Según la información, la primera amenaza habría sido un panfleto, emitido por el Ejército de Liberación Nacional, ELN, en el que al parecer mencionan que “están dispuestos a ajustar cuentas pendientes con Andrés Escobar” y con otros civiles que intervinieron en las protestas del Paro Nacional, llevadas a cabo en el 2020.
Sin embargo, los siguientes atentados fueron incluso más graves. De acuerdo a lo suministrado, el pasado lunes 15 de agosto, habrían lanzado un explosivo de corto alcance al lobby del edificio “por fortuna no hubo personas lesionadas y sólo fueron daños materiales”. Al parecer, los responsables de este hecho habrían sido dos personas que se movilizaban en una motocicleta hacia las 9 de la noche.
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Días posteriores, más exactamente el jueves 18 de agosto, unos sujetos habrían disparado en dirección a la portería y al lobby: “Los vidrios del lobby se rompieron, pero como los de la portería eran blindados los proyectiles no pasaron y eso fue lo que les salvó la vida a los porteros”.
“llegaron con un arma nueve milímetros”
Al día siguiente, “llegaron con un arma nueve milímetros y en ese caso el vidrio de la portería se quebró y el guarda de seguridad debió tirarse al piso. Las balas pasaron pero gracias a Dios no hubo muertos”.
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Ante esta situación, los habitantes del edificio residencial, ubicado al sur de Cali, están asustados: “a muchos les da miedo salir porque no se sabe en qué momento pasa algo. No sabemos qué es lo que quieren y cuál es su objetivo”.
Finalmente, los ataques y amenazas ya fueron denunciados ante la Sijin y la Fiscalía; aunque los habitantes de este edificio aseguran que “las autoridades no nos han dicho nada”; y no pueden “asegurar si estos ataques tienen que ver directamente con Andrés Escobar”.
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