El mundo del boxeo está de luto. El más grande todos los tiempo, el gran Mohamed Alí, colgó los guantes de por vida en la noche del viernes.
Cassius Clay (nombre de pila) no aguantó los problemas de salud que le generó el mal del Parkinson, enfermedad que aquejaba desde hace más de 30 años, y un paro cardiorespiratorio apagó su vida en un centro asistecial de Phoenix, California.
El pujiador había ingresado en la mañana de ese mismo día al centro asistencial y fuentes cercanas indicaron que su estado de salud cada vez era más grave, por lo que no esperaban que su vida pasara de unas cuantas horas más.
Alí, quien se llamó así después de volverse musulman tras negarse ante Estados Unidos de prestar servicio militar en Vietnam, se dio a conocer en la década de los 60 cuando ganó la medalla de oro en los Juegos Oímpicos de Roma en 1960 y cuatro años después, se quedó con el título mundial tras ganarle por nocaut a Sonny Liston.
Hacia 1981, el boxeador colgó los guantes en su carrera tras perder la pelea por puntos ante Trevor Berbick, dejando atrás una historia grande en el boxeo internacional.
