VALLE BONITO: el valle más bonito del Valle del Cauca

VALLE BONITO: el valle más bonito del Valle del Cauca

Por: Germán Morales Z.
Director Escuela de Turismo, Dirección de Extensión, Universidad Autónoma de Occidente.

Fotografías: Armando Rojas Flórez

Pensar en el Valle del Cauca es pensar en una gran planicie inundable como lo dice su nombre, y tal vez por eso difícilmente alguien tendrá en su imaginario que el Valle del Cauca también es montaña, páramo, zonas frías, bosques de Palma Cera, frailejón o cultivos típicos del altiplano. Cuando se le dice a cualquier visitante desprevenido que en el Valle del Cauca tenemos la influencia de dos cordilleras (Occidental y Central) y que esto le da al departamento la posibilidad de tener bosque alto andino y ecosistema de páramo, de realismo mágico o de magia salvaje, entonces difícilmente se imagina que esto sea posible, y tal vez, por eso y creo que a todos nos ha pasado cuando visitamos estos ecosistemas nos sentimos extraños como por fuera del Valle del Cauca.

Foto: Armando Rojas Flórez

Pues si señores, el Valle del Cauca también es montaña, y esta historia del camino que les queremos compartir, está relacionada con conocer un lugar de la geografía vallecaucana, que es sencillamente mágico y único entre lo único. Entre los municipios  de Palmira y el Cerrito, en la cuenca del río Amaime se levanta en la cordillera Central vallecaucana la zona del Parque Natural Nacional las Hermosas, y en ese espacio geográfico hay unas poblaciones que han hecho de la montaña y de su arriería el modus vivendis, de una cultura ancestral paisa y que desde su capacidad de colonización, de caminar y de saber llevar la adversidad, construyeron un territorio de prosperidad y productividad en la cadena de la leche, la madera y desde luego la agricultura hasta el punto de ser despensa agrícola de Colombia. Hoy estas comunidades se articulan con instituciones públicas y privadas para trabajar en una propuesta de Co-manejo, conservación de la biodiversidad local y uso sostenible de esa biodiversidad.

Aquí en esta zona, está el Corredor Turístico de la Montaña, que busca recordarnos con su nombre que el Valle también es montaña y desde recordarnos esta metáfora natural, hacerle también un homenaje al montañero, al de a pie, al campesino vallecaucano, que desde las adversidades y su verraquera  ha sabido construir su futuro, a veces difícil y a veces, no tan fácil, pues seguir y construir en medio del olvido del estado, hace a veces poco probable el desarrollo del campo, sin contar aquellas historias del conflicto que una vez los toco y a veces los sigue tocando, pero que estas comunidades asumen con la pujanza de nuestro pueblo vallecaucano.

Aquí en el Corredor Turístico de la Montaña, hay expresiones de negocios verdes tan únicos y maravillosos como el mejor café de Colombia, el de Olga, las artesanías de Wilson talladas con la pasión de un ser apasionado por su terruño, los lagos de trucha de Vladimir con el toque secreto del agua de Páramo y la atención de un soñador, la reserva de Julián que entre Terlaques (tucanes), cultivos y palma de cera te regalan la magia, el alojamiento de Laura con el cariño y la atención que regocija al visitante, El bosque de palmas de cera de Kamilo en un alojamiento rural que entre nubes te despierta la fascinación por lo natural, el restaurante Pica Piedras que desde el sabor más autóctono, te regala una obra de arte para tus sentidos y el paladar, desde platos típicos y tradicionales del campo, el alojamiento de montaña de María que es tan pintoresco y único como el Páramo mismo, a donde puedes llegar por su sendero de fantasías naturales, la historia del pensamiento y el colibrí de Nacha Nachita, en medio de un alojamiento de metáforas e historias de amor, ruralidad, naturaleza, avistamiento de aves y sabores del campo, y desde luego ese encanto de lugar en la ruta de los Andes donde los Roa con su alojamiento de montaña y su universo de potenciales de turismo de naturaleza.

Foto: Armando Rojas Flórez

Si, así de diverso y de apasionante es este Corredor Turístico de la Montaña, tan sublime y tan real, tan metafórico y tan onírico, que solo desde el entendimiento divino o de selección mágica natural, uno puede entender que algo tan maravilloso para los sentidos, pueda ser real, por eso hay que vivirlo, para evitar que alguien te lo cuente. Simplemente Vívelo.

Foto: Armando Rojas Flórez

Si señores, aquí en esta surreal región, se encuentra un lugar llamado Valle Bonito, muy cerca de Tenerife, por la vía que va hacia los Andes y el Páramo de las Domínguez, aquí está, este Valle tan bonito como su nombre, único, irreal, pero, ante todo, como una experiencia única e irrepetible, así como dicen los guiones de turismo que debe ser la experiencia perfecta, así no más, es este Valle tan bonito. Aquí, usted de repente se puede encontrar con Luisa esa niña de la pradera que es la anfitriona perfecta, ella lo enamora, lo cautiva con su don de gente y le recuerda que lo más valioso de nuestra gente en el campo colombiano, es su sencilla forma de ser, que los hace tan grandes como el universo y tan únicos como lo especial que llegan a ser. Y por eso se quedan en tu corazón.

Así es, como estando en Valle bonito usted se va recargando y se va dando cuenta que estar en estas tierras, es un privilegio divino y tan placentero que solo aquellos amantes de lo natural, lo orgánico, lo autóctono, sabrán extasiarse con esta sinfonía llamada felicidad, en medio de estas tierras altas andinas de Páramo Colombiano. Por ahí entre el camino, aparece el mas de los más, el amigo del frailejón, del Oso de anteojos y de aquel que quiere conocer Valle Bonito, ahí está don Bolívar, un ser como de aquellas historias de elementales, de elfos, duendes, hadas y de vez en cuando se siente uno en la comarca de Frodo. Un ser que te abre su casa, te ofrece un café que sabe a gloria, te deja estar en su casa que es la posada rural del caminante, y desde su amabilidad te lleva al páramo, a los bosques de frailejón y a las lagunas cristalinas como la paz que se respira en estas tierras, mientras te habla de su intención de conservar el Páramo, si se acuerdan de el en los incentivos de la conservación, como hoy instituciones como CVC o USAID lo están haciendo junto con ASOPALM.

Después, al pie del fuego artesanal de su fogata, te invita a apreciar la sabana cósmica, la vía láctea en una manta estrellada que es tan embrujante como la misma brisa que llega para refrescarte el alma y el espíritu y recordarte que estamos vivos.

Si, la verdad así de surreal es esta metáfora llamada Valle Bonito, así de surreal es esta exótica tierra del frailejón, del agua, del oso andino y de las aves tan coloridas, sonoras y mágicas que cualquier avistador podría simplemente maravillarse y extasiarse, con la sinfonía visual y auditiva que estos seres alados te pueden regalar en cualquier momento del día.

Foto: Armando Rojas Flórez

Tratar de describir la creación de la selección natural, es a veces un poco difícil, por eso lo invitamos para que tome su maleta viajera, su espíritu aventurero y sus ganas de bienestar y se de una pasadita por las alturas y se reencuentre con usted y sus apasionamientos básicos y naturales en Valle Bonito, el Valle más Bonito del Valle del Cauca.

Lo Esperamos…

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