América de Cali

Anthony De Ávila, ‘El Pitufo’ que descendió a los infiernos

Detenido en Italia por tráfico de estupefacientes, el goleador histórico del América de Cali enfrenta el partido más difícil de su existencia. Semblanza de un artista del gol que conquistó con anotaciones y endiablado juego el corazón de la exigente hinchada escarlata.

Anthony De Ávila, ‘El Pitufo’ que descendió a los infiernos

Detenido en Italia por tráfico de estupefacientes, el goleador histórico del América de Cali enfrenta el partido más difícil de su existencia. Semblanza de un artista del gol que conquistó con anotaciones y endiablado juego el corazón de la exigente hinchada escarlata.

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Si hay un Olimpo destinado para los mejores jugadores de un club, la hinchada del América de Cali tiene un sitial preferencial para uno de los suyos: Anthony William de Ávila Charris. Más conocido como ‘El Pitufo’, Anthony se ganó el corazón de la exigente fanaticada escarlata prácticamente desde su debut. De Ávila, hoy descendido a los infiernos por cuenta de sus líos con la justicia italiana, naufragó entre las malas inversiones y las dificultades económicas que hoy lo tienen enfrentando una condena de doce años de cárcel por tráfico de estupefacientes.

Anthony de Ávila nació en Santa Marta hace 58 años. Allá en las Playas de la Bahía más hermosa de América, el pequeño jugador comenzó a destacarse por su velocidad y habilidad para eludir contrarios. A pesar de ser bajo de estatura, Anthony pertenecía a esa estirpe de jugadores que no se amilanaba ante sus rivales más grandes, más fuertes, pero también, más torpes. En los años ochenta América construía un equipo poderoso y resuelto a sumar títulos que lo encumbraran entre los mejores del país. Los cazatalentos viajaban por toda Colombia buscando promisorios talentos que pudieran ser incorporados al club. Los rumores de una joven figura que levantaba arena en las playas samarias y en la cancha de ‘Pescaito’ comenzaron a expandirse como la brisa que cobija a la capital del Magdalena. Hasta allá llegó una comisión de veedores para tentar a la promesa futbolística. Fue en 1982 cuando De Ávila, un cuasi-adolescente llegó a un América que tres años antes, en 1979, había conseguido el primer título de su historia. Arribó a un club en el que descollaban figuras como Juan Manuel Bataglia, Víctor Lugo. Oswaldo Damiano y la bordadora Roque Raúl Alfaro.

Allá en las Playas de la Bahía más hermosa de América, el pequeño jugador comenzó a destacarse por su velocidad y habilidad para eludir contrarios

América


De todos era conocido que el médico Gabriel Ochoa Uribe, técnico histórico de los Diablos Rojos, prefería incluir en su nómina titular jugadores con mayor recorrido y experiencia. Sin embargo, desde sus primeros entrenos, De Ávila mostró unas condiciones innatas que hicieron que el estratega se fijara en esa figura que no superaba los 1:57 cm de estatura. La habilidad de Anthony, sumada a su endiablada velocidad y la seguridad para definir en el área rival con nervios de acero lo catapultaron rápidamente al equipo principal. No era fácil para el novel samario ganarse un espacio donde los puestos titulares estaban prácticamente definidos. Pero fue allí, hombro a hombro, guerreando cada pelota, anotando goles, enfrentando sin temor a rivales más fuertes que él que se fue ganando el cariño de la hinchada roja que vio en el pequeño jugador, el diablillo que necesitaba para desbaratar defensas, destruir sistemas, postrar laterales, arrastrar marcaciones, doblegar rivales. En esa primera temporada con los escarlatas, Anthony participó en 24 encuentros y logró anotar tres goles, los primeros de una seguidilla impresionante que lo consagrarían al final de sus días futbolísticos como el máximo anotador en la historia de los Diablos Rojos, lo que lo elevaría a la escala de ídolo de la hinchada roja.

