En la sociedad, la equidad de género es una meta aún por alcanzar y el papel de la mujer en el desarrollo económico de una ciudad es de vital importancia.
Por este motivo, el noticiero 90 Minutos tuvo la oportunidad de hablar con Lina Buchely Ibarra, directora del Observatorio para la Equidad de las Mujeres (OEM).
De acuerdo con Buchely, el Observatorio ha recopilado datos recientes que revelan una brecha significativa entre mujeres y hombres en términos de participación económica, en el Valle del Cauca y en el Pacífico extendido. Adicionalmente, identificaron un factor que podría impulsar la inclusión económica de las mujeres: el trabajo de cuidado.
El rol de la mujer en la ciudad
El trabajo de cuidado, explica la directora del OEM, es ese tejido invisible que sostiene la sociedad, pero que rara vez se contabiliza en las métricas económicas tradicionales.
En el caso específico de Santiago de Cali, Lina Buchely señala que las mujeres dedican considerablemente más tiempo que los hombres a estas labores no remuneradas; más de tres horas al día en promedio.
"Si se contabilizara el valor económico de este trabajo, se ha llegado a la conclusión en modelos económicos generales que las mujeres tendrían una participación casi del 18 al 20% en los renglones económicos".
Explicó en exclusiva para 90 Minutos.
En este sentido, estos hallazgos reflejan la importancia de reconocer el trabajo de cuidado por las mujeres, no solo en el ámbito familiar, sino también en su contribución al crecimiento económico de la ciudad.
"Eso quiere decir que esa economía invisible produciría más que el sector del turismo, la industria, el comercio (...) Es fundamental reconocer a la mujer como un agente económico".
De acuerdo con Lina, está demostrado que tener una perspectiva de género dentro de las organizaciones implica que las empresas pueden tener un retorno social en términos de equidad de casi el 20%.
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Cifras impactantes
Desde 2018, el Observatorio para la Equidad de las Mujeres ha recolectado y analizado datos, con el objetivo de generar conciencia y promover políticas efectivas. Antes de 2018, la disponibilidad de datos sobre la situación de las mujeres en la región era limitada.
Si bien el Departamento Administrativo Nacional de Estadística, Dane, proporcionaba datos económicos generales, no ofrecían una imagen completa de las realidades específicas que enfrentaban las mujeres, como sus salarios, ingresos y participación en el mercado informal.
Para abordar esta brecha de información, el OEM comenzó a recopilar sus propias estadísticas, centrándose en áreas críticas como el trabajo reproductivo, la participación en el mercado laboral y el acceso a la seguridad social y los servicios de salud.
Uno de los hallazgos más impactantes fue la prevalencia de la informalidad laboral entre las mujeres.
"De cada tres personas en situación informal, dos son mujeres y esa cifra es impactante porque esas personas no están conectadas con los sistemas de acceso a la seguridad social y servicios de salud; lo que afecta su bienestar económico y social".
Además, según las estadísticas del Observatorio, aproximadamente el 70% de las mujeres reportan no tener voz en la toma de decisiones sobre sus ingresos.
"Cali tiene una brecha salarial más grande que en todo el país. En Colombia estamos en 13%, ha disminuido mucho en los últimos años, pero en Cali está rondando hacia el 15% y eso es más paradójico; si tienes en cuenta, por ejemplo, que en Cali las mujeres están más profesionalizadas, tienen un mejor estándar académico que los hombres".
En este sentido, se gradúan más mujeres, pero se contratan menos. "Solamente el 33% de las mujeres integran las juntas directivas de las organizaciones que lideran el Valle del Cauca y eso marca, por supuesto, una brecha muy importante de participación y de decisión económica de las mujeres en Santiago de Cali", explicó Lina.
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Mujeres en el mercado laboral formal
Es crucial que las mujeres comiencen a diversificar las capacidades y habilidades para integrarse al mercado laboral formal. Un factor fundamental que siempre se destaca es que muchas mujeres prefieren la informalidad debido a las responsabilidades reproductivas.
"Por eso es que estamos viendo a mujeres en la casa, pintando uñas o en negocios textiles, que no tienen curvas incrementales".
Un aspecto impresionante es que, los hombres pueden dedicar hasta 10 años a sus emprendimientos. Sin embargo, las mujeres rara vez superan los tres años debido a responsabilidades de cuidado que interrumpen su trayectoria laboral. Este ciclo se ve agravado cuando tienen hijos o cuando surgen problemas de salud en la familia.
Por su parte, Lina Buchely, dice que es fundamental reconocer que las mujeres no podrán escapar de estas estructuras informales e inestables, a menos que se implementen políticas que redistribuyan las responsabilidades de cuidado.
Además, liberarlas de esta carga no solo les permitirá ingresar al mercado laboral formal y ser económicamente independientes; sino que también reconocerá y valorará el tiempo que dedican al bienestar de sus familias, un tiempo que actualmente no es remunerado ni reconocido.
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