El movimiento telúrico ocurrió a las 8:15 de la mañana y aunque en la escala de Richter no fue de gran intensidad, (5,5), por su poca profundidad, apenas 16 kilómetros, fue devastador para la capital del Cauca.
En 18 segundos la mayoría de edificaciones se vinieron a tierra dejando más de 300 personas muertas.
Las calles del centro histórico quedaron destruidas por una avalancha de ladrillos, piedras y palos.
Eran las 8:13 de la mañana del Jueves Santo. En sólo 28 segundos la ciudad de Popayán quedó semidestruida
El terremoto desplomó un total de 6.800 viviendas y edificios, ubicados en su mayoría en la zona histórica de la ciudad. A esa hora, cientos de payaneses asistían puntualmente a la Basílica.
El Sargento de Bomberos de la época Luis Papamija, describió a pocos días de la tragedia el panorama de la llamada ciudad blanca. “Simplemente desolador. Las paredes se habían cuarteado, los techos se habían desbarrancado y los balcones se habían desgonzado de sus soportes.
La Alcaldía Municipal, que se hallaba vacía, quedó parcialmente destruida. El reloj de la torre, construido en 1737, se había desencajado de su base. Las comunicaciones y la energía eléctrica
Los daños más graves se presentaron en Popayán y poblaciones aledañas. En los barrios Cadillal, Pandiguando, Modelo, Alfonso López, el Centro (sector histórico), el conjunto residencial Pubenza, la Escuela de Suboficiales Inocencio Chincá, La María, El Retiro, entre otros de la ciudad de Popayán, la mayoría de viviendas quedaron destruidas.
En otros sectores como el barrio La Cabaña y Junín, los daños fueron severos, y en barrios como Ciudad Jardín, El Recuerdo, Santa Clara, no hubo daños o estos fueron leves.
En Cajete y Julumito, inspecciones de policía de Popayán, la mayoría de viviendas quedaron destruidas.
En otras poblaciones del Cauca los daños también fueron graves, como Cajibío, que quedo arruinada en un 75% y muchas casas colapsaron.
Las cifras aproximadas sobre lo ocurrido en el Cauca dan cuenta de 250 muertos y 1.500 heridos, 4.964 construcciones destruidas y 13.796 viviendas con daños muy graves.
En las poblaciones de Timbio, El Tambo, Usenda y Mondomo se sintió fuerte, y hubo daños leves.
La madrugada del Viernes Santo acentuó la difícil situación. Sin embargo, las ayudas provenientes de diferentes regiones trataron de aliviar un poco el trance.
El aeropuerto fue quizá el centro de operaciones que brindó el mayor servicio de socorro, estableciéndose un puente aéreo con Cali, donde se concentró el envío alimentos, medicamentos y otros elementos. Cientos de heridos fueron transportados a esa capital.
El entonces presidente Belisario Betancur visitó el lugar de la tragedia y se comprometió a suministrar la ayuda necesaria para reconstruir a Popayán y a los municipios que resultaron afectados.
La reconstrucción de Popayán tomó algo más de cinco años. A pesar de la tragedia, hoy en día la ciudad sigue siendo una de las más bonitas de Colombia, con su arquitectura colonial conservada y sus iglesias de gran valor histórico y religioso para el patrimonio nacional.
Hoy, luego de 35 años Popayán aprendió a sobreponerse al dolor.