El escritor Umberto Valverde, de corazón rojo y quien dirigió La Revista del América durante muchos años, recuerda que cuando llegó Anthony al cuadro escarlata fue toda una sensación por su carisma y capacidad futbolística. Además, por edad y porque se entendían muy bien en la cancha, el samario se convirtió en la ‘llavería’ de Alexánder Escobar, ‘El Pibe del Barrio Obrero’, con quien el cronista sostenía una gran amistad. Valverde devuelve sus pasos y rememora con nostalgia aquel equipo que se llamó el de ‘Los Pitufos’, que era la escuadra B del América y que el médico Ochoa Uribe ponía a competir cuando el equipo titular tenía previstos partidos por Copa Libertadores. Esas reservas del América, en la que descollaban De Ávila, Ampudia, Alex Escobar, ‘El Pollito’ Díaz, ‘El Poni’ Maturana, entre otros, comandado por un Willington Ortiz que se recuperaba de una lesión y al que llamaban de manera cariñosa ‘Papá Pitufo’ era una fantasía futbolística. Muchos aficionados aún recuerdan la magia, el toque, la habilidad, el vértigo futbolístico que le imprimían a cada juego. El Pascual se llenaba cada vez que anunciaban a ‘Los Pitufos’ pues la verdad era que daba más espectáculo que el equipo principal. Era 1984 y De Ávila acaba de regresar de una corta estadía en Argentina, donde había sido enviado para aclimatar un poco los ánimos y atemperar el fuerte carácter que lo traicionó varias veces y que incluso lo llevó a varios choques con el médico Ochoa.

Argentina


En el país gaucho, Anthony jugó en el Unión de Santa Fé, un pequeño equipo de la provincia, donde como no podía ser de otra manera, dejó una grata impresión. Pero la verdad es que el destino de ‘El Pitufo’ (como fue bautizado por su estatura, luego de que se hiciera popular en 1981 una serie animada de televisión) estaba marcado. El planeta rojo le pertenecía y a su lado, el amor que le profesaría una de las fanaticadas más apasionadas del país.

Uno de los momentos que más se recuerda de sus primeros años fue un clásico ante el Deportivo Cali. Como fue una constante, Anthony siempre ‘vacunó’ al tradicional rival. En uno de esos juegos, una tarde de domingo, Anthony enfrentó por la punta derecha a un recio marcador de los ‘azucareros’ llamado Javier Solarte. Al ganarle una y otra vez los duelos personales, Solarte decidió emplear la pierna fuerte, pero como De Ávila desde sus inicios se caracterizó por no ‘arrugar’ y siempre ir al frente, volvió a encararlo y en medio de un fuerte forcejeo cayeron al piso. Se encendieron los ánimos, empujones iban y venían entre jugadores de uno y otro equipo hasta que el árbitro decidió terminar el juego y comenzó un escándalo porque acusaron a Solarte de haberle arrebatado a Anthony una cadena que tenía en su cuello. Los periodistas bautizaron este clásico como ‘el de la cadenita’ y lo que más se recuerda fue cuando varios jugadores del América, entre ellos De Ávila, salieron al campo a la media hora a repasar el césped del Pascual en busca de la bendita alhaja que nunca apareció.

Pero más allá de esta anécdota, el samario año tras año fue consolidándose en el equipo titular. Ya nadie le pudo sacar el puesto y se volvió el hombre que simbolizó el gol en América. En tiempos de Bataglia, Cabañas, Gareca y Willington no era fácil lograr un espacio y menos convertir anotaciones. Un rompe-redes sin igual que lo llevó a ser el goleador histórico del América con 206 anotaciones.

