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Revivir la productividad y el empleo digno

Revivir la productividad y el empleo digno

Foto: Especial para 90minutos.co

Cali necesita más empresas creciendo, innovando y generando empleos formales y dignos. No tengo duda que buena parte de nuestros problemas los podremos enfrentar con mayor contundencia si logramos lo que algunos llaman inclusión productiva; que no es otra cosa que permitir que más caleños y caleñas accedan a la generación de ingresos dignos, que les permita sostener a sus familias y tener calidad de vida. Ese es un reto en el que necesitamos toda la confluencia de los actores públicos y privados para que ese propósito se vuelva un anhelo alcanzable.

Cali hoy tiene una tasa de desempleo que ronda el 12%; sin embargo, el panorama se deteriora cuando vemos el comportamiento del empleo en los jóvenes y en las mujeres, por citar dos ejemplos concretos. En estos dos grupos poblacionales, la tasa de desempleo es significativamente mayor y eso abre unas brechas inaceptables en nuestra ciudad. Los empleos que se crean no son suficientes y, además, se concentran en población masculina mayor de 30 años. Aquí la inclusión productiva es, además, la puerta a la inclusión social.

En los próximos cuatro años tenemos que hacer una apuesta seria en competitividad, productividad e inclusión. Estoy convencido de que la mejor y más efectiva política social es la generación de empleos formales y dignos; sobre esa creencia, debemos orientar los esfuerzos desde la Alcaldía en el próximo periodo. Para superar los grandes retos que enfrentamos, debemos asimilar que tenemos un potencial aún no explotado plenamente; en gran medida, por fenómenos de exclusión por género u origen étnico, pero también porque no hemos sintonizado totalmente los objetivos del sector público y del privado.

El primer paso para lograrlo es ponernos de acuerdo en la necesidad de estimular la generación de empleos formales. En ese sentido, resulta fundamental estructurar una estrategia de atracción de inversión privada nacional y extranjera, en particular en el sector de manufacturas y servicios de alta complejidad, para lo cual tenemos como aliados a InvestPacific, el Bureau de turismo o ProPacífico. Trabajar de la mano entre la Alcaldía y los privados es esencial para ampliar nuestra base productiva.

Sin embargo, eso no basta. Tener empresas productivas es apenas la mitad de la tarea, aunque es la base fundamental de una visión global de desarrollo que proyecte a Cali. En materia de educación y capacitación, es prioridad generar una oferta para incluir a los caleños, en especial a los más jóvenes, que les permita desarrollar habilidades en las nuevas tendencias y en lo que pide el mercado laboral en Cali. Para avanzar en equidad de las mujeres, será fundamental avanzar hacia un sistema de cuidado que permita que más mujeres; en particular madres, puedan acceder al mercado laboral sin las barreras derivadas de la asignación de los roles del cuidado del hogar.

Una buena idea también es que, con una estrategia de Territorios de Inclusión y Oportunidades que tenemos que revivir, enfoquemos esfuerzos en empleabilidad, capacitación y generación de beneficios para nuevas empresas que se establezcan en zonas de la ciudad golpeadas por la pobreza y la violencia.

Si alineamos nuestro talento humano con las necesidades del mercado y generamos una serie de estrategias para fortalecer el tejido empresarial de Cali, tendremos la posibilidad de que nuestra economía crezca más, se formalice y se generen oportunidades, en especial en esos sectores más excluidos donde tenemos un potencial gigante porque está compuesto por gente joven que se puede convertir en esa dosis de capital humano que necesitamos para afianzar nuestro camino hacia el desarrollo.

Sin embargo, es fundamental que en Cali recuperemos la autoridad, la seguridad ciudadana y reduzcamos la violencia. El prestigio y la reputación de Cali dependen mucho de nuestra capacidad de salvaguardar la vida y la integridad de la gente. Es muy difícil que una ciudad avance cuando todos los días matan a alguien, cuando hay estructuras de la muerte que van a sus anchas y se pierde el respeto por las autoridades. Una ciudad segura y en paz será el mejor destino para los negocios y las inversiones. Así revivimos a Cali.

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