El escritor Manuel Vilas Vidal nos desnuda ‘Los besos’

El escritor Manuel Vilas Vidal nos desnuda  ‘Los besos’

Por Gerardo Quintero Tello

Jefe de Redacción de 90 Minutos

Hablar del escritor Manuel Vilas es como describir a alguien cercano, tal vez un primo lejano, a quien conoces por las fotos, pero también por su historia y que aunque no converses con él todos los días, sientes que lo conoces de siempre. El escritor aragonés se asemeja a eso, porque cuando uno ha leído su obra y logra conversar, posteriormente con él, es inevitable tener esa sensación de que es alguien familiar, de que lo conoces de toda la vida, que le puedes sonreír con frescura, que podrías hasta gastarle una broma, que tal vez hasta te atreverías a recordarle a alguien que tu conociste y quizás él también lo tenga en su memoria, aunque luego caigas en cuenta que quien está contigo es un afamado escritor, que está entre los cinco mejores escritores contemporáneos de la lengua española, que sus libros han sido traducidos a más de quince idiomas, en fin, que hoy por hoy es uno de los grandes cultores de la literatura hispanoamericana.

Y es que al escritor nacido en Barbastro en 1962 lo conocemos tanto porque escribió dos libros monumentales de la literatura que suelo llamar, ‘de la entraña’. Esa obra personalísima, en la que el autor no se guarda nada y vierte sobre el papel una cascada de sentimientos, sensaciones, anécdotas, historias, reflexiones que nos hacen sentirlo tan cercano como ese primo ausente o ese tío viajero al que tanto queremos y recordamos.

‘Ordesa’ y ‘Alegría’ son dos libros de aquellos, ‘de la entraña’, de la pura esencia del escritor que se sienta a verter en esas páginas en blanco amores, recuerdos, nostalgias, sentimientos, llantos, dolores, fracasos, vida, sobre todo eso, vida.  Porque al final eso es Manuel Vilas, un torrente de energía vital, un escritor que a través del surgimiento del amor y el fracaso de ese mismo amor, nos muestra el lado terrenal de esos escritores que a veces se nos tornan inalcanzables.

“Mi literatura es la historia de mi experiencia vital. Los seres humanos cambiamos y los escritores dejamos huella de esa metamorfosis en los libros. Hay escritores que no cambian tanto, que a lo mejor desde el principio han dibujado una temática a la que le son fieles y el hecho biográfico no se refleja tanto, pero yo soy de esos en que su transformación aparece en sus libros”, son algunas de esas reflexiones que deja Vilas y que no nos dejan incólumes porque pareciera que nos estuviera hablando a cada uno de nosotros.

Ahora Manuel Vilas nos versa sobre el amor maduro, nos hace recordar los besos extraviados, nos enciende con la pasión olvidada, nos hace soñar con ese deseo que carcome el alma y también nos hace reflexionar sobre ese amor que se transforma, que se confunde, que con el paso de los años ya no sabemos definir, pero qué tanto necesitamos.

“Uno de los centros nucleares de esta narración es la aflicción que plantea Salvador (protagonista de la novela)  entre el sexo y el amor, esta dificultad que tenemos los seres humanos en nuestras relaciones amorosas y de por qué el erotismo, la parte más pasional, más carnal, dura tan poco tiempo. ¿Por qué es tan difícil que una relación amorosa que se prolonga en el tiempo mantenga viva la llama del deseo, la llama del sexo?, la novela explora esos territorios”.

Así nos lo dice un Manuel pasional, quien en entrevista con 90 Minutos, no duda un segundo en enfatizar que aunque al final el amor siga siendo un enigma y sepamos tan poco de él, es precisamente el amor la receta para cualquier cosa y lo que hace la literatura o el cine es recordarnos que no podemos alejarnos de las cosas realmente importantes.

Con ‘Los besos’, el escritor aragonés explora un amor pandémico, surgido en los tiempos difícil de las cuarentenas en las que tantas relaciones fracasaron y otras más se transformaron para siempre durante una convivencia obligada.

Después de sus exitosas obras ‘Ordesa’ y ‘Alegría’, llegan ‘Los Besos’, qué hay detrás de esta historia…


‘Los besos’ es una historia de amor entre un hombre de 60 años y una mujer de 45, que se conocen durante la pandemia.

Precisamente el protagonista dice que gracias al virus ha podido conocer a una mujer tan hermosa como Monserrat, que es el personaje femenino, se enamoran profundamente, viven una historia de amor, con mucho sexo, mucha ternura y complicidad y juntos palpitan esta historia mientras ocurre en el mundo la pandemia.

Se cuenta también una indagación de cómo son los amores maduros, la novela explora mucho que las personas mayores también tienen derecho a enamorarse, pues hemos pensado que el amor romántico, apasionado, solo ocurre cuando las personas son jóvenes.

Yo reivindico el amor maduro, la naturaleza que tiene el amor maduro, que es distinto porque es más sereno, donde la experiencia de la vida está más evidenciada y los dos protagonistas se cuentan la vida, y a través de un amor pasa algo al final, que no puedo contar.

Ella es una mujer que tiene un hijo, él no ha tenido una pareja estable, son dos ideologías distintas, pero ambos convergen en el deseo de no estar solos, de combatir las soledades donde están metidos.

Salvador y Monserrat son los protagonistas, y este amor pandémico transcurre en épocas del Covid-19, ¿qué impacto tuvo para usted la pandemia y la cuarentena?