Uno de esos momentos más difíciles de Anthony en la escuadra roja sucedió en 1985. Aun muy joven y apenas despegando en el firmamento futbolero, el samario era una alternativa extraordinaria para el médico Ochoa Uribe. Ese año América disputó su primera final de Copa Libertadores con Argentinos Juniors. Los juegos de ida y vuelta fueron muy parejos y solo se definieron por triunfos mínimo de 1-0. Fue entonces necesario un tercer partido que se jugó en Asunción. El partido fue recio y a pesar de la prórroga nunca se rompió el empate de 1-1. No había posibilidad de un nuevo partido y fue necesario acudir a los tiros desde los doce pasos para decidir el campeón del torneo continental. Allí fue la primera vez que Anthony descendió a los infiernos, la segunda sería ahora, cuando en Italia comenzó su partido más difícil ante la justicia.

El cronista Umberto Valverde me describe ese momento como si lo estuviera viendo en este instante, en el propio estadio Defensores del Chaco, de Asunción. “Cuando ocurre lo de la final con Argentinos Juniors es que también nace mi rivalidad con Falcioni. Ese año el arquero americano había decidido cobrar todos los penales y los hacía en Colombia. Entonces cuando comienza la tanda de penaltis yo me sorprendí porque Falcioni se abstuvo de patear, a él le correspondía ejecutar uno de los cobros y no quiso porque enfrentaba a un equipo argentino y nunca lo dijo. Ochoa entonces mandó a un jovencito De Ávila, sin experiencia en cobros de penales, a que hiciera el último cobro, el definitivo, fue una decisión errada porque el arquero de Argentinos era Enrique Vidallé, veterano y ‘viejo zorro’ del pórtico, quien se adelantaba en cada lanzamiento. Anthony erró el penal y los argentinos ganaron”. Lo que vino después fue un mar de llanto del que Valverde fue testigo, pues lo acompañó en el cuarto del hotel donde escuchó las llamadas de los directivos para apoyarlo en ese momento crítico. La verdad es que la hinchada del América, a pesar de la decepción, nunca le reprochó al hábil jugador ese yerro. Por el contrario, fue aún más arropado por una fanaticada que sentía al jugador de su entraña, de hueso rojo, como sería para siempre. Con América, el único equipo en el que jugó en Colombia, Anthony se consagró campeón en 1982, 1983, 1984, 1985 y 1986, es uno de los históricos pentacampeones. Pero también alcanzó la gloria en 1990 (el último con Ochoa Uribe) 1992 y 1996. Ocho títulos que lo convirtieron en el jugador colombiano con más campeonatos en el país.

Con su espíritu caribeño intacto, Anthony llegó a una ciudad muy parecida a su querida Santa Marta. La rumba le gustaba y Convergencia, la mítica salsoteca que tuvo Rafael Quintero en los ochenta, por la Calle 18, fue uno de sus lugares preferidos. Esas jornadas nocturnas le trajeron algunos problemas con la disciplina militar que imponía el médico Ochoa. Sin embargo, con los años, De Ávila fue atenuando su temperamento e incluso conoció el mensaje de Jesús y comenzó a predicarlo en cuanta entrevista se cruzaba en su camino. Fue tal su conversión que en los noventa protagonizó una polémica que atravesó a la extensa familia escarlata. Cansado de las derrotas en Copa Libertadores (Anthony estuvo presente en las cuatro finales perdidas) le atribuyó la ‘mufa’ (como dicen los argentinos) al viejo diablo que ha acompañado la historia escarlata. Esa tal vez fue la única vez que la hinchada roja se dividió en torno a uno de sus máximos ídolos. Incluso Valverde recuerda que en la revista del América se escribieron varios artículos en los que cuestionaban la decisión del jugador de tapar con un esparadrapo el pícaro diablo de la camiseta. En esa cruzada lo acompañaron varios compañeros, mientras otros optaron por dejar libre el escudo.

