Este 30 de abril el grupo yihadista del Estado Islámico ejecutó un doble atentado suicida que terminó con la vida de más de 25 personas, entre ellas nueve periodistas, 49 personas más resultaron heridas.
El primer atentado suicida se presentó luego que una persona en una moto explotó en el área de Shashdarak y causó la lamentable muerte de cuatro personas, en el centro de Kabul, donde se encuentran ubicadas las sedes principales de agencias como la de Inteligencia de Afganistán, el Directorio Nacional de Seguridad, la OTAN y varias ONG internacionales.
Luego, varios periodistas llegaron al lugar a cubrir el hecho, sin embargo no contaban con el segundo atentado suicida que le cobró la vida a varios de ellos. Según aseguró el portavoz de la Polícia de Kabil, Hashmat Stanekzai, un hombre llevaba una bomba sobre su cuerpo, se hizo pasar por un camarógrafo y esperó hasta que los periodistas se reunieron para perpetrar la masacre.
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En el segundo atentado, los medios de comunicación del mundo empezaron a lamentar las muertes de sus colegas, la emisora Azadi Radio informó el fallecimiento de tres de sus miembros; Ebadullah Hananzai, Muharam Durrnai y Sabawoon Kakar, igualmente la cadena de televisión afgana Tolo News, confirmó la muerte de su periodista Khair Muhammad.
La cadena de televisión 1TV notificó la penosa muerte de su camarógrafo Nawroz Rajabi y su reportero Ghazi Rasouli. Mashal TV confirmó la muerte de su equipo, Salim Talash y Ali Salimi. Así mismo la agencia de noticias francesa AFP informó del lamentable fallecimiento de su fotógrafo Shah Marai.
Sin embargo,el grupo yihadista Estado Islámico (EI) reclamó la autoría del funesto hecho, por medio de un comunicado oficial difundido en canales de la red social Telegram cercano a los extremistas.
Con fuertes afirmaciones el grupo yihadista aseguró que el primer chaleco explosivo afectó el edificio de la Inteligencia de Afganistán y adiciona que el segundo perpetró a las personas que ocupaban el espacio público para “hacer pedazos” a quienes huyeron del primer ataque.
Ante el lamentable panorama el presidente de Afganistán, Ashraf Ghani dijo que “la libertad de expresión es uno de los logros importantes del pueblo y el Gobierno de Afganistán. Salvaguardamos la libertad de expresión con todo nuestro poder y capacidad”.
Igualmente señaló que los “crímenes contra la humanidad y los principios islámicos”, conforman estos ataques. Además que atacar a mezquitas, periodistas y a la libertad de expresión es “un claro crimen de guerra”.
Con estas palabras el presidente afgano recordaba el atentado suicida ocurrido el mismo día en una provincia de Kandahar, donde el ataque contra un convoy de la OTAN causó la muerte de once niños al derribar la explosión el muro de la mezquita en la que se encontraban.
Por su parte, Tadamichi Yamamoto, jefe de la misión del organismo en Afganistán (Unama), acusó el masivo siniestro y dijo que “estoy más indignado aún porque el ataque parece haber buscado deliberadamente como objetivo a periodistas; este ataque justo antes del Día Mundial de la Libertad de Prensa, es un asalto directo a la libertad de expresión”.
De acuerdo con cifras del Comité para la Seguridad de los Periodistas Afganos, quien tildó el trágico atentado como un acto “cobarde” y un “crimen contra la humanidad”, el 2017 fue el “más mortífero” de los últimos 15 años en Afganistán, debido que se registraron 54 por ciento más de las muertes que en el 2016.
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— Noticiero 90 Minutos (@Noti90Minutos) April 30, 2018