Richie y Bobby Cruz: así nacieron sus canciones de Navidad

Richie y Bobby Cruz: así nacieron sus canciones de Navidad

Por Gerardo Quintero Tello

Jefe de Redacción de 90 Minutos

“Ay, le-lo-lay, le-lo-le, lo-lay, lo-lay, le-lo-lea
Qué linda es la navidad
Aquí en mi querida islita tomando ron cañita, con el compadre Tomás
Y si viene una parranda, nos ponemos a cantar
Aquí en mi querida islita, qué bella es la Navidad”

Quién lo iba a pensar pero fue la melancolía, ese vago estado anímico de tristeza y desinterés lo que llevó a Richie Ray y Bobby Cruz a plantearse la producción de un álbum musical que trajera de todo: bomba y plena, mapeyé y aguinaldo, es decir, aquellas músicas tradicionales de la Isla del Encanto que tanto extrañaban los boricuas que habían emigrado en aquellos años 60 a los Estados Unidos.

Cuando llegaba la Navidad, esa melancolía se apoderaba de los puertorriqueños que no encontraban en el rock and roll que sonaba por aquellos años, el sosiego que les ayudara a recordar el arroz con dulce, el rabito del lechón, los pasteles bien picantes, como los cocina Flor, mucho turrón alicante y el infaltable palito de ron.

Un año después de la llegada de Richie Ray, el primer álbum de ‘Los Durísimos’, el dúo lanzó en 1966 esta fiesta navideña plena de nostalgia que trascendería las fronteras y ya no solo llegaría al alma boricua sino que se convertiría en una referencia mundial del arribo de las festividades decembrinas.

“Y en casa de la comae' vamos a hacer una fiesta

Tendremos arroz con pollo compae' no se lo pierda.

Ay que bella es la navidad

Ay Saoko maíno que barbaridad

Ay que bella es la Navidad”

Y le ruego a Dios por la humanidad”, así entona Bobby con esa voz limpia, sin trucos de sala de edición, interpretando ‘Bella es la Navidad’, una canción que junto al ‘Seis Chorreao’, ‘Bomba en Navidad’ y ‘Aguinaldo Navideño’ se convirtieron en la irrebatible banda sonora de cada fin de año en Cali y de Colombia misma. A tal punto que ‘Bella es la Navidad’ hace parte del álbum 100 Cañonazos del Siglo, que fue lanzado hace un tiempo por Discos Fuentes.

Pero como los caleños no somos conformistas, entonces ‘Bella es la Navidad’ había que acelerarlo porque su tono de bugalú arrastrado, armónico y lento no gustaba a los caleños arrebatados que querían algo más frenético para mover los pies.

Fue en algún momento a comienzos de los años setenta cuando algún DJ errante o discómano (como se decía en el pasado) de esos que podían traspasar sin rubor del ‘Honka Monka’ al ‘Séptimo Cielo’ le dio por iniciar un revolú y modificar el sonido original de 33 a 48 revoluciones por minuto, sacándole punta a la vieja aguja gastada del tornamesa.

Esto originó un guateque sonoro que transformó un ‘suavecito’ tema navideño, en una trepidante ráfaga musical que aceleraba el corazón y las pasiones cada vez que tronaba.

“Y me voy a Bayamón a comer el chicharrón” se volvió un coro clásico decembrino que se cantaba en cada casa, así no comiéramos chicharrón a la medianoche ni tampoco supiéramos dónde queda el dichoso Bayamón.

Rafael Quintero, uno de esos respetados sabios de la tribu salsera en la ciudad, me recordó algo de lo que muy pocos hablan y es que la primera vez que Richie y Bobby pisaron suelo caleño, en 1968, más exactamente en la Caseta Panamericana, era tanta la fascinación que los asistentes ni siquiera bailaban.