Ecuador


Poco tiempo después, el samario decidió explorar nuevas tierras y tuvo un paso exitoso por el Barcelona de Ecuador, donde otra vez la mala suerte lo acompañó y a pesar de llegar nuevamente a una final de Copa Libertadores, el título le fue esquivo para siempre. En 1996 se había coronado como el máximo goleador de la Copa Libertadores con once anotaciones, logro que no le sirvió para llevarse el título con los rojos, que al final perdieron el duelo con los argentinos del River Plate. En el fútbol colombiano solo una vez se coronó como el máximo artillero y fue en 1990, cuando consiguió 25 goles en 43 partidos disputados, ese fue el último título que consiguió de la mano de Ochoa Uribe, el técnico que lo llevó a los ‘Diablos Rojos’. Con la Selección Colombia también tuvo un recorrido exitoso. El samario participó en dos mundiales (Estados Unidos 1994 y Francia 1998) y con la casaca de la tricolor logró anotar trece goles. También estuvo en eliminatorias y las copas américas de 1987, 1989 y 1991. La polémica también lo rodeó en la Selección cuando después de un partido por eliminatorias contra Ecuador, donde salió figura de la cancha, decidió dedicarle el triunfo a unas personas que estaban privadas de la libertad, en clara alusión a los hermanos Gilberto y Miguel Rodríguez, quienes se encontraban detenidos por ser los jefes del Cartel de Cali.

Pero quizás uno de los momentos más memorables del Pitufo De Ávila ocurrió varios años después de su retiro del fútbol. América atravesaba una de esas enormes crisis que lo han acompañado a lo largo de su historia y con el propósito de recaudar algunos recursos para completar el dinero de la nómina, el técnico Diego Edison Umaña dio el visto bueno para que el crack rojo volviera a vestirse de cortos. El viejo tenía 46 años, atención, 46 años, cuando desde aquella época se considera muy veterano a un futbolista a los 30 años. Pues bien, De Ávila ya había disputado un par de partidos sin mayor trascendencia y se venía el clásico ante el Deportivo Cali.  Ese día, un domingo 13 de septiembre del 2009, yo estaba en esa cancha con mis colegas César Polanía y Jorge Enrique Rojas, todos de hueso rojo parejo. Nos hicimos en la tribuna de Occidental Baja, costado sur, cerca del banco americano.

Mientras soportábamos las burlas de los hinchas del Cali, un despelucado Anthony, con menos velocidad que en el pasado, pero con la misma enjundia de siempre, entró a la cancha como un tigre, a comerse cuanta camiseta verde estuviera al frente. Los rojos llevaban ocho fechas sin conocer el triunfo y los ‘azucareros’ llegaban con más viento en la camiseta. Su técnico, José ‘El Cheché’ Hernández, había calentado el clásico diciendo que "un viejito de 46 años no podía marcarme un gol". Al minuto 38, con el número 7 en la espalda, Anthony escribió una página gloriosa en la historia del derby vallecaucano.  Una pelota filtrada por ‘El riflecito’ Andrade encontró a un De Ávila inspirado, que quizás recordando sus tiempos juveniles fulgurantes, se volteó con gran destreza y con pierna izquierda batió la resistencia del arquero Jáiber Cardona. Lo que vino después fue el paroxismo total. La tribuna parecía que se iba a caer. Con mis amigos nos abrazábamos, se hizo un nudo en la garganta, rodaron lágrimas, mientras al fondo contemplábamos al pequeño diablillo que se arrodillaba y elevaba sus manos al cielo dando gracias al Todopoderoso por haberle dado la fuerza necesaria para marcarle, una vez más, al tradicional rival. Como hormigas extraviadas fueron desfilando uno a uno por el torno de salida los fanáticos verdes que apenas hacía unos instantes nos ‘cargaban’ con los comentarios fuera de lugar para burlarse del goleador. Una vez aquella máxima de que no hay enemigo pequeño volvió a salir triunfante. América ganó 3-1, pero lo más increíble, sin duda, era que Anthony a los 46 años se había convertido en el jugador más longevo en la historia del fútbol colombiano en marcar un gol, ¿y a quién se lo hizo? Nada menos que al Deportivo Cali, no resulta necesario añadir más.

