burlan cuando escuchan uno de esos errores, comenten otros parecidos, con un agravante: no lo saben.

Por eso dedicaré este espacio a algunas de las redundancias más comunes que se escuchan -y lo peor- que se leen en avisos y noticias, con la esperanza de rescatar almas que inocentemente están alimentando la lista de estos errores también llamados pleonasmos.

Voy con la primera redundancia. Si algo es gratis, quiere decir que no se cobra. Si se cobra algo, ya no es gratis sino muy barato. Entonces, ¿por qué decir COMPLETAMENTE gratis?

Igual ocurre cuando dicen COMPLETAMENTE seguro (o muy). Con decir que se está seguro es suficiente. Si no lo está, hay que advertirlo y decir “no estoy muy seguro”.

O esta otra: ¿Qué diferencia hay entre estar “completamente lleno” a estar lleno? Lo único es que en la primera hay redundancia.

A propósito de palabras terminadas en “mente”, este aviso es muy común: TERMINANTEMENTE PROHIBIDO. Lo que deberían prohibir son las redundancias, y más en letreros. A propósito de prohibir, es un verbo que solo admite el sí o el no, pero no el casi.

Volvamos a los avisos redundantes (atención, publicistas). Es frecuente esta advertencia “reserve su cupo POR ADELANTADO”. Pregunto ¿hay otra manera de hacerlo?  

O cuando advierten que se requiere “cita PREVIA”… ¿cita para pedir cita?   

Algunos presentadores de concursos manejan una redundancia común cuando dicen que se va a dar el VEREDICTO FINAL. Veredicto significa dictamen final, entonces, para qué agregarle la palabra FINAL.

Claro está que previamente han especulado sobre el  “máximo favorito”.  A lo cual solo cabe decir que si no es el máximo no es el favorito. O lo que es peor, decir el “menos favorito” (redundancia eufemística en vez de decir que no tiene oportunidad).

Como el listado es largo, prefiero dejar tema para otra ocasión, pero concluyo con una de las redundancias más comunes: la expresión “a mí me gusta”. Si quiere, dígala (al fin y al cabo las palabras se las lleva el viento, como dice la frase de cajón), pero jamás la escriba. ¿Se imagina esta redundancia como opción para interactuar con las amistades en Facebook?

Eduardo Figueroa Cabrera (Twitter: @figueroacabrera) (http://efigueroacabrera.wordpress.com/)