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Adiós Poly

Adiós Poly

Hablando de personas ejemplares, el domingo 29 de noviembre de este año, falleció en Cali Poly Hincapié Buchelly, abogada egresada de la Universidad Santiago de Cali y directora del consultorio jurídico de la misma universidad, durante muchos años. Allí la conocí cuando era estudiante de derecho y forjamos una amistad que perduró hasta su partida.

Poly era una mujer realmente excepcional, amante de la literatura y del poder de los libros, al punto que no concebía un mundo de iletrados. Los libros eran para ella imprescindibles en la formación humanista, especialmente de los abogados.

Durante las charlas en el consultorio jurídico, advertía que el mejor abogado no es aquel que gana todos los casos, sino quien actúa en el ejercicio profesional respetando la verdad y las reglas del derecho.

“Cuando los abogados buscan ganar los casos, a toda costa, es porque el fin que persiguen es el éxito personal, inspirado en la ambición y la vanidad. Esto los puede llevar a cometer graves errores y a caer en prácticas indebidas”. Eso nos dijo el primer día de consultorio jurídico, precisamente cuando hervíamos de las ganas de salir a ganar los casos más complicados.

Anoté esa frase y con el paso del tiempo descubrí que el éxito, basado en ganar todos los casos, es una quimera y que lo fundamental es ejercer la profesión con honestidad, disciplina y conocimiento.

Cuando el abogado basa el éxito de su profesión en ganar los casos, a como dé lugar, no tiene escrúpulos para construir pruebas falsas con el fin de engañar a la administración de justicia, tampoco tiene problema en hacer uso de medios abiertamente delincuenciales.

Esta clase de abogados no piensan en el cliente sino en su propio beneficio. Como de ganar se trata cualquier medio es válido. Así pensaba el tristemente célebre abogado que preparó a un mesero al que hizo pasar como fiscal para engañar a un juez en una solicitud de libertad. El cliente salió libre y el “exitoso abogado” debió ganar una buena suma por la ingeniosa marrulla. Poco tiempo después el abogado fue asesinado junto con su esposa en Cali.

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Ganar los casos se convirtió en la meta de muchos colegas, también en el objetivo principal de la Fiscalía General de la Nación. Tal vez, esto sea lo más lógico, sin embargo, el deseo irrefrenable de ganar aleja a los fiscales de la búsqueda de la verdad y la justicia.

Para demostrar el valor práctico de las enseñanzas de Poly, traeré a colación dos ejemplos de hechos sucedidos varias décadas después de esa reunión:

1. Durante las audiencias concentradas en el caso de los jóvenes involucrados en el atentado al Centro Comercial Andino, en Bogotá, el entonces fiscal general de la nación (con minúsculas) Néstor Humberto Martinez, apeló a toda clase de artilugios, mentiras y abusos, para presionar a la juez con el fin de que impusiera medida de aseguramiento en contra de los imputados, contra toda evidencia de posible autoría o participación en ese acto terrorista.

Mientras transcurrían las audiencias, el fiscal general filtraba a una revista de circulación nacional supuestas pruebas sobre la presunta participación de los jóvenes en el atentado. Los abogados defensores le exigimos al fiscal del caso que las presentara, especialmente los videos a los que hacía referencia la publicación. El funcionario no tuvo empacho en responder: “No existen videos, pregúntele al fiscal general a que se refiere. Yo no sé nada de eso”.

El día que la juez, iba a tomar la decisión, Martínez coordinó un operativo contra varios jueces y magistrados, por supuestos actos de corrupción y declaró que lo mismo haría con otros jueces que favorecieran delincuentes. Esto provocó una protesta de los jueces en Bogotá, sin embargo, la juez sucumbió a las presiones del fiscal general y envió a los imputados a la cárcel. Varios de ellos fueron luego declarados inocentes y los demás están en libertad por vencimiento de términos.

2. Luis Alberto Prado es un joven caleño que participó en un programa de televisión imitando al rapero Big Popa, de quien adoptó el apodo. El y su hermano, fueron imputados de los delitos de homicidio agravado y porte ilegal de armas de fuego. La fiscalía había descubierto y entregado a la defensa una foto de estos jóvenes tomada el día de su captura. Cuando el fiscal del caso advirtió que ese documento iba a ser utilizado por la defensa para demostrar que los implicados no habían sido capturados en el lugar de los hechos, como afirmaba la policía, pues existía un video que los mostraba 40 minutos después del crimen en otro lugar, luciendo las mismas prendas de vestir, el funcionario renunció a dicha prueba, para evitar que se hiciera el respectivo cotejo por parte de la defensa.

Cuando le reclamé al fiscal “por la jugadita”, me dio una respuesta que me dejó aterrado: “ud no tiene por qué cuestionar mi estrategia para ganar el caso.” No le importaba enviar a dos jóvenes inocentes a la cárcel, sino ganar el caso para su estadística. Fortunosamente ambos muchachos fueron declarados inocentes por una juez de Cali.
Se fue Poly, formadora de abogados, madre excepcional, amiga inolvidable, mujer firme y coherente con sus principios. Nos hará falta su conocimiento, humor y alegría.

Gracias, querida amiga y maestra, por tus enseñanzas. En estos momentos de tristeza, incertidumbre y desconcierto, para tus familiares y amigos, recordarte nos llena de esperanza y reafirma la convicción que tenemos sobre la enorme importancia de las mujeres en la construcción de valores democráticos.


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