Fue la última vez que lo vi en una cancha y no puedo negar que me duele lo que le está sucediendo. Un ídolo deportivo que le dio tantas satisfacciones a la fanaticada roja merecía otro destino. ¿por qué no estaba trabajando en las divisiones menores de los Diablos? ¿por qué no era el veedor que buscaba los nuevos talentos? ¿Por qué no hacía parte de la junta deportiva del equipo? Solo algunos sabrán la respuesta a tanta desidia con uno de los más grandes talentos que ha dado el club. Ahora Anthony, al final de su vida deportiva, encara el juego más difícil de su existencia. Ojalá, como tantas otras veces, logre sacar la marca, gambeteé al duro rival y logre conseguir la victoria en este partido que llega en el otoño de una vida que debió ser más placentera para alguien que regaló tantas alegrías.

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América rechaza el árbitro designado para duelo contra Santa Fe; publicó comunicado

Mediante un comunicado oficial, la institución ‘escarlata’ “rechazó vehementemente” la decisión de la Comisión Arbitral previo a un duelo decisivo en Bogotá.

América rechaza el árbitro designado para duelo contra Santa Fe; publicó comunicado
Tomado del la cuenta de X de América de Cali.

Mediante un comunicado oficial, la institución ‘escarlata’ “rechazó vehementemente” la decisión de la Comisión Arbitral previo a un duelo decisivo en Bogotá.

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Hace horas, América de Cali jugó contra Deportivo Pasto, dicho compromiso terminó sin goles en el Pascual Guerrero. Sin embargo, más allá del resultado que es fatal para los ‘escarlatas’ que buscan un cupo en los ocho clasificados, el club se quejó por las decisiones arbitrales. 

Justamente, las quejas del máximo accionista de la institución americana fueron divulgadas en la cuenta de X. Señalando que las decisiones afectaron el desarrollo del partido de la jornada 17 de la Liga Betplay: 

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Por otra parte, 90 minutos hizo un análisis de la situación con un experto en el tema: 

América de Cali rechaza designación de Edilson Ariza 

Sumado a lo anterior, mediante los canales oficiales del equipo se “rechazó vehementemente la designación del señor Edilson Ariza Moreno”; quien fue llamado por la comisión arbitral para dirigir el duelo entre América de Cali contra Santa Fe.  

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A su vez, este compromiso es importante para los ‘escarlatas’, ya que pelean por un cupo en el octogonal de la Liga Betplay 2024-I. 

Quejas por arbitraje 

Justamente, en abril de 2023, el América jugó contra Boyacá Chicó y el central fue el mismo Ariza y una vez finalizado el compromiso, Alexandre Guimaraes, técnico en ese momento, y Adrián Ramos se quejaron de la actitud del árbitro. 

Adicionalmente, en el reciente comunicado de los ‘escarlatas’ se reclama la intervención de un veedor que garanticen la “imparcialidad y neutralidad” en los compromisos del fútbol colombiano. 

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América y Cali: ¡A sumar por el liderato de la Liga Femenina!

Los equipos del Valle del Cauca desean mantenerse en el grupo de los ocho en la octava fecha de la Liga Femenina y competir por el liderato.

Los equipos del Valle del Cauca desean mantenerse en el grupo de los ocho en la octava fecha de la Liga Femenina y competir por el liderato.

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Una nueva jornada de la Liga Femenina Colombiana se va a jugar este fin de semana, con cuatro partidos el sábado, uno el domingo y cierra con dos el lunes, que darán cumplimiento a la octava de esta temporada.

El partido que abre la fecha se disputa el sábado 20 de abril, a las 3:30 de la tarde en Palmaseca, donde Deportivo Cali recibe a Santa Fe. Este día es el grueso de la fecha.

Los partidos que complementan la jornada son Real Santander frente a La Equidad, Millonarios contra Cúcuta Deportivo y Pereira ante Llaneros.

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América de Cali juega como visitante el domingo 21 ante Alianza FC, en el Estadio Raúl Miranda de Yumbo, para un duelo de vallecaucanas.

El cierre de la octava fecha será el lunes 22, con dos partidos entre Deportivo Pasto que recibe a Internacional FC y Atlético Nacional, segundo de la tabla, que visita a independiente Medellín.

