Era 22 de abril del 2022 y Bellas Artes enfrentaba una bomba de tiempo que estalló hacia las 2 de la tarde, cuando decenas de estudiantes de distintas facultades hicieron una grave denuncia. Eran víctimas de acoso y abuso sexual por parte de algunos docentes de la institución.
70 denuncias, 12 docentes señalados, 1 docente capturado, varios más con licencias no remuneradas o suspendidos de sus cargos; y al menos 5 reubicados de sus funciones, pues no pueden estar cerca de los menores mientras los investigan por acosadores o abusadores.
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Testimonios
Víctima 1 - ingresó a Bellas Artes a los 14 años
Camilo entra a ser mi profesor, años después en el 2016 cuando yo todavía era menor de edad. Él siempre se mostró como una persona, como un hombre chévere que puede ser tu amigo, como que si tienes alguna dificultad, puede ayudarte a resolverla.
“Se puede establecer claramente que aquí hubo un modus operandi por parte del profesor Camilo Capote, ganarse la confianza de las estudiantes, ya había escogido a las jóvenes que eran vulnerables y ¿por qué eran vulnerables? vulnerables sobre todo por la minoría de edad; vulnerables porque eran niñas que iban al instituto de Bellas Artes convencidas que iban a aprender. Vulnerables porque le aceptaban al profesor todo lo que el profesor les decía”.
Indicó Elmer Montaña, abogado especialista en delitos sexuales, quien habló en exclusiva para 90 Minutos.
“Ya empecé a tener más confianza con él”. Dice la víctima.
“¿Qué buscaba él con eso? generar una confianza distinta de la que pudiera generar un profesor en una relación que va de arriba hacia abajo, él quería una relación horizontal con las muchachas, que lo vieran como un igual, para qué, para que él pudiera ganarse ciertas licencias con ellas.
Comentó el abogado Elmer Montaña.
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"(...) cuando llegamos yo cargo la sorpresa que en el teatro no hay nadie"
Yo ingresé a los 13 años, ingreso a trabajar con él siendo menor de edad y un día él me dice que en su teatro de escena están haciendo como una jornada de limpieza y cuando llegamos yo cargo la sorpresa que en el teatro no hay nadie y nos dirigimos al segundo piso, donde ingresamos a un salón que es el más pequeño, había un colchón, habían muchas cosas, él me dice que hagamos las fotos, que recuerdo eran de las piernas.
Entonces, él me dice que por favor me quite el jean y luego me dice que mis medias le rayan para la foto, que le ensucian la foto, entonces me dice que la pulsera le raya para las fotos, me quito la pulsera y luego me dice que si me puedo quitar un poquito la blusa, porque le raya para su foto y yo digo, bueno, él me va a pedir de a poco que me desvista, pues ya, me quité la blusa y me quité todo. Continuó narrando la víctima.
Recuerdo que en un momento él baja su celular y me dice que si le puedo dar un abrazo, entonces él ahí me empieza a besar, yo correspondo el beso y él me toma la cabeza y me carga, me lleva al colchón, saca un preservativo y empezamos a tener relaciones. Yo todavía era menor de edad (17 años). En ese momento digo ¿qué acaba de pasar?.
“Después venía lo que a mi manera de ver viene a ser ya la puesta en funcionamiento del artificio, del engaño. Convencerlas de que ciertos talleres, ciertas prácticas tenían que ver con la formación artística de ellas”.
Manifestó el abogado.
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Víctima 2
En el mundo del montaje, en primera instancia era como una exploración, siempre lo pintaba mucho exploración artística, junto a las demás chicas que hacían parte del montaje hubo una exploración bastante fuerte en la que usábamos prácticamente, algunas, solamente calzones y camisa blanca y nada debajo. Algunas sí tenían shorts, algunas si tenían el top, en ese caso, él propuso que las que querían quitárselo, pues se lo quitaran. Siempre resaltaba que quería que nosotras nos sintieramos cómodas, que no quería incomodarnos, pero al fin de cuentas se sentaba a vernos. Veía como con música y luces azules nosotras prácticamente tuvimos una exploración por así decirlo, sexual.
Periodista: ¿Esa exploración en algún momento era una escena, tenía que ver con una obra? ¿Ustedes lo utilizaron después para algo en la obra final o no tenía nada que ver?
Pues explícitamente, no. Apenas había una canción. Respondió la víctima.
“La base, el denominador común, era el miedo”
Eran finalmente niñas, que no tenían las herramientas cognitivas para poder responder adecuadamente a esa presunción del profesor y terminan aceptándole, en contra de su voluntad, ciertos tipos de comportamientos para evitar que las sacaran de los ensayos, para evitar que las sacaran de las obras, para evitar que hiciera represalias en contra de ellas. Puntualizó el abogado especialista en delitos sexuales, Elmer Montaña.
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