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Ya viene el tren

Ya viene el tren

Por allá en 2015, luego de fundar a la Fundación para el Desarrollo Integral del Pacífico- FDI, hoy ProPacífico, nos pusimos con mi equipo en la tarea de pensar en esos proyectos que desde el sector privado ayudaríamos a impulsar y a estructurar. Dentro de esa baraja de proyectos, como la doble calzada entre Cali y Rumichaca y la conexión Pacífico- Orinoquía, estaba el tren de cercanías. Ese proyecto no se nos ocurrió ni salió de un sombrero, sino que llevaba archivado décadas y partía del hecho de que era posible y necesario reactivar el transporte ferroviario de pasajeros entre Cali y los municipios aledaños.

Una vez con esa idea en la cabeza, conseguimos el apoyo de la República francesa y del Reino Unido, a través de sus embajadas. Con las buenas sensaciones que les dejó la idea de poner a rodar un tren de pasajeros en una de las principales conurbaciones de América Latina, buscamos con esos recursos contratar a los mejores consultores para estructurar proyectos similares. No solo lo logramos, sino que convencimos a la Gobernación del Valle y a las Alcaldías de Cali, Jamundí, Palmira y Yumbo para apostarle al proyecto que se podría convertir en la obra más emblemática de nuestra región, al nivel del Metro de los paisas. Así resurgió el proyecto del tren de Cercanías, que esperamos que, en julio de este año, luego de casi siete años de haberlo concebido, esté más cerca que nunca de convertirse en realidad con la entrega de los estudios de factibilidad.

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Los estudios de factibilidad nos arrojarán costos y el modelo financiero, que nos permitirá ir a Bogotá a pedir los recursos para empezar a construir la obra no más allá de 2025. En apenas dos años, si somos ágiles y precisos, la línea entre Cali y Jamundí empezará a construirse. No será descabellado ir desde la galería de Santa Elena hasta Jardín Plaza en tren, o ir desde el centro de Jamundí hasta el centro de Cali en apenas 40 minutos, cuando hoy puede ser una odisea de dos horas o más.

A futuro, eso mismo deberá ocurrir para llegar a Yumbo, a Palmira y al aeropuerto Alfonso Bonilla Aragón. Podríamos tener al primer aeropuerto en Colombia con conexión ferroviaria, tal cual como ocurre en Barajas en Madrid o en Charles De Gaulle en París. Ir desde la 66 con Simón Bolívar hasta el aeropuerto en menos de una hora, sin trasbordos, podría ser una realidad si le metemos las ganas y somos tan efectivos como otras regiones del país para bajar los recursos.

El tren de Cercanías, junto a un MIO saneado y potenciado, serán la espina dorsal de un sistema de transporte que contribuya a la movilidad sostenible de Cali. Hoy el reto está en conseguir los recursos para construirlo y así beneficiar a miles de personas en la ciudad región, que duermen en Jamundí o Palmira y trabajan en nuestra ciudad, por ejemplo. Con el tren, pasando por ocho comunas y mejorando la conectividad sur-centro, podríamos detonar un desarrollo urbanístico que permita renovar sectores como Santa Elena y la cuenca de la calle 25, por donde rodará el tren.

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Adicionalmente, tenemos que poner a funcionar a la Autoridad Regional de Transporte y al Ente Gestor del Tren, para que estemos con toda la arquitectura institucional para que funcione con excelencia y estemos listos para construirlo y ponerlo a funcionar como Cali se merece. Este sueño no se nos puede escurrir entre las manos, será la base real y cierta de un metro de verdad.

Hace casi diez años soñamos con este proyecto y hoy estamos muy cerca de lograrlo. Necesitamos que exista un trabajo en equipo entre los gobiernos locales, la Gobernación y el Gobierno Nacional para que llegue la plata que se requiere y todo el apoyo técnico para estructurar un proyecto ágil, transparente y con un potencial altísimo para transformar la calidad de vida de los caleños y de los vallecaucanos. Ya revivimos al tren de cercanías, podremos ahora también revivir a Cali.

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