La lactancia materna es una de las formas más eficaces de asegurar la supervivencia y salud de los niños. Combinada con una alimentación complementaria optima, la lactancia previene la malnutrición y puede salvarle la vida a cerca de un millón de bebés y niños.
Las cifras y datos examinados, concluyen que son muchos los beneficios asociados a esa práctica, por eso la Organización Mundial de la Salud promueve activamente la lactancia materna natural como la mejor forma de nutrición para los menores y demuestra su apoyo, al impulsar la semana mundial de la lactancia materna que cada año tiene lugar en la primera semana del mes de agosto.
Como recomendaciones generales de esta Organización, se encuentran:
- Llevar a cabo la lactancia exclusivamente materna durante los primeros seis meses de vida
- Proporcionar al lactante únicamente leche materna. Sin otros alimentos o bebidas.
- Empezar la lactancia desde la primera hora de vida.
- Desde los 6 meses, incluir alimentos sólidos en la dieta del infante, tales como purés de frutas y verduras.
- El amamantamiento debe hacerse cuando el niño lo pida: de día y de noche.
- El bebé debe mamar el primer pecho y cuando lo suelte, ofrecerle el otro.
Como datos o tips adicionales para comprobar la eficacia de la lactancia materna, la OMS también incluye que:
- Reduce el riesgo de cáncer de mama y de ovario
- Ayuda a las mujeres a recuperar su peso anterior al embarazo
- Reduce las tasas de obesidad
- Los adolescentes y adultos que fueron amamantados de niños, tienen menos riesgos de sufrir sobrepeso u obesidad