A raíz a los hechos de intolerancia que se registraron este mes, donde dos hinchas del América fueron asesinados, se tomaron estas medidas de seguridad.
Con el fin de garantizar la seguridad para el partido América – Cali de este sábado 29 de febrero, en el Estadio Olímpico Pascual Guerrero, la Policía Metropolitana destinará 1.000 agentes.
Esta decisión se tomó a raíz del antecedente del último clásico que dejó a una persona muerta previa al partido, además de la muerte registrada en las últimas horas de un hincha del América de 17 años.
El secretario de Seguridad y Justicia, Carlos Alberto Rojas Cruz, aseguró que “es hora de que nuestra ciudadanía asuma que el fútbol es un elemento estratégico de la convivencia y de la cultura ciudadana, de entender que una ciudad como Cali necesita enviar más señales de tranquilidad y de comodidad en el fútbol, y de que nuestros gestos como ciudadanos se pongan en función de una ciudad cívica, de una ciudad que progresa, que se transforma y que con mucha capacidad de protagonizar eventos de talla internacional que nos ponen en el primer orden de oportunidades para mejorar la calidad de vida de los caleños”.
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Las medidas de seguridad y control, dispuso la presencia de la fuerza pública no sólo dentro del estadio sino también en los sitios donde tradicionalmente se reúnen los hinchas a celebrar.
El General Manuel Vásquez, comandante de la policía metropolitana de Cali, le pidió a las personas que mantengan la calma y la tranquilidad. “Esto con el fin de lograr que entre las partes siempre haya cordialidad, amor y reconciliación. Que la paz esté siempre con todos los que hacen parte de este escenario”.
Rojas añadió también que, “se socializaron las medidas orientadas a garantizar la seguridad y la sana convivencia: la prohibición del ingreso de las barras del Deportivo Cali, así como de elementos distintivos de dicho equipo, a fin de evitar tensiones que en esta etapa del proceso queremos garantizar a toda costa la tranquilidad de los asistentes”.
Por otra parte el alcalde de Cali, Jorge Iván Ospina, concluyó diciendo que “convocamos a que este clásico sea un clásico de esperanza y de vida; no queremos ningún hecho violento ni al interior del estadio ni en sus zonas exteriores; no queremos más tener un estadio teñido de sangre y no queremos más un fútbol con dolor en sus venas; por eso convocamos a fútbol en paz, al barrismo social y a la gente del buen fútbol para que construyamos un proyecto de convivencia”.
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