Cali, en un escenario de post-conflicto, debe ocupar sus esfuerzos, principalmente, en tres cosas: I) La 'cuestión social'. II) Los derechos de las víctimas y III) La convivencia en paz. Estos tres ejes son de vital importancia en nuestro Programa de Gobierno, en la medida que comulgan con los lineamientos generales para la inclusión de la política pública a las víctimas del conflicto armado en Colombia.
En primera instancia, la propuesta respecto de la 'cuestión social' pretende canalizar, a través de canales institucionales el conflicto social, derivado del post-conflicto, para que no retorne a su estado violento.
Los derechos de las víctimas se resarcirán a través de acciones reales para restablecer la dignidad, contribuir al bienestar y mitigar el dolor de las mismas. Entre las estrategias se encuentran la asistencia psicosocial y jurídica para las víctimas. Así mismo, también centraremos esfuerzos en la realización de actos conmemorativos, periódicos, en pro del reconocimiento público de su carácter como víctimas y su dignidad, ante la comunidad y sus ofensores.
De igual manera, a través de un programa especial de pedagogía social, se promoverán los valores constitucionales que funden la reconciliación. Ello, por medio de una estrategia de comunicación que favorezca la promoción de los Derechos Humanos y el Derecho Internacional Humanitario. Por último, en lo referente a la 'convivencia en paz', nuestra propuesta gira en torno a trabajos, de acompañamiento permanente, con las comunidades más afectadas por el conflicto armado.
La prioridad, de nuestro Programa de Gobierno, radica en la reconstrucción del tejido social en Santiago de Cali, hoy en día fragmentado por causas como la desigualdad y que requieren soluciones de fondo, de mediano y largo plazo, para ser erradicadas por completo.
Nuestras propuestas, para un escenario de post-conflicto, se encuentran alineadas con las directrices planteadas por el Ministerio del Interior Unidad para la Atención y Reparación Integral a las Víctimas, en materia de política pública, y que corresponden a la prevención, protección, atención, asistencia y reparación integral de las víctimas del conflicto armado colombiano.
Así mismo, celebramos los acuerdos a los que ha llegado el Gobierno Nacional con las FARC, en materia de justicia transicional, un paso clave para el Proceso de Paz y que sienta las bases para un proceso, real, de reintegración entre víctimas y victimarios del conflicto.Cali, en un escenario de post-conflicto, debe ocupar sus esfuerzos, principalmente, en tres cosas: I) La 'cuestión social'. II) Los derechos de las víctimas y III) La convivencia en paz. Estos tres ejes son de vital importancia en nuestro Programa de Gobierno, en la medida que comulgan con los lineamientos generales para la inclusión de la política pública a las víctimas del conflicto armado en Colombia.
En primera instancia, la propuesta respecto de la 'cuestión social' pretende canalizar, a través de canales institucionales el conflicto social, derivado del post-conflicto, para que no retorne a su estado violento.
Los derechos de las víctimas se resarcirán a través de acciones reales para restablecer la dignidad, contribuir al bienestar y mitigar el dolor de las mismas. Entre las estrategias se encuentran la asistencia psicosocial y jurídica para las víctimas. Así mismo, también centraremos esfuerzos en la realización de actos conmemorativos, periódicos, en pro del reconocimiento público de su carácter como víctimas y su dignidad, ante la comunidad y sus ofensores.
De igual manera, a través de un programa especial de pedagogía social, se promoverán los valores constitucionales que funden la reconciliación. Ello, por medio de una estrategia de comunicación que favorezca la promoción de los Derechos Humanos y el Derecho Internacional Humanitario. Por último, en lo referente a la 'convivencia en paz', nuestra propuesta gira en torno a trabajos, de acompañamiento permanente, con las comunidades más afectadas por el conflicto armado.
La prioridad, de nuestro Programa de Gobierno, radica en la reconstrucción del tejido social en Santiago de Cali, hoy en día fragmentado por causas como la desigualdad y que requieren soluciones de fondo, de mediano y largo plazo, para ser erradicadas por completo.
Nuestras propuestas, para un escenario de post-conflicto, se encuentran alineadas con las directrices planteadas por el Ministerio del Interior Unidad para la Atención y Reparación Integral a las Víctimas, en materia de política pública, y que corresponden a la prevención, protección, atención, asistencia y reparación integral de las víctimas del conflicto armado colombiano.
Así mismo, celebramos los acuerdos a los que ha llegado el Gobierno Nacional con las FARC, en materia de justicia transicional, un paso clave para el Proceso de Paz y que sienta las bases para un proceso, real, de reintegración entre víctimas y victimarios del conflicto.
