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"Por fin lo logré, es lo máximo de mi carrera": Óscar Figueroa

"Por fin lo logré, es lo máximo de mi carrera": Óscar Figueroa

Figueroa pasó a la historia. El antioqueño de nacimiento, pero vallecaucano de corazón, estalló en júbilo los corazones de 45 millones de colombianos, tras conseguir la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Río 2016.

Y es que la emoción se desbordó con el himno sonando en Río por primera vez en estos juegos y por tercera vez en toda la historia de las competencias. Óscar explotó en llanto y los colombianos lo abrazaron a la distancia.

"Esto es indescriptible. Es la máxima emoción que he conseguido como deportista. Por fin lo logré después de 22 años de carrera", aseguró Figueroa, quien en los pasados Juegos de Londres le había dado la medalla de plata en la misma categoría, los 62 kilogramos.

El colombiano, llegó a Río con la duda de su participación ante las críticas de aquellos que lo considaraban "viejo" para conseguir el objetivo.

Sin embargo, el empuje y la seguridad que siempre se ha tenido; confianza que le dio más de cinco títulos panamericanos, le permitieron hoy convertirse en el primer hombre en conseguir el oro en unas justas olímpicas.

"A las personas que hablaron les quiero decir que no estaba viejo, simplemente tengo más experiencia y ahí en la plataforma lo pudieron ver", dijo el pesista, que junto a Jackeline Rentería, son los únicos deportistas en conseguir dos preseas en unos Juegos.

Y es que la alegría de criado en el Valle del Cauca fue máxima cuando se enteró que su familia lo estaba esperando de brazos abiertos en la tribuna. Su madre, su hermana y su sobrino, aguardaron escondidos en una bandera tricolor para no distraer al pesista, que tras conseguir el oro, se encontró con ellos en la zona de atrás.

"Es igual de emocionante como aquel momento en el que gané. Verlos acá, tenerlos acá, es algo indescriptible. La emoción es única", insistió el campeón olímpico.

Al final, las lágrimas solamente le dicen adiós a una carrera llena de triunfos, dolores, lesiones y sacrificios, que hoy tienen su recompensa, y como se vio en la plataforma, los zapatos quedarán al lado de las barras para seguir enseñando a futuros medallistas.

"Yo creo que no había mejor forma de despedirse. Un oro olímpico es la máxima expresión de alegría para un deportista y mi final ya está cerca", finalizó Óscar Figueroa.