Winston Mosquera Moreno, Párroco de la Catedral San Pedro Apóstol y rector de la capilla La Ermita reveló la crisis que vive la iglesia debido al deterioro de su infraestructura y la falta de mantenimiento desde hace aproximadamente 30 años.
Lo que antes sería un icono capaz de sorprender a turistas con su arquitectura, ahora necesita la ayuda de todos sus feligreses para llevar a cabo su reestructuración.
“La Ermita ha entrado en un estado de deterioro bastante avanzado, pues el icono más representativo de Santiago de Cali se encuentra con muchísimas falencias. Las humedades han sido abismales y aunque hemos intentado tapar algunas, éstas siguen por otros lados dejando mucha agua dentro de la iglesia”, aseguró el feligrés.
Sin duda, la falta de recursos en la parroquia han hecho que la humedad y la maleza se instalen en las paredes y techos de la catedral. Ante esto, el párroco hizo un llamado a los caleños a contribuir a esta obra social a través de la cuenta bancaria Av Villas 101124832 o con donaciones en la iglesia.
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Oscar Erazo, coordinador de la ‘Ermitaton’ aseguró que: “hasta el momento se han vinculado las empresas privadas que han ayudado con el mantenimiento y la pintura”, sin embargo, “nos hemos quedado estancados porque necesitamos con urgencia una grúa con un brazo hidrahulico que nos permita llegar hasta las alturas a donde no se pueden llegar con andamios”.
Erazo, confirmó que la reestructuración total de este patrimonio cultural requiere de una inversión entre 1.000 y 1.200 millones de pesos. Sin embargo, este valor ha descendido con la contribución en especie, servicio y mantenimiento de las empresas.
Asimismo, recalcó que la Alcaldía de Cali y la Gobernación del Valle, han vinculado con esta obra social a través de la facilitación de documentos y un proyecto estructural y arquitectónico, respectivamente.
El sacerdote sostuvo que están a la espera de que este proyecto pueda llegar cuanto antes. “Buscamos que se haga el estudio para saber que si estamos o no seguros dentro de ella y al mismo tiempo para empezar a levantar lo que se haya caído y arreglar lo que está dañado”, confirmó el párroco.
El padre aseguró que pese a estas condiciones la iglesia no ha cerrado sus puertas ni se ha considerado cancelar las eucaristías.
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