Seguramente al leer el título de esta columna, el lector podría pensar que hablo de importar el modelo de Houston, en los Estados Unidos, a Cali. Pero no es esa mi intención, son ciudades diferentes y la principal ciudad del Estado de Texas no es el referente en términos de movilidad, por ejemplo, que quisiera seguir. Pero hay algo en lo que sí creo que Cali puede ser similar: en ser la ciudad con el ecosistema médico y de la salud más importante de América Latina.
Houston es una ciudad que va a la vanguardia en los servicios médicos. En los Estados Unidos, Houston es reconocida por tener un importante clúster médico encabezado por el Texas Medical Center, el complejo de servicios de salud más grande del mundo. Y si bien ciudades como Boston tienen hospitales algo mejor posicionados en el ranking, la verdad es que la vocación médica de la ciudad texana la ha hecho un referente mundial en cuidados médicos.
Y en Colombia, quizás la única ciudad que tiene un ecosistema tan complejo y diverso para los servicios de salud es Cali. En respuesta a eso, desde 2014 la Cámara de Comercio ha venido incentivando la estrategia clúster de la Excelencia Clínica, justamente. En la región hay 496 empresas dedicadas a los servicios médicos con un monto de ventas que supera los 12 billones de pesos, con un ritmo de crecimiento del 8.5% promedio anual. Esa vocación se ha reforzado con la presencia de facultades de medicina de primer nivel como las de las universidades del Valle, Javeriana, Libre e Icesi, así como con el protagonismo de clínicas como la Valle del Lili - la mejor del país-, Imbanaco y la Clínica de Occidente y hospitales de nivel IV de complejidad como el HUV.
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Solamente los centros de medicina especializada han vendido más de 700 mil millones de pesos al año y las clínicas estéticas tienen un nivel de ventas superior a los 150 mil millones. Esa dinámica habla de una actividad económica vibrante que demanda talento humano, investigación y desarrollo, lo que hace que tengamos una verdadera mina de oro, con la ventaja de que no genera emisiones y es sostenible. Cali recibe al año alrededor de 3000 extranjeros que vienen exclusivamente por turismo médico, apenas por debajo de Bogotá y muy por encima de Medellín y de ciudades con servicios médicos de calidad como Bucaramanga. Ahí lo que hay es una oportunidad.
Cali puede ser la Houston latinoamericana si enfocamos esfuerzos en aumentar la investigación científica, si logramos traer de vuelta a nuestra ciudad a la sede de las grandes farmacéuticas presentes en Colombia y si asumimos un compromiso intersectorial para impulsar el mercadeo de ciudad y el desarrollo de iniciativas conjuntas entre actores públicos y privados para mover la producción de medicamentos y tratamientos médicos que ataquen enfermedades como el cáncer o el Alzheimer. Tenemos los actores, el mercado, la localización geográfica y todo el potencial para detonar el desarrollo económico de Cali basado en un sector de altísimo valor como lo es el de los servicios clínicos.
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Si derrotamos la violencia y la inseguridad y logramos que Cali sea bien gobernada, podremos empezar a pensar con visión prospectiva. Que nuestra ciudad se convierta en el principal proveedor de servicios de salud de América Latina es un sueño realizable, una fuente de empleos de alta calidad y una respuesta para mejorar la calidad de vida de los caleños y de quienes visiten a Cali para cuidar su cuerpo y su mente. A Cali la podemos revivir de la mano de las facultades de salud, de las clínicas y hospitales y de todo el cuerpo científico y médico que tenemos en nuestra ciudad, que envidiaría cualquier ciudad. Echémonos al hombro ese sueño de revivir a Cali con oportunidades.
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