Las vallecaucanas en la Fecha 8

Esta es otra oportunidad para los equipos vallecaucanos de seguir sumando. Por un lado, el Deportivo Cali, que continúa tercero y espera continuar con el invicto de dos fechas, espera el sábado a las 3:30 de la tarde, a Santa Fe, octavo de la tabla.

Además, de darse ciertos resultados, ‘las azucareras’ accederían a la segunda casilla. Para ello deben ganar los 3 puntos y esperar que Atlético Nacional no sume en su visita a Independiente Medellín.

"Para enfrentar a Santa Fe, he decidido implementar algunos cambios tácticos. Estoy convencido de que el excelente rendimiento que ha mostrado el equipo durante el torneo y los entrenos se verá reflejado en el resultado del partido."

Sentenció Jhon Albert Ortiz, DT. Deportivo Cali Femenino

Por su parte, América, consolidado en el primer lugar de la tabla, visita el domingo a las 4:00 de la tarde, en Yumbo, a Alianza FC séptimo de la tabla.

Con 19 puntos y sin conocer la derrota en esta edición de la Liga Femenina, el ‘equipo escarlata’ sigue con el objetivo de sumar para mantenerse en el liderato de la tabla y continuar el invicto.

Con estos objetivos claros en la mente, Jessica Caro, centrocampista de América de Cali, concluyó:

“Nosotras vamos partidos ha partido, buscando sumar tres puntos en cualquier estadio”.

El otro equipo vallecaucano, aliado con las canteras de Orsomarso y Generaciones Palmira, es Internacional FC, que busca repetir la victoria que tuvo frente a Real Santander. ‘Las palmiranas’ del Inter FC visitan a Deportivo Pasto el lunes a las 5:00 de la tarde.

Los equipos se ubican como 10 y 11 de la tabla, con 7 y 6 puntos, por lo que el partido decidirá quién se queda con la posición.

La tabla de posiciones

La liga femenina está a mitad del torneo, por lo que es muy temprano para consolidar a un favorito. América de Cali es líder con 19 sumados, alejado de Atlético Nacional, al que Deportivo Cali sigue de cerca, con 15 y 14 puntos respectivamente.

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Los que están ubicados entre los puestos 4 y 8, que son: Medellín, Millonarios, Cúcuta, Alianza FC y Santa Fe, tienen los mismos 11 puntos sumados, seguidos de cerca por Llaneros con 10 puntos.

Los demás equipos suman menos de 10 puntos: Pasto décimo con 7, Inter FC onceavo con 6, Equidad puesto 12 con 5, Real Santander puesto 13 con 4, Pereira tiene 3 y se ubica 14.

En la última casilla, la 15, está Junior, que solo ha podido sumar un punto en todo el torneo. Lo hizo en la jornada 6, en su visita a Alianza FC, con un empate sin goles.

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El 'diablo' se enredó: América de Cali complicó su clasificación a los ocho

Decisiones arbitrales causaron polémica en un compromiso vital para que los de César Farías clasificarán a la siguiente ronda de la liga.

El 'diablo' se enredó: América de Cali complicó su clasificación a los ocho
Fotos de América de Cali.

Decisiones arbitrales causaron polémica en un compromiso vital para que los de César Farías clasificarán a la siguiente ronda de la liga.

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En el Estadio Olímpico Pascual Guerrero se disputó la fecha 17 de la liga profesional colombiana. El encuentro entre ‘escarlatas’ y ‘volcánicos’ culminó sin goles y con polémica, ya que un par de decisiones arbitrales condicionaron el resultado. Comienza a preocupar la entrada de los dirigidos por Farías a los cuadrangulares.

Estos fueron los 11 titulares de César Farías, siendo los mismos jugadores que enfrentaron al Deportivo Cali, con la excepción de que Edwin Cardona reemplazó a Jader Quiñones y Edward López a Michael Barrios:

Desde el comienzo del encuentro, ambos equipos demostraron cuál era su intención de juego en el Pascual Guerrero. América de Cali con la posesión del balón y la visión del juego siempre en la portería rival, y el equipo nariñense resguardando su arco, cubriendo cada espacio libre para obstruir al rival.

