En Colombia, la cobertura de acueducto es en promedio del 88,9% a nivel nacional y baja 30 puntos porcentuales en la zona rural (58,6%), de acuerdo con el DANE.
Los contrastes departamentales hablan de los retos como nación y como entidades territoriales.
Así, en departamentos como La Guajira, solo cerca de la mitad de los hogares están conectados a un acueducto, y de aquellos que están en los centros poblados y zona rural dispersa; solo 11 de cada 100 cuentan con este servicio.
Para referencia, en Bogotá el 99,6% de las viviendas accede a este servicio básico, mientras que, en la zona rural de La Guajira, departamento que reporta más muertes por desnutrición infantil; solo 12 de cada 100 hogares cuenta con el derechos al agua. Siento así una preocupación constante la falta de agua potable en la niñez de Colombia
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No son pocos ni fáciles los retos de los mandatarios a todo nivel en Colombia. La zona rural, rural dispersa, y zonas de asentamientos humanos, se tornan más desafiantes para todos los indicadores.
Este panorama busca mostrar la imperiosa necesidad de tener una inversión prevalente y continuada en la niñez; con programas locales y nacionales que tengan en cuenta sus intereses, además de sus necesidades.
Trabajar en los planes de desarrollo con un enfoque de niñez dará el mejor retorno futuro de la inversión, garantizando la sostenibilidad de los proyectos, especialmente en el acceso a agua potable en Colombia.
Un país crece con fuerza cuando se fortalecen sus cimientos; y esto se hacen entregando a la niñez y la adolescencia las herramientas que garanticen el desarrollo de todo su potencial, es decir, el acceso integral y universal a sus derechos; protección, inclusión, salud, educación, agua potable, un medio ambiente limpio, y espacios libres de violencia, entre muchos otros.
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