Fue tal el embrujo que produjeron estos dos artistas, acompañados de una liturgia que se enardecía con esos vientos abiertos del ‘Indio Cherokee’ y Pedro Rafael Chaparro en las trompetas, que los asistentes a este nuevo culto musical que se abría en la ciudad prefirieron dedicarse por unos instantes a la contemplación. “Es que cuando llegaron a Cali no solo era una banda de gran innovación, con un bugalú que la gente estaba escuchando, sino que los caleños apreciaron el sonido de una banda perfecta. Todo lo que venía de ellos, los caleños lo recibieron con mucha atención”, rememora Rafa.

Y es que en el año 1968 DR (es decir, Después de Richie), ya en la capital de la rumba sonaba el ‘long play’ de lo que se llamó ‘Fiesta Navideña’, un vinilo de nueve cortes, con una carátula en la que el sello Fonseca presentaba a Bobby Cruz, rodeado de sus tres hijos, destapando regalos. “Siempre quise hacer un álbum donde no tuviera restricciones tocantes a su comercialidad, o su tiempo bailable y desde que era bien joven cantaba en el coro de la Iglesia de la Sagrada Familia de Brooklyn. Me gustaba la música de la misa, y hoy con todo respeto puse algo en grabación que espero sea del agrado de todos y que les haga sus Navidades más placenteras”.

Esta esperanzadora dedicatoria que me compartió un amigo melómano y que viene impresa en el disco original de Fonseca Record se volvió una certeza, porque su legado sobrevivió al implacable paso de los años. ‘Los Durísimos’ de esta manera entraron por la puerta grande  de los infaltables discos navideños. Como en tantas otras musicalidades que experimentaron, fueron pioneros en hacer temas decembrinos y su éxito obligó a que otros artistas del sello Fania como Willie Colón, Héctor Lavoe y Cheo Feliciano se aventuraran a narrar las vivencias del jibarito. 

En eso se transformaron Richie y Bobby en Cali, como bien lo recuerda Wilmer Zambrano, otro amigo de esos que deja la búsqueda de la melodía. “Hay que enfatizar que se trata de letras muy sencillas y que a pesar de que el disco fue producido en Nueva York, recordemos que ambos eran inmigrantes en Estados Unidos, que heredaron costumbres de su natal Puerto Rico y que al final construyeron un disco que refleja un sentir latinoamericano, por las costumbres, la unión familiar, la comida…”.

Y es que tanto Richie como Bobby terminaron recibiendo una herencia cultural (desde lo rítmico y gastronómico) a la que decidieron rendirle un homenaje que inicialmente parecía muy local, con ritmos campesinos de Puerto Rico, la música del jibarito, pero que terminó, como sucede con las grandes obras de arte, rompiendo fronteras, perteneciendo a la humanidad y escuchándose una Navidad tras otra en Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú, Puerto Rico y Panamá.

“Ehhh (bomba) Que yo le traigo (bomba)

Mi bomba rica (bomba)

Para que goce (bomba)

Ay na' ma'

Bomba de las navidades

Pa' que gocen

Bomba de las navidades

Ay na' ma'

Ay Dios mi bomba es buena (bomba)

Es navideña (bomba)

Puertorriqueña (bomba)

Ay na’ ma’”

Y qué ‘Bomba Navideña’, sí, de la buena, nos dejaron estos ‘durísimos de la salsa’. Toda una fiesta decembrina de fe, esperanza y caridad, como diría Henry Fiol. Pocos recuerdan que Bobby además de ser un gran cantante, ha sido un compositor de quilates. Basta saber que todos los discos alrededor de esta temática navideña fueron creación del famoso jibarito que se inspiró en su padre, al que llamaban ‘El viejo cacique´. Este incansable hombre del campo, de trabajo duro en los cañaduzales, quedó inmortalizado en ‘Gangan y Gangón’, uno de los discos más espectaculares del famoso dúo y que fue compuesto por Bobby haciendo alusión a sus hermanos gemelos que enloquecían a su padre con sus pilatunas.