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Pasados los primeros 20 minutos, los locales abrían el marcador con gol de Rodrigo Holgado, sin embargo, el tanto no subió al marcador, pues Edwin Cardona, que había sido partícipe de la jugada, estaba en fuera de lugar.

Antes de finalizar la primera parte, Rodrigo Holgado sufrió un accidente que requirió atención inmediata del cuerpo médico ‘escarlata’. Tras un choque con Brayan Carabalí, el jugador argentino cayó sobre sus manos y uno de sus dedos sufrió un fuerte impacto que fue atendido oportunamente.

En el primer tiempo, América de Cali realizó 6 remates, de los cuales 3 fueron a puerta, mientras que Pasto solo tuvo un tiro, que no fue al arco.

Los dirigidos por Farías iniciaron el segundo tiempo avisando que continuarían con la misma dinámica del primer tiempo, manteniendo la posesión y generando ocasiones de gol. A dos minutos de comenzada la segunda parte, un centro de Ever Valencia viajó hasta el área donde Rodrigo Holgado remató un balón que se fue desviado por muy poco.

La ‘mecha’ lo intentaba sin la misma calidad de aproximación del primer tiempo, y poco a poco se perdía el mediocampo ‘escarlata’ comandado por Edwin Cardona y Harold Rivera.

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Al minuto 55, el árbitro central, David Espinosa, cobró penal para América tras una supuesta infracción de Nicolás Gil sobre Christian Barrios dentro del área. Sin embargo, el árbitro fue llamado por el VAR y el penal fue anulado.

César Farías, al minuto 64, decidió hacer cambios con la intención de darle una cara mucho más atacante al equipo. Sacó a Jeison Palacios, defensor central, para ingresar a Josen Escobar, mediocentro ofensivo.

También se dio la tan esperada vuelta a las canchas del ídolo americano Adrián Ramos, que estuvo casi un mes fuera de las canchas por lesión, ingresó también al minuto 64, por Edwin Cardona.

Al minuto 91 llegó la jugada más polémica del encuentro. Tras un pase largo de Bocanegra, Adrián Ramos recibió y se deshizo de una de las marcas mientras que Brayan Carabalí, con la intención de ‘robarle’ el balón, marcó en propia puerta.

David Espinosa anuló el tanto por supuesta falta de Ramos sobre Gil, el árbitro sancionó la falta antes de acabar la jugada, por esta razón el VAR quedó inhabilitado para intervenir.

Así se le fue el triunfo de las manos a la ‘mecha’ contra un Deportivo Pasto que no remató ni una vez al arco en todo el encuentro.

El cuadro ‘escarlata’ llegaba a este encuentro con la necesidad de sumar de a 3 para quedar a un paso de la clasificación. Sin embargo, el empate a cero sacó a la ‘mecha’ de los primeros 8 y los obliga a ganar en las 2 últimas jornadas.

Ramos y Farías hablan sobre el gol anulado del América de Cali:

“Me dio la impresión que la jugada al final fue gol legítimo pero más me sorprende que no hubo delay para revisar la jugada, el juez tiene la herramienta del VAR y no revisa”.

Declaró César Farías.

“Es increíble lo que pasa, es claro que no cometí falta, la interpretación del juez fue muy acelerada, inclusive el pito se escucha con desesperación porque la jugada no termina, no vamos a echarle la culpa a él, pero se estaba jugando el trabajo de toda una semana”.

Añadió Adrián Ramos.

El próximo encuentro para América de Cali será el domingo 21 de abril a las 2:00 p.m, en el Estadio Nemesio Camacho El Campín, frente al Independiente Santa Fe. La ‘mecha’ viajará a Bogotá con la obligación de sumar de a 3 para aspirar a la clasificación.

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