Durante la cuarentena volví a ver ‘Casablanca’, la famosa película y allí hay una escena que es el momento donde entra el ejército nazi en París. Ingrid Bergman, la protagonista, escucha esa entrada angustiosa de los nazis y se vuelve a Humphrey Bogart, y le dice: ‘el mundo se está desmoronado y tú y yo nos hemos enamorado’. Cuando yo volví a ver esa escena me dí cuenta de una cosa importante. Claro, ante la llegada de una catástrofe al mundo, de una gran crisis, en el caso de ‘Casablanca’ nada menos que una guerra mundial y lo que hemos estado viviendo nosotros que es aterrador, pues cuál es la solución para seguir ilusionados por la vida, cuál es la tabla de salvación para poder seguir viviendo, para tener ilusión de vivir, pues una historia de amor.

El amor es la receta para cualquier cosa, probablemente eso ya lo sabemos, pero qué hace la literatura o el cine, recordarnos las cosas importantes. Entonces de esa escena de ‘Casablanca’ empecé a construir la historia de amor, una historia de amor escrita contra la pandemia, es para decirle a la gente cómo podemos luchar contra la pandemia, que aparte de las vacunas, a nivel emocional tenemos cómo luchar contra una pandemia a nivel emocional y es con el amor.

‘Los Besos’ es una novela de amor idealizado, pero podríamos decir que esta obra es la lucha por el amor en tiempos difíciles…


Sí,  decía el novelista Frank Kafka que la alegría es una obligación del ser humano, yo creo que es una responsabilidad individual, sea que tengamos adversidad o sufrimiento. En la vida de los seres humanos tenemos obligación de superar eso y confiar en la vida.

Hay una lección positiva de la pandemia que ojalá aprendiéramos en nuestros corazones y es que las cosas humildes de nuestra vida son importantes: tomar el sol, ver la luz del sol todos los días, ver árboles, caminar por un paseo, charlar con un amigo, tomar un café, disfrutar de las cosas más sencillas, eso de lo más importante y eso es vida. 'Los besos´ nos recuerdan que las cosas más humildes, aquellas que creemos que no tienen mucho valor son las más importantes.

Usted es un hombre que le habla a la vida, ¿será por eso que sus libros generan tantas emociones entre quienes los descubren?


A mí me gusta verme como una persona profundamente vitalista. Ojala las personas que lean mis libros salgan de ellos creyendo más en la vida. Yo creo que todos los seres humanos tenemos un gran don y es el de estar aquí. Yo también escribí una novela que se llama ‘Ordesa’, que tuvo gran éxito en Latinoamérica, en la que yo daba las gracias a mi padre y a mi madre por haberme traído al mundo.

Yo creo en el don de estar vivos, todos los días son motivos de agradecimientos y todos los días contemplamos el misterio de la vida, y claro eso también explica la doble nacionalidad literaria, ser poeta y narrador. La poesía es una afirmación de vida y a veces yo esa afirmación de vida la llevo a la novela.

Con ‘Los besos’, de alguna manera, ¿usted intenta resolver sus propias dudas en torno al amor?


Hay un conflicto en la novela muy interesante que es uno de los centros nucleares de esta narración y es la aflicción que plantea Salvador entre el sexo y el amor, esta dificultad que tenemos los seres humanos en nuestras relaciones amorosas y de por qué el erotismo, la parte más pasional, más carnal, dura tan poco tiempo.

¿Por qué es tan difícil que una relación amorosa que se prolonga en el tiempo mantenga viva la llama del deseo, la llama del sexo?

La novela explora esos territorios. Salvador ve que el amor apasionado que está sintiendo por Monserrat se le acabará, él analiza que después de la pasión sexual pues hay otro territorio importantísimo que es el territorio de la convivencia, de la vida en pareja, de la lealtad, de la complicidad pero ve que ese territorio maravilloso de sentimientos compartidos pues muchas veces lleva aparejado la pérdida de la intensidad sexual.

Por eso intenta unificar esos dos mundos, el mundo del amor, de la complicidad y de la lealtad, y allí se debate el personaje. Ese problema sentimental yo creo que cualquier ser humano que viva en este mundo lo va a tener en algún momento de su vida.

Maestro, yo tengo una gran admiración por su obra y sus reflexiones,  me parece impactante una de esas frases que le he leído y es que usted sostiene que cuando un escritor no entiende algo entonces escribe un libro, ¿será que las relaciones de pareja, como en ‘Los besos’, siempre serán ese gran interrogante que nos acompaña?


Yo he escrito este libro porque no acabo de entender qué es el amor entre dos seres humanos, lo veo y lo compruebo y lo analizo, pero no acabo de entender su esencia.

La manera que un escritor tiene para abordar lo que le parece misterioso es escribiendo un libro, inventando una historia, intentando que a través de esa historia pueda entender mejor. El amor es un enigma de todas formas. Sí, sabemos que no se puede vivir sin amor, pero no sabemos muy bien qué es el amor.

El protagonista de ‘Los besos’, Salvador, es un idealista del amor que no parece corresponderse con estas modernidades de amores virtuales y desechables, con el paso de los años ¿qué es para usted el amor?


Ufff, es una pregunta… El amor es cuando el misterio de la vida se convierte en un cuerpo, eso es el amor, el misterio de la vida hecho cuerpo, la necesidad enorme del otro, la necesidad de placer y la necesidad de conocimiento, eso es el amor.

Finalmente hablemos de Cali, usted estuvo hace un par de años aquí, qué recuerda de la ciudad y qué impresión le dejó


Cali es una ciudad de una enorme belleza y es una ciudad llena de alegría, de fuerza vital, tiene una vitalidad extraordinaria, a mí me enamoró eso. La vitalidad es una afirmación de la vida y en ese sentido me enamoré de esa ciudad, es una ciudad maravillosa.


DIEZ FRASES INMORTALES DE MANUEL VILAS


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