La ola de violencia que vive Cali, con más de 460 homicidios a la fecha y denuncias de hurto que superan las 11 mil supone un gran reto para todos quienes aspiramos a llegar a la Alcaldía de Cali. No son solo cifras, es la zozobra y la intranquilidad que se puede sentir por parte de cada uno de los caleños que visitamos y saludamos en nuestros recorridos por las 22 comunas y 14 corregimientos de la ciudad.
La próxima alcaldesa de Cali no puede tener otra prioridad que la seguridad, recuperar el derecho de los caleños a estar tranquilos, en su hogar o en cualquier esquina de la ciudad. No puede ser que sean los bandidos y criminales los que impongan el orden y sigan campantes haciendo fechorías mientras el temor se toma a los caleños.
Es por eso que desde el primer día de mi gobierno desarrollaré un plan de choque para devolverles a los caleños eso que tanto les han prometido y no les han cumplido: su seguridad.
Este plan se basa en tres ejes. El primero, el regreso de la fuerza pública a las calles, con apoyo de ser necesario del Ejército y la Fuerza Aérea Colombiana. Eso requiere una mayor inversión, con la que me comprometo desde ya.
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El segundo es la articulación de las labores de nuestra Policía y nuestro Ejército con la Sijín, el CTI y la Fiscalía para que la impunidad no siga reinando y la confianza de la ciudadanía vuelva a estar del lado de las autoridades.
Otro punto clave es la optimización de las herramientas tecnológicas para la detección y la prevención del delito. También valorar las iniciativas ciudadanas, no para que se tome justicia por mano propia, sino para articular sus mecanismos de información (botones de alerta, chats de mensajería instantánea) con las labores de la fuerza pública.
Ante la dificultad de que lleguen más efectivos policiales a la ciudad, propongo que líneas como el 123 se conviertan en una gran central de datos donde se manejen todos los datos de delito y criminalidad en la ciudad. Necesitamos que las cámaras de seguridad, públicas y privadas, hagan parte de un solo sistema y sirvan para prevenir y reaccionar oportunamente al delito, no para generar contenido en redes sociales.
Por último y no menos importante es que desde la Alcaldía de Cali se impulse un Consejo de Seguridad Regional con municipios aledaños, pues la seguridad no tiene fronteras y muchos hechos de violencia responden a la acción de grupos criminales nacionales y transnacionales.
Este plan de choque será efectivo a corto plazo y para que lo sea también a mediano y largo plazo es necesario impulsar la inversión social que genere oportunidades para el progreso económico desde la educación, el deporte, la cultura, el empleo y el emprendimiento. Todo lo haremos posible, porque el derecho de los caleños a vivir tranquilos lo vamos a recuperar.
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