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Carolina Pineda y el sueño "Superpoderoso" de Río 2016

Carolina Pineda y el sueño "Superpoderoso" de Río 2016

Una mano se estiró fuera del carro y entregó unas monedas.

─Chino, ¿usted sabe qué debería estar haciendo? ─preguntó Carolina Pineda.

─¿Qué? ─dijo el niño, que apenas llegaba a la ventanilla.

─Jugando fútbol.

─Eso hago, en el barrio donde vivo.

“Lo que dije fue una filosofía de vida. El fútbol, todo el arte y la cultura, puede ocupar el tiempo de estos niños que trabajan en las calles”, piensa Mildrey Carolina Pineda Echeverry, volante de la Selección Femenina de Fútbol de Colombia y quien fue convocada por el director técnico Felipe Taborda para jugar en Río 2016. Siguió conduciendo, su hermana Yuri, gimnasta, en el asiento de al lado. Venían de entrenar en el parque El Ingenio. Era domingo.

Jugar en las calles. Carolina, nacida el 1 de octubre de 1989, empezó pateando piedritas en el barrio Santa Fé, en Cali.

“Cuando uno es niño qué importa lo demás si no era el juego; problemas económicos, la comida… no importaba”, reflexiona. Ella jugaba con sus amigos, mientras algunos vecinos se fastidiaban de ver una mujer, la única niña, dedicada al fútbol, dirigiendo a sus hijos y sus posiciones en una ‘cancha’ a veces interrumpida por el paso de los carros. En ese tiempo, Carolina admiraba a Shevchenko, ex-futbolista ucraniano del A.C. Milán y era hincha del Atlético Nacional, herencia de una familia paisa. “Ahora no soy hincha de ningún equipo, prefiero jugar antes de comentar en lo  que no estoy inmersa. Pienso que hoy se juega menos de lo que se habla”, opina.

Cumplidos los 13 años, una amiga de su familia la llevó a la escuela Carlos Sarmiento Lora, en donde terminó de delantera. Los logros iniciales por ese tiempo: primer lugar en el Campeonato Nacional, en Medellín, con su institución de origen, en 2003; ingresó a la Selección Valle Categoría Mayores, ocupando el segundo puesto, en 2004; y ese mismo año, ganó la medalla de bronce en los Juegos Deportivos Nacionales, con la Valle.

En 2005, con 15 años, entró a la Selección Femenina de Fútbol de Mayores, participando de volante en los Juegos Bolivarianos, ocurridos en Pereira y Armenia, del 12 al 21 de agosto. En aquella vez, la Selección le siguió con una medalla de plata a Perú, galardonado con una de oro.

“Anteriormente, como toda niña, el juego era recreación. Cuando asumí algo más competitivo encontré la ilusión y presión que tanto buscaba”, recuerda. ¿Y qué habrá después de ser jugadora profesional? “Más presión… Y ser entrenadora de la Selección Colombia, masculina y femenina”.  

***

En 2009 nació el Club Deportivo Atlas C. P, una invención de Carolina, su directora actual. Por una convocatoria de ese mismo tiempo a instituciones educativas y barrios de Cali, llegó, con 13 años, del Colegio Bolivariano Nicole Regnier, delantera actual de Rayo Vallecano de Madrid, que bautizó el nombre del Club inspirada en el programa televisivo ‘Atlas, la otra pasión’, cuyo protagonista era el equipo amateur argentino Club Atlético Atlas. El fénix del escudo color fuego significa renacer de las cenizas.

Aunque pula la habilidad masculina, Atlas, situado en la Calle 18 con carrera 66,  se especializa en el fútbol femenino. Recientemente, se quedó con el subtítulo en el Pony Fútbol de Medellín. La academia desempolva el estigma machista de que una mujer no puede jugar en la cancha.

“A Atlas llegan niñas desde los 4 años. Cuando yo tenía esa edad no existían academias con esas oportunidades; yo empecé desde los 13”, precisa Carolina. “Al contrario de Estados Unidos, una potencia que entrena mujeres desde mucho, mucho más pequeñas”.

En los últimos amistosos con las norteamericanas, Colombia perdió 7-0 y 3-0 el seis y diez de abril, respectivamente. Luego de clasificar a Río 2016, dado el triunfo de Ecuador sobre Argentina en la Copa América, Colombia quedó en el grupo G, junto con Francia, Nueva Zelanda y Estados Unidos, al que consideran el mejor equipo de fútbol femenino por ser campeón en el Mundial de Fútbol Femenino de 2015, celebrado en Canadá.

Por otro lado, Colombia tiene a Nicole Regnier, la caleña de 21 años que jugó como delantera en el Atlético de Madrid, ahora como ‘vallecana’ y atacante en los Olímpicos; a Ingrid Vidal, quien se formó en los barrios palmiranos desde los siete años hasta diez que le siguieron para formar parte de la Selección Sub-17 y llevar recientemente el sentimiento de revancha por la derrota en Londres hace cuatro años…

Y a Pineda… Carolina Pineda, quien detrás de ella está la aspiración femenina de Atlas, acaso jugando los partidos futuros de la Selección, asesorados inicialmente por la caleña de ascendencia antioqueña.

“Cuando entreno a mis niños, extraño mi competición en el campo. Y si es al contrario, extraño mi rol de entrenadora”, contrasta la deportista caleña, quien ha afinado sus pequeños con pases diversos y palabras entusiastas, parecidas a las que le dijo el técnico Julio Valdivieso a Carolina en su primer partido con la Selección.

Era la fase de grupos de los Juegos Bolivarianos 2005. Las ‘superpoderosas’ –un apodo que ni entre ellas utilizan- enfrentaban a Bolivia. El técnico, en los últimos momentos, llamó a Carolina. Luego de subirse las medias, se santiguó.

Cuando regresó luego de unos tantos toques, Julio Valdivieso le dijo:

─Recuérdalos: son tus primeros quince minutos con la Selección.

Ella no dijo nada.

Por Jaír Fernando Coll Rubiano, estudiante de periodismo de la Universidad Autónoma de Occidente.