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Se reactivará fumigación aérea de los narcocultivos en Colombia

Se reactivará fumigación aérea de los narcocultivos en Colombia

La semana pasada, se dio a conocer el total de hectáreas cultivadas con coca en el país, con respecto al 2016, esta aumentó al menos un 18,81% en el año pasado.

De acuerdo al Plan Quinquenal 2018-2023 para la Erradicación de cultivos Ilícitos del Ministerio de Defensa, se tenía 146.139 hectáreas sembradas, hace dos años, a diferencia de los últimos doce meses donde se elevó a 180.000 hectáreas.

Duque ya había proyectado ideas respecto a esto, pues planteó que la aspersión aérea se podía hacer con químicos diferentes al glifosato, para así reducir los efectos dañinos que podría producir en la población. Agregó que se podría buscar otras técnicas con químicos que sean aceptados, además de que hayan mecanismos de precisión que mitiguen los efectos terceros, como es el caso de la fumigación con drones.

Estas iniciativas fueron vistas por el Gobierno de Estados Unidos, que según el embajador Kevin Whitaker, dio a entender que confía en que ambos países continúen enfrentando las “amenazas compartidas”, como lo es el crimen transnacional y el narcotráfico.

Asimismo, Duque  mencionó que “es posible (alcanzar la cifra de reducción de cultivos ilícitos). Ese fue el compromiso bilateral de los dos países de lograr ese objetivo”, señaló el diplomático en relación al compromiso que el Gobierno Santos asumió de querer reducir en un 50 % las hectáreas sembradas con coca en Colombia.

El consultor internacional en Seguridad y Defensa, Jhon Marulanda, considera que el Gobierno de Iván Duque deberá iniciar de manera inmediata una etapa de contención de los cultivos, combinando la aspersión aérea con ayuda de drones y con aspersión terrestre y erradicación manual, además de la sustitución de cultivos efectiva e ingenieros militares que abran las vías para que esta última sea eficaz para los campesinos.

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Marulanda, indicó que “se deben hacer todas esas actividades de manera simultánea, empezando por la frontera con Ecuador, incluyendo Cauca, Nariño y Putumayo, pero de forma agresiva y contundente, si se quiere detener el fenómeno”.

El consultor, está de acuerdo con la utilización de drones para la aspersión de forma aérea, pues la haría más efectiva y con menos riesgo colateral, haciéndolo con un fungicida distinto al glifosato, pero asegurándose que tenga la misma capacidad contra los sembrados ilegales.

Se espera que esta estrategia de resultado en un promedio de cinco o seis meses.

El investigador de Fundación Ideas para la Paz, Juan Carlos Garzón, está de  acuerdo con Marulanda en diseñar una estrategia  para los siguientes  cuatro años  que tenga unos indicadores de resultado razonables, donde el punto central deberá estar en la articulación de las herramientas de las que ya dispone el Gobierno.

Enfatiza que “hay zonas en las cuales el Estado difícilmente puede entrar a hacer cualquier tipo de operación, como el Catatumbo, parte del Cauca y de Nariño y donde se han registrado niveles muy bajos de erradicación forzada y donde hay presencia de actores armados”.

Agrega también que se necesitan respuestas específicas para los resguardos indígenas, los parques naturales y comunidades afros donde está casi la tercera parte de los cultivos de coca. Por otro lado, también se necesitan respuestas para los municipios donde las familias se comprometen a elevar los cultivos, con un nivel de cumplimiento del 80%  y donde el programa se quedó a medias, porque los campesinos recibieron los subsidios pero no la asistencia técnica en su mayoría.

Juan Carlos Garzón,  explica que “el nuevo Gobierno va a tener que preguntarse si va a seguir con ese programa, porque hay unos acuerdos firmados y el incumplimiento o su interrupción podría derivar en resiembra o en movilidad social”.

Jeremy McDermott, el director ejecutivo de InSight Crime, centro de investigación sobre crimen organizado en Latinoamérica, plantea que el Estado Colombiano  ha concentrado gran parte de sus recursos en los eslabones menos lucrativos y más débiles de la cadena del narcotráfico.

“Los narcotraficantes internacionales que mueven la cocaína hacia Europa, Estados Unidos, Asia o Australia, y los grandes capos que no son visibles, han aprendido que su mejor protección no es un ejército privado, sino ser anónimos. Entonces, la única manera de identificar y desmantelar los eslabones donde está concentrada la mayoría de la plata es seguirlos”, dijo el experto.

Es de gran importancia destinar recursos a la erradicación y a la interdicción, para así atacar a los grupos terroristas que controlan la producción, pero en especial ir tras quienes se encentran atrás de todo esto, los grandes capos, para no repetir la misma historia.

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