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La satisfacción por el Mío bajó 38% en los últimos años

La satisfacción por el Mío bajó 38% en los últimos años

El Mío sigue siendo un dolor de cabeza. La satisfacción de los caleños por el transporte masivo de la ciudad sigue a la baja y en los últimos años ha bajado en un 38 por ciento.

O por lo menos así lo dejó ver el análisis realizado a las encuestas del programa Cali Cómo Vamos de los últimos 10 años, realizada por la alianza de universidades conformada por al Universidad Autónoma de Occidente, Icesi, Javeriana, San Buenaventura y Valle.

Y es que para los caleños el tema de la movilidad sigue siendo la piedra en el zapato para sentirse totalmente satisfechos en la capital vallecaucana. En 2013, el 43 por ciento de los caleños indicaron que el servicio del Mío había empeorado.

Según el estudio, el 90 por ciento de los caleños consultados se demoran más en llegar a sus lugares de origen y se sienten insatisfechos con el transporte público, por lo que el incremento de transporte privado aumento de un 37 por ciento en 2005 a un 52 por ciento en 2014.

El uso de la moto como medio de transporte ha sido otro de los aspectos que muestra el reproche de los caleños por el Mío y su servicio. De acuerdo al informe, en el 2006 solo el 7 por ciento de los caleños utilizaban moto, y a 2014, el porcentaje subió a 23.

Y aunque las cifras de transporte pirata son mínimas, en comparación con la percepción de los ciudadanos, (2 por ciento) a medida que pasan los años es una modalidad que va tomando fuerza en Cali y que le resta usuarios al transporte masivo.

Los problemas ambientales también se han incrementando en los últimos diez años, y especialmente, por el acelerado crecimiento del parque automotor en la ciudad. En 2005 habían 373.936 vehículos rodando por la capital del Valle, mientras que en 2014, ese número subió a 644.844 carros.

Los caleños se sienten inseguros

Aunque con una muy leve reducción, los caleños se siguen sintiendo inseguros en su ciudad en los últimos diez años. Así lo dejó ver el estudio que determinó que la tasa de homicidios ha bajado en menos de un 10 por ciento.

Los mismo pasó con la cifras de delitos. En el 2005 el 22,7 por ciento de los caleños aseguraron que habían sido víctima de algún delito; al 2014, el número se redujo en un 3 por ciento y el 19,3 por ciento de los consultados aseguró sufrirlo.

Paradójico a esto, los caleños se sienten más seguros dentro de su propio barrio que en la ciudad en general. Con un promedio paralelo, en los últimos diez años prefieron estar en su entorno que salir a otros lugares de la capital departamental.

Sin embargo, los barrios que se encuentran ubicados en los estratos socio-económicos más bajos, sienten mayor inseguridad que los barrios de "estrato alto".

Los estratos 1 y 2 son los de mayor inseguridad para los ciudadanos, mientras que los estratos 5 y 6 dan mayor confiabilidad a sus habitantes.

La salud pasa raspada

Los caleños pasan raspada la salud en la capital vallecauana. Aunque no tiene índices tan negativos, sí hay una leve esperanza a que mejore. Sin embargo, los números indican que a 2014, 60,77 por ciento de los caleños se siente satisfecho con el servicio de salud que ha recibido.

Pese a ello, parece que esa satisfacción ha tenido que ser radicada a través de derechos de petición ante la Secretaría de Salud para ser atendido. Y es que de 2013 a 2014, el número de radicaciones pasó de 1269 a 2062 derechos de petición.

El presupuesto económico para la implementación de medidas de salud pública fue uno de los aspectos positivos, especialmente de la administración saliente. En los últimos cuatro años el presupuesto incrementó en casi un 30 por ciento y su ejecución pasó del 88,90 por ciento en el periodo comprendido entre 2008 y 2011 a un 96,09 entre 2012 y 2014.