“Dios mío, si yo pudiera Bomba ahí na' ma'

Cantarle a un americano

Bomba ahí na' ma'

Y decirle como hermano

Bomba ahí na' ma'

Que el sabor que han escuchado es la bomba navideña

mi bomba puertorriqueña

Bomba ahí na' ma'

Díos mío si ellos tuvieran

Bomba ahí na' ma'

El poder de comprender

Bomba ahí na' ma'

La cultura de mi tierra

Bomba ahí na' ma'

Y el dolor que significa vivir lejos de mi Patria alejado de mi vida

Bomba ahí na' ma'”

Toda la nostalgia de Bobby Cruz contenida en unos versos que le salen de su más profundo ser, mientras el ‘Indio cherokee’, ‘mister Trumpet Man’, hace que nuestra piel vibre mientras revienta esa trompeta en nuestro más profundo sentimiento. ‘Bomba en Navidad’, del álbum Felices Pascuas producido en 1976, diez años después del primer gran éxito navideño, se convirtió en un himno a la vida y una suerte de reivindicación cultural bailada y entonada a coro en diciembre. La dulce voz de Miki Vimari le dio el toque de armonía perfecto que necesitaba un disco que también es un reclamo, un grito desesperado de esos puertorriqueños que vivían en Estados Unidos y se sentían marginados en el gueto.

“Dios mío si ellos tuvieran el poder de comprender la cultura de mi tierra y el dolor que significa vivir lejos de mi patria alejado de mi vida”… Una estrofa de dolor en el que puede uno cerrar los ojos e imaginar al Bobby, casi al borde del llanto, convirtiendo su canto en un reclamo que compartían miles de sus compatriotas en el coloso norteño.

El impacto de ‘Los Durísimos’

Otro amigo de la rumba, respetado gurú de la tribu salsera, Umberto Valverde, testigo presencial del arribo del ‘sonido bestial’, me dice que el impacto musical del dúo fue tan brutal que la gente salía del concierto conmocionada. “Las primeras dos veces que ellos vinieron yo fui todos los días, con mi amigo Carlos Jiménez. Sus presentaciones marcaron un hito en la ciudad. Con Richie Ray la salsa pasó del barrio Obrero a ser de las clases medias, atravesó todos los sectores sociales”.

Valverde confirma lo dicho por Rafa Quintero y en su memoria navegan recuerdos de unos asistentes en modo ‘zombi’ que contemplaban hipnotizados las descargas del dúo más longevo de la salsa. El escritor del barrio Obrero considera que ese día se configuró una suerte de amor eterno entre ‘Los mamitos’ y los caleños.

Para Rafa Quintero el hecho de que los temas navideños de Richie y Bobby Cruz perduren y no tengan fecha de caducidad solo se puede explicar por dos razones: la devoción y fanatismo que siempre despertaron los ‘durísimos’ y el concepto fiestero de su música, algo que a los caleños nos gusta por naturaleza.

“Sus letras invocan las navidades, recuerdan las tradiciones y toda esa unión y esas canciones nos dejan este legado musical que no se cansa de sonar en cada diciembre”, agrega Rafa.

Uno podría aventurarse a decir que la historia musical de Cali se partió en dos: AR y DR (es decir, antes de Richie Ray y después de Richie Ray). Más de 50 años han pasado desde que el sonido bestial se instauró en Cali para nunca marcharse. Ningún fin de año sería igual en esta ciudad sin el ‘Seis Chorreao’, ‘Bella es la Navidad’, ‘La Bomba Navideña’ o ‘El Aguinaldo Navideño’. Y por eso, para todos los sobrevivientes del bicho que anda suelto, el estallido social, la crisis económica y demás situaciones difíciles que hemos sorteado este año, el mensaje que nos dejaron ‘Los durísimos’ no puede ser más oportuno…

“Yo le pido a Dios estas navidades

Mis felicidades a mis familiares

Y le ruego a Dios por la humanidad

Gloria en las alturas y en la tierra paz.

Los niños que esperen a los reyes magos

Que ellos siempre vienen con muchos regalos

Y en el año nuevo tan espiritual

Todos rogaremos por eterna paz.

Ay que bella es la Navidad”

CINCO DISCOS PARA GOZAR LA NAVIDAD CON RICHIE RAY AND BOBBY CRUZ:

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