La apnea del sueño es un trastorno en el que la respiración de una persona se interrumpe repetidamente durante el sueño, lo que provoca una falta de oxígeno en el cerebro y otros órganos. Esta condición puede tener consecuencias graves, especialmente para aquellos que conducen, ya que puede aumentar el riesgo de accidentes de tráfico.
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Asimismo, la falta de descanso reparador y la somnolencia diurna pueden afectar la capacidad de un conductor para reaccionar adecuadamente, lo que incrementa las probabilidades de sufrir un siniestro.
¿Cómo identificar la apnea del sueño?
De igual manera, los principales síntomas de la apnea del sueño incluyen:
- Ronquidos fuertes
- Episodios de falta de aire durante la noche
- Despertares bruscos
- Dolor de cabeza matutino
- Somnolencia excesiva durante el día y dificultad para concentrarse.
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Ahora bien, estos síntomas pueden parecer inofensivos, son señales de advertencia de una condición que puede ser potencialmente peligrosa para quienes conducen.
Un estudio de la National Sleep Foundation de Estados Unidos reveló que las personas con apnea del sueño tienen un riesgo 2.5 veces mayor de verse involucradas en un accidente de tráfico. En relación con aquellas que no padecen el trastorno.
De manera similar, esto se debe principalmente a la somnolencia excesiva y a la disminución de los reflejos mientras se conduce.
Prevención y medidas a tomar mientras se conduce
Para prevenir accidentes relacionados con la apnea del sueño al conducir, es fundamental buscar un diagnóstico médico, puesto que, los profesionales pueden realizar un proceso riguroso del afectado.
Además, de solicitar la realización de una polisomnografía, una prueba que mide la actividad respiratoria y los patrones de sueño. A su vez, es la principal herramienta para diagnosticar este trastorno.
- Si está tomando medicamentos, revise si causa somnolencia
- Descansar cada 200 kilómetros (en trayectos largos)
- Ventilar el vehículo
- Hidratación constante
En muchos casos, el tratamiento incluye el uso de dispositivos CPAP (presión positiva continua en las vías respiratorias), que ayudan a mantener abiertas las vías respiratorias durante